El 9 de septiembre de 2023, mis padres, me llamaron a desayunar mientras en la televisión daba una conferencia de prensa el señor Gargulio, el dueño de la petrolifera del país y la persona más importante.
- Cada día este país va a peor - dijo mi padre mientras leía el periódico más famoso de Furthermoore.
Yo sinceramente no sentía ningún apego especial hacia mi barrio en la ciudad de Lewis, o el país, yo solo quería ser un chico libre, ir a la escuela y llegar a casa para seguir leyendo mis cómics de ciencia ficción sobre apocalipsis y finales del mundo.
Ese día, cuando salí de casa se notaba un ambiente raro en las calle, muchas patrullas de policía pasaban con la sirena encendida en plena mañana y muchos establecimientos colgaron carteles de cerrado hasta nuevo aviso.
Pero no le di importancia, grave error.
Como cualquier otro día de clase, llegué con un sueño que ni yo sabía donde caerme muerto, no obstante en vez de ir a nuestras aulas como siempre, la directora nos llamó al salón de actos para comunicarnos una noticia súper extraña, se cancelaban las clases por órdenes del gobierno.
Nos quedamos todos mirándonos los unos a lo otros, y no supimos que decir.
Cuando llegué a casa, le conté a mis padres y mi madre se puso histérica diciendo que me vaya a mi cuarto, respondí a su orden y me fui a leer un rato un libro muy bueno que había leído la señorita Morgan hace muchos años sobre un niño con capucha azul que sobrevivia a un apocalipsis zombi, ese libro le había gustado tanto a ella que me dio mi sudadera azul favorita y además me puso el nombre del protagonista, Jimmy.
La madrugada de ese día, sobre las dos de la mañana, llegaron unos policías en patrulla con su megafonia a decirnos que nuestro barrio se quedaba en cuarentena, iban a cortar las calles y además poner un toque de queda para las 12 de la noche que acabaría a las 6 de la mañana.
Eso me ponía cada vez más nervioso, pues fue todo muy rápido, parecía que de verdad el apocalipsis estaba por venir.
Al día siguiente, me volví a despertar temprano y fui a un parque, allí había una ancianita muy dulce que siempre daba de comer a los patos, aveces me quedaba con ella hablando de la vida y aprendiendo de cosas, solíamos estar alrededor de tres horas siempre que nos veíamos, pero esta vez se fue antes, pues ella decía que desde hace unos días se sentía enferma además de vomitar un liquido verde muy extraño. Ella se fue y yo volví a mi casa donde mis padres estaban discutiendo sobre si salir o no de la ciudad.
Yo encendí la televisión y puse las noticias para estar al tanto de la situación de Furthermoore y parecía calculado, se habían cortado los vuelos y fronteras del país, no se podía salir ni entrar de Lewis en nuestro caso, y además, el señor Gargulio iba a dar una conferencia de prensa a las 12 horas, es decir cuando empiece toque de queda.
Mis padres agarraron una vieja llave que siempre me habían dicho que solo usará para casos de emergencia y abrieron el viejo sótano, mi madre nos mandó a mi papá y a mi a comprar provisiones, pero al llegar al supermercado, era un caos, parecía que el instinto salvaje se había apoderado de todos, había gente peleándose por latas de sopa, otros peleándose por agua y un montón de niños pequeños llorando.
En un momento vi a un hombre quitarle de las manos a una niña pequeña una lata de tomate, yo salí corriendo y le di una patada que noqueo al señor, y luego le di a la niña su lata de tomate, ella me lo agradeció con una sonrisa. La verdad que me sentía contento de lo que había hecho.
- Jimmy, no los golpees así, recuerda que ellos no son como tú.
- Perdón papá, no lo volveré a hacer.
- Aún así, bien hecho, mira que abusar de tu fuerza con una niñita indefensa
Mi padre y yo salimos con lo poco que pudimos, en el camino de vuelta vimos una ferretería destruida y saqueada, mi padre entró y se llevó un generador con gasolina.
Al llegar a casa guardamos todo en el viejo sótano y pusimos las noticias para ver la conferencia de prensa del señor Gargulio.
En el set de grabación se respiraba un aire de tensión y silencio, apareció él y está vez no fue entre gritos y aplausos como siempre, lo cual decía que la situación era seria.
Gargulio tomó asiento, resopló y dijo: Ciudadanos de Furthermoore, esta última semana han pasado cosas extrañas en el país. Ha habido un error y se ha salido de control, las tres familias y yo, usaremos nuestras influencias para intentar que duré lo menos posible esta desgracia que se aproxima. Pasen todo el tiempo que puedan con sus familias, tal vez han visto su último amanecer y no lo sabían porque ya nuestras fuerzas no pueden retener más esto, aquí en la Tierra Alta, estamos a punto de caer y cuando caigamos ya será demasiado tarde para todos. Si ven a algún vecino o amigo con síntomas extraños, póngalo en cuarentena, almacenen todo lo que puedan esta última semana, porque a partir de mañana será una Purga, el gobierno cerrará y los canales de transmisión desaparecerán, la luz eléctrica ya no existirá, compren generadores y gasolina, unanse en comunidades de vecinos y así garantizaran vuestra supervivencia porque el fin del mundo ha comenzado.
El barrio donde yo vivía, quedó en una inmensa oscuridad por un apagón que ocurrió después del mensaje de televisión, todos salimos asustados y presenciamos el Sol del nuevo amanecer, un gran destello resplamdecia en lo más alto de las montañas de la Tierra Alta, esa fue la señal de que el mundo estaba acabado.

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Sobrevivir no es vivir
Ficção Científica¿Una guerra? ¿Un apocalispsis? Sería divertido, salir del mundo real y monótono que vivimos. Pero todo era mentira, solo eramos peones de un gran tablero