Capítulo 18: Volar

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Siempre he querido volar, sentir la libertad de un pájaro, la audacia de un águila.

Ahora mismo quiero volar de aquí, he hecho cosas que nunca pensé tendría que hacer. Como aquellos días.

El Padre Erwin estaba sentado en su silla, mirando por la ventana, solo se veía desde nuestra perspectiva un mar de llamas, se oian gritos de gente muriendo, disparos, zombis por doquier, sin duda alguna el infierno.

Yo tomo mi pistola y disparo al cristal pero Erwin ni se inmuta.

- Mi casa, mis hijos, mi hijo, me traicionó, la familia se fue, mi hogar, todo por lo que luché se fue, todo lo que él me enseñó.

- ¿De quién estás hablando?

- Hablo del Señor, él me guió, un día que estaba robando un poco de agua él me halló, me enseñó la clave para la felicidad y diversión.

Vemos el recuerdo de Erwin, un hombre misterioso con traje negro y barba le habla a Erwin sobre la clave de las happy y las funny.

Himeko guarda su katana y se empieza a rascar la cabeza mientras mira a Jimmy.

Yo le digo a Erwin que estaba acabado su casa, toda su familia, todo se fue y por su propia culpa, si no hubiese hecho una familia como una maldita secta ahora mismo todos podríamos ser libres, volar como aves y no ser presos como hormigas.

Erwin se levanta de la silla y entonces saca de su bolsillo un objeto y lo coloca en la cajita de música.

- Esta caja de música, era la que yo le ponía a Tsuru por las noches para dormir, a mi esposa me encantaba la melodia y fue por eso que sea las happy con esta canción, para recordarlos siempre conmigo, porque ambos murieron por mi culpa.

Jerome se acerca a Erwin y dice: Papá...

Entonces Erwin pone una mirada seria y dice: Pero nos sacó de la pobreza, pobreza culpa de ellos de allá arriba, no les importamos una mierda, somos sus peones y en esta guerra ellos son verdugos.

Erwin hizo sonar la cajita de música en la megafonia de todo el Complejo, ahí fue cuando yo caí de dolor al suelo pero, Himeko, ella estaba bien, como si nada.

El Padre pone la melodia aún más fuerte y yo lloro de dolor, Himeko blande su espada y se acerca al padre con una mirada fría. El Padre se asusta y empieza a gritar.

- ¡¡AQUÍ DENTRO HAY PAZ, TENÍAN COMIDA, CAMA Y TECHO, SOLO TENÍAN QUE TRABAJAR Y FORMAR PARTE DE LA FAMILIA!!

- Himeko corre y agarra a Erwin por el cuello y dice llorando.

- ¡¡Esto no es un hogar!! Tenemos miedo de estar aquí, no somos una familia que se quiera, somos simplemente gente que se llama familia.

El Padre se pregunta cómo es que la melodia no le afectaba y Himeko dice:

- Tapones para los oídos, cuando fuimos al hotel Tsuru, los cogí y los escondí entre mi ropa.

Himeko le da un puñetazo con la otra mano al vinilo rompiéndolo y haciendo que la música acabe, entonces lleva a Erwin al pasillo y lo tira al suelo y le clava la katana en ambas piernas para que este no pueda salir corriendo.

- Ves a esos de ahí, ellos son tu familia, reúnete con ellos ahora mismo.

Himeko señala hacia delante suya, los zombis de Bobby, las hermanas Gardner y mucha gente más se acercaban lentamente.

Erwin empezó a gritar y llorar pidiendo perdón, intentaba ponerse en pie pero este no podía.

Himeko nos dijo que lo dejáramos ahí y simplemente nos fuimos pero entonces Erwin llamó a Jerome.

Sobrevivir no es vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora