Capítulo 21: Un largo camino por recorrer

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Cuando me desperté Jerome me puso una taza de metal fría en la cara, yo di un salto debido a lo frío del metal y Jerome se echó a reír, entonces Himeko sonrié y me dice por las babas que salían de mi boca.

- ¿Dormiste bien? - preguntó Himeko en tono de burla.

- Durmió como si trabajara - añadió Jerome mientras bebía de la taza.

Apagamos la fogata y caminamos hasta que vimos un cartel en mitad del camino que marcaba la ubicación de un pueblo, "Refugio" decía este cartel, caminamos hasta llegar a la entrada de un pueblo amurallado por muchos troncos de madera al lado de un río. 

En la entrada del pueblo había un cartel colgando a punto de caerse escrito con spray rojo: "Tocar la campana".

Debajo del cartel había una campana, nosotros decidimos ignorarla, seguimos nuestro camino, el pueblo estaba destrozado, como si hubiera pasado un huracán por ahí.

- Esto es muy extraño, demasiado silencio.

Cuando dije eso, Himeko sacó su katana y nos advirtió de que no estábamos solos en aquel lugar.

- ¿Estás segura de eso Himeko? - preguntó Jerome mientras recargaba su pistola.

- Si, estoy completamente segura, esto no me parece un pueblo real.

Seguimos caminando hasta que al doblar la esquina vimos una sombra moverse, al darme cuenta de ello, saqué mi cuchillo y nos pusimos en formación de triangulo con Jerome y yo delante, y Himeko detrás para cubrir nuestras espaldas.

Al caminar un poco más la puerta del pueblo se cerró y los tres nos dimos la vuelta, nos pegamos más para protegernos desde todos los ángulos posibles.

- ¿Ves algo Himeko? - preguntó Jerome asustado.

- No, no soy capaz de ver quién nos está acechando.

La sombra volvió a aparecer repentinamente y Jerome pegó un disparo en esa dirección, pero la bala impactó con la campana haciendo que esta empezará a sonar, de pronto muchas más campanas empezaron a sonar por todas partes, una puerta de una casa se abrió y salieron como diez zombis.

- ¡¡Vámonos de aquí!! - grité yo mientras mataba a uno de ellos y Jerome le metía un tiro a otro.

Mientras corríamos empezaron a abrirse más puertas y más zombis comenzaban a salir, llegamos a una plaza con una torre con una enorme campana.

Los tres miramos hacia arriba, cuando un destello salió de lo alto de la torre...

Himeko cayó al suelo, una bala había atravesado su estómago, está empezó a toser sangre, Jerome miro hacia arriba y disparó a la torre, el cuerpo de una mujer empezó a caer haata impactar contra el suelo, la campana empezó a sonar, Himeko comenzó a gritar de dolor, yo hacia presión a su estómago y Jerome tomó su katana.

-¡¡Jimmy, coge a Himeko y vámonos de aquí rápido, los zombis están llegando!!

Yo tomé a Himeko y la subí en mi espalda, Jerome me cubría mientras disparaba y nos abría camino, yo le iba hablando a Himeko para que no perdiera el conocimiento pero fue inútil ya había cerrado los ojos pero seguía respirando.

Jerome vio una puerta de una edificio sin zombis y decidimos refugiarnos ahí, Jerome me dijo que subiera mientras él cerraba la puerta, yo subí las escaleras hasta llegar al último piso, Jerome llegó y abrió una puerta de una patada, posteriormente la cerró y tapó con unos muebles.

Puse a Himeko sentada apoyada con un escritorio, le dije a Jerome que hiciera presión la herida.

- Deben... extraer la bala... - dijo Himeko tras retomar la consciencia.

- ¿Pero quién lo hará? - dijo Jerome mientras sudaba mirándome.

Yo tomé los guantes de Himeko y me los puse, limpié mi cuchillo con agua y lo sequé con mi sudadera.

Jerome acostó a Himeko en el suelo y le tapó la boca para que no gritara.

Yo empecé a extraer la bala pero estaba muy hondo es su estómago.

Cuando metí el cuchillo, Himeko comenzó a gritar y llorar de dolor, Jerome le dijo que aguante mientras lloraba, yo seguía intentado extraer la bala, pero los gritos de Himeko no cesaban, hasta que conseguí hallar la bala, entonces empecé a sacarla lentamente y Himeko gritaba aún más fuerte.

- Ya casi está Himeko, aguanta un poco más...

Jerome tomó la mano de Himeko y la apretó.

Himeko empezó a llorar y dijo: No quiero morir.

Esa frase hizo que me pusiera más serio y conseguí sacará la bala, entonces limpié toda la sangre con el agua que quedaba y entonces Le puse a Himeko mi sudadera como vendaje por todo el estómago, Himeko había sobrevivido pero se quedó dormida.

Jerome y yo nos sentamos juntos en otra esquina de la habitación temblando del miedo.

- Tuve mucho miedo - dije yo mientras temblaba mirando la sangre que había en mis manos.

- Yo también, no sé que pasa pero algo no está bien en este pueblo, las puertas están cerradas y los muros son demasiado altos para escalarlos, además de que hay francotiradores por todas partes.

- Vamos a quedarnos aquí por hoy, hasta que la cosa se calme, además que hay otras personas aquí que buscan hacernos daño.

- Tienes razón - respondí mientras me puse de pie y observaba por la venta.

Unas campanas empezaron a sonar de nuevo y vi como los zombis se metían otra vez en las casas.

Al caer la noche, llegan un grupo de personas liderados por una mujer que siguen un rastro de sangre hasta hallar el cuerpo de la francotiradora, la mujer corre y observa el rostro de la chica .

- No, mi amor, no, ¿quién te hizo esto?

La mujer con las pocas fuerzas que me quedan despierta a las palabras de la mujer.

- Amor... Que bueno ver que has vuelto.

- Cariño, no hagas fuerza, te vamos a sacar de aquí y a salvar, ya lo verás.

- No, me partí ambas piernas al caer desde la torre, ya no puedo caminar, y mis dos costillas están rotas.

La mujer líder del grupo comenzó a llorar y preguntar quién me había hecho eso.

- Fueron, tres muchachos jóvenes, una chica, y dos chicos, siguen aún en el pueblo, no lograron escapar...

- Vanessa, sigue explicando...

Pero Vanessa no respondía.

- Vannsea...¡¡VANESSA!! - gritó la mujer cayendo en llanto.

La mujer se secó las lágrimas con el brazo y mirando hacia toda su gente ordenó la búsqueda y captura de esos tres muchachos.

- Jimmy, ¿de verdad crees que en Fuerte Timmy esté el refugio que tanto buscamos?

- No lo sé, ahora mismo todo lo que hacemos es arriesgado, solo nos queda elegir en que arriesgarnos.

- Tienes razón.

- Aún nos queda un largo camino por recorrer.

Sobrevivir no es vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora