13.LA BÚSQUEDA

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Cuando Minho  se dio cuenta de que Taemin  no estaba, ya no existía rastro de su dirección. El ventarrón de la tarde hizo que el camino pierda las huellas que aquellas llantas del auto de la manada dejaron. Se arrepintió tanto por el hecho de dejarlo solo. Horas después de prometerle protegerle, lo perdió. No quería imaginar lo poco que significaban sus juramentos.
Kibum lo ayudaba a buscar a Taemin  mientras Jonghyun  tan solo sonreía desde el techo de su cabaña, él se subió para así tener una vista panorámica y gritar si es que notaba a Taemin  acercarse. Pero incluso con la preocupación de todos, Jonghyun  negaba de a ratos y luego soltaba un pequeño bufido parecido a una risa.
Minho  dudó bastante antes de preguntarle y Jonghyun  tan solo borró su sonrisa y dijo:
—Creo que es como una tradición por parte de ellos —se burló Jonghyun , cruzó los brazos y volteó a ver si Kibum no estaba cerca para así continuar—, eso de irse sin decir a nadie, es cosa de felinos. Kibum lo hizo conmigo, Baekhyun con Chanyeol y ahora, querido amigo, Taemin  te lo está haciendo a ti.
—¿Cómo se supone que debo proceder ahora? —preguntó Minho .
—Depende de ti, Chanyeol fue tras de Baekhyun cuando este se fue —Una risa un poco más larga cubrió el ambiente. Jonghyun  estaba recordando aquel momento—. Por mi parte, yo esperé un tiempo para así poder ir a por él.
En ese momento llegó Kibum, con el ceño fruncido y un papel entre las manos. Se notaba mucho más molesto que en el momento en que habían descubierto su mentira. Jonghyun  bajó del techo de un salto y fue a su lado, preocupado.
La pequeña nota de papel pasó a manos de Minho  quien vio un número de celular en esta. El nombre de una mujer que le era desconocida estaba sobre los números. No la conocía, pero si lo que Kibum quería decirle al darle ese número es que Taemin  se había escapado junto a esa mujer entonces “Yuri”, como estaba escrito, no le agradaba para nada y solo le deseaba lo peor. Sin embargo, si era una ayuda para encontrar a Taemin  entonces sería todo lo contrario.
Tampoco le ayudó a aclarar sus dudas, el gruñido leve que dio Jonghyun  al leer el mismo nombre que él. Pero lo de él se detuvo en cuanto recibió una mirada fulminante por parte de Kibum.
Se escuchó un motor rugir a lo lejos y el chillido de unas llantas que estacionaron con agresividad en un campo no apto. La camioneta negra llamó la atención de todos que, al sentir un nuevo aroma a su alrededor, retrocedieron y unos cuantos ocultaron a sus crías en su espalda.
De la enorme camioneta salió una mujer de cabello negro y ojos verdes que Kibum y Jonghyun  reconocieron al instante. Se había recortado el cabello hasta una melena que caía en punta hacia adelante, usaba un vestido negro con un cierre al frente que acostumbraba para así tener más simpleza al cambiar a su forma animal. Unos tacos negros complementaron su vestimenta y en sus orejas brillaban aretes de oro que daban un resplandor junto a las sombras de sus ojos.
Con tranquilidad, caminó por la manada, ignorando las preguntas de varios centinelas que intentaban, amablemente, preguntarle la razón de su visita, porque ya la conocían. Pero ella los ignoraba y seguía caminando con su mirada dirigida hacia Kibum quien la esperaba con una sonrisa. Más de un guardia quiso sostenerla del brazo para detenerla, y eran evadidos con destreza y simpleza.
Los centinelas no podían hacer más, en los tiempos de tanta fricción con humanos y lobos negros, debían tener cuidado con todos los visitantes.
—Si debo cuidarlos entonces lo mejor será mudarme acá, es la segunda vez que vengo y no es que me desagrade, pero soy alérgica al aroma de perro —dijo ella mientras abrazaba a Kibum como saludo.
—Esta vez fue culpa tuya —reclamó Kibum al momento de separarse de ella—, dejaste a Taemin  justo en la boca del lobo, literalmente.
Las palabras de Kibum llamaron la atención de Minho .
—Soy débil a muchachos tan tiernos y lindos como Taemin , si me pidiera millones de dólares se los daría —se defendió ella.
—¿Sabes dónde está? —Minho  se incluyó en la conversación de inmediato, desesperado por encontrar a Taemin — ¿puedes llevarme a él? ¿está bien?
—Tranquilo, cachorro —extendió su mano para tomar la de Minho  en un saludo formal—, soy Yuri y vine justamente para llevarte a él.
Yuri sonrió y del pequeño bolsillo que tenía su vestido, sacó un celular que le dio a Kibum. Ella ya tenía todo planeado, estaba acostumbrada a ese tipo de trabajos y justamente por ello es que alguna vez Kibum se vio enamorado de ella.
Les explicó que para que todo salga de acuerdo al pequeño plan que tenía, solo debía llevarse a Jonghyun  y a Minho  con ella. Ya iba a anochecer y los pelajes oscuros eran mucho mejores que un guepardo de color chillón o lobos cuyo pelaje blanco parecería un reflector. Así que con una sonrisa señaló su camioneta para que los mencionados suban inmediatamente a ella.
Minho  no lo dudó ni un minuto y corrió a la camioneta, quería apresurarse, el mal presentimiento estaba asfixiando su respiración. En cuando Jonghyun  y Yuri subieron y las puertas se cerraron, la camioneta empezó a correr, tan rápido que Minho  tuvo que sujetarse del asiento delantero.
A unos minutos de arrancar, Yuri puso música a un alto volumen, de un cantante que parecía de los ochenta. Jonghyun  parecía más acostumbrado a ello y solo volteó a observar por la ventana, en su mente viejos recuerdos corrían.
—Si Taemin  es un guepardo, entonces no creo que sea necesario que te preocupes por él —indicó Yuri al ver por el retrovisor a un Minho  casi pálido por los nervios— conozco a sus hermanos y si Baekhyun lo ha educado, entonces deberíamos temer por los lobos.
—Taemin  no es en absoluto violento —respondió Jonghyun —, es como un cachorro, por eso solo sigue acelerando.
—Lo sé, pero quería tranquilizar a tu amigo —reclamó Yuri, seguido le dio un pequeño golpe al hombro de Jonghyun —, gracias por arruinarlo.
—Solo quiero llegar rápido a su lado —indicó Minho .
La noche ya había tocado el suelo y la oscuridad fue un arma más para ellos. La camioneta negra parecía casi invisible en la carretera y Yuri se aseguró de que el motor no haga ningún ruido ni sus luces se encendieran, de todos modos ella podía conducir con los ojos cerrados así que no había ningún problema, solo que Jonghyun  y Minho  parecían estar rogando a algún dios no chocar.
A escasos minutos de su parada, Yuri apagó la radio y avanzó con más lentitud, sus ojos brillaban en la noche y parecía un depredador. Minho  entendió porqué Kibum la había llamado para ayudarlos, fuera del punto de que solo ella conocía el paradero de los lobos negros. Yuri parecía ser capaz de pelear con un ejército entero.
—En la mañana Taemin  me llamó para pedirme información sobre los lobos negros —empezó a explicar Yuri—, me aseguró que todo estaba arreglado y que solo debía ir a recoger al cachorro que Chanyeol estaba buscando. Se lo creí. Con esa carita inocente le creería así me dijera que el cielo sabe a chocolate.
Finalmente la camioneta se estacionó y Yuri observó a sus alrededores para asegurarse de no haber llamado la atención. Una vez segura, continuó explicando.
—Yo lo llevé, me contó sobre ti —sonrió con picardía—, los tres hermanos parecen tener gustos similares. Cuando lo dejé, me indicó que podía irme ya que un centinela pasaría para recogerlo. Una vez más le creí. Horas después Kibum me llamó y me explicó todas las mentiras que me dijo.
—Debió sentirse tan culpable que quiso arreglar las cosas por su cuenta —lamentó Jonghyun — ahora debemos rescatarlo.
—Exacto —Yuri asintió y mientras se sacaba los pendientes de oro siguió explicando— Es una fortaleza ahí dentro, pero tenemos una ventaja, ustedes dos son lobos negros iguales a ellos. A Jonghyun  lo conocen, pero a ti no —señalo a Minho — por eso Jonghyun  será la carnada y nosotros iremos por el frente.
Jonghyun  suspiró y relajó los hombros y cuello, listo para correr como si su vida dependiera de ello, y sí, realmente lo haría.
—Si ya estamos listos, entonces, entremos.
Yuri salió de la camioneta y dejó sus tacones dentro de la camioneta. Abrió el cierre de su vestido quedando completamente desnuda, en un segundo se transformó en su elegante forma animal. Sus ojos verdes brillaron en la oscuridad y sus grandes patas rasgaron el suelo. Siempre le era reconfortante tomar esa forma, su libertad se veía más grande.
La enorme pantera negra rodeó la camioneta y esperó a que los dos lobos salgan de su trance para así entrar en acción.
Minho  fue el primero en cambiar, se sacó la ropa que pudo antes de que su nerviosismo lo venciera y cambiara a su forma lobuna. Tan grande como la pantera a su lado.
En cuanto Jonghyun  estuvo listo, los tres avanzaron siguiendo a la pantera que avanzaba trepando árboles y vigilando que nadie los descubriera. En minutos estuvieron cerca de la entrada principal de la enorme casa de los lobos negros.
La luz de la entrada era casi deslumbrante de lo fuerte que brillaba. La madera se notaba vieja y parecía chirriar ante cada paso de los que habitaban dentro. Lucía vieja y descuidada. Había tres lobos negros vigilando la entrada y otros cinco arriba en la terraza, con su forma humana y sujetando armas.
La estructura consistía en una casa de madera vieja de color negro casi rozando el violeta por la desgastada pintura. Las ventanas lucían impecables y limpias, pero cada una de ellas tenía una cortina color vino ocultando el interior de aquella cabaña. Los pisos que calculaban desde afuera eran tres y una enorme terraza desde donde tenían una vista panorámica. Solo contaba con una entrada y una salida, por lo que si ingresaban, debían crear una nueva forma de salir.
Jonghyun  empezó a avanzar con tranquilidad y se sentó justo frente a los dos lobos negros que estaban de guardia. Ambos se acercaron a este para olfatearlo un instante antes de empezar a aullar al descubrir el característico aroma de la manada de los lobos grises en él. Los cinco guardias de arriba apuntaron sus armas en dirección de Jonghyun  quien de inmediato salió corriendo, dejando solo un rastro de polvo tras él. En seguida fue seguido por los otros dos lobos.
Yuri y Minho  aprovecharon la distracción de todos para caminar, apegados a la pared, hasta llegar a la entrada. La parte casi más difícil fue pasada.
Si por fuera la cabaña parecía vieja, por dentro era una mansión de lujo. Grandes arañas de luz colgaban del techo y una alfombra blanca cubría el suelo. A los lados grandes cuadros de diferentes lobos y alfas se exhibían con orgullo. Ambos caminaron con cautela hasta llegar a las escaleras donde tres lobos los detuvieron. Asombrados por ver a una pantera en su hogar.
De inmediato otros diez lobos negros los rodearon, solo entonces Rina cambió de planes. Ella saltó sobre uno de los lobos y se agarró al lomo de este con todas sus garras. Los otros lobos intentaron ayudar a su compañero, olvidando a Minho  que al ver la oportunidad y notar en los ojos de Yuri la orden de seguir avanzando, corrió escaleras arriba.
Ya sentía el aroma de Taemin , se estaba acercando.
Sus patas pisaban la alfombra con cuidado. Sus ojos viraban de un lugar a otro, con cuidado de ser agarrado por sorpresa. La alarma ya había sonado, todos sabían que un intruso estaba entre ellos.
Su hocico se apegaba al suelo cada ciertos segundos, intentado encontrar el rastro de su pareja. En su mente solo estaba el hecho del deber de protección que tenía con Taemin .
Se detuvo en cuanto escuchó pasos tras él, sus orejas se movieron intentando captar la distancia que había entre el otro individuo y él. Y de inmediato, volteó hasta encontrarse con otro lobo negro de un tamaño menor al suyo pero con una anchura que le doblaba a su contextura. El otro lobo negro se acercó a Minho  con cuidado y lo rodeó olfateando en él un aroma que nadie más en su manada tenía.
Minho  reaccionó en cuanto vio a otro lobo más acercarse. Él iba a controlarse, no quería dañar a los de su especie, su plan era solo herirlos e irse, pero de pronto el aroma que identificó que era de Taemin  se tiñó de dolor, su dulzura se vio manchada por el agrio del sufrimiento que estaba viviendo, y eso fue suficiente para que Minho  olvidara sus planes.
Sujetó al primer lobo del cuello y lo pateó con sus patas traseras hasta hacerle caer. Sin embargo, cuando ya lo vio derrotado, no se detuvo y siguió mordiendo hasta no sentir ningún movimiento por parte del otro. Cuando quiso enfrentar a otro lobo se dio cuenta que este había escapado.
Avanzó y rompió la puerta que parecía separarlo de Taemin  y entonces lo encontró.
Pero lo que vio no le agradó para nada.
Taemin  estaba en el suelo, con una cadena alrededor de su cuello y tres sujetos rodeándolo, con la intensión clara en sus ojos hambrientos. Los guepardos siempre habían sido algo que todos los cambia formas querían poseer.
En cuanto escucharon la puerta romperse tras ellos, los tres hombres se transformaron a su forma animal y se avalanzaron contra Minho , no iban a comprobar si era el intruso o no, eso fue más que obvio.
Taemin  intentó acercarse a Minho  para ayudar, pero la cadena en su cuello solo le permitía dar dos pasos a lo mucho. La culpa lo estaba atormentando desde que decidió hacer este intento para demostrar que era tan fuerte y valiente como sus otros hermanos. Al final sus decisiones lo llevaron a ese lugar.
Minho  bajó la vista hasta sus patas llenas de sangre, el miedo una vez más se apoderó de él. Su pasado con todos sus demonios presionaron su cabeza y bajó la guardia en el instante en que uno de los lobos negros mordió su lomo y lo alzó con facilidad hasta lanzarlo a la pared. El chillido del lobo negro hizo que Taemin  se alarmara y jalara de sus cadenas para liberarse.
Minho  se levantó de inmediato, iba a proteger a Taemin , ya luego podría atormentar su cabeza con todos los fantasmas que el mundo quisiera darle. Avanzó hasta uno de los lobos y lo empujó hasta acorralarlo en la pared, y con saltos apoyados en sus patas traseras y golpeando con sus delanteras, Minho  azotó la cabeza del lobo en la pared hasta verlo desplomarse en el suelo.
Uno estaba fuera.
No conforme con ello, Minho  corrió hasta los dos lobos negros que lo atacaron en conjunto.
Taemin  cerró los ojos y pensó otra forma de salir, necesitaba ayudar a Minho . Entonces un recuerdo de alguna mala enseñanza de Baekhyun llegó a él. Porque su hermano sabía abrir cerraduras sin llave, un truco que intentó enseñarle, pero en el que fracasó porque Taemin  le confesó que todavía no estaba listo para salir a tener el mismo trabajo de ladrón que él.
Cerró los ojos, sabiendo que aquello le dolería pues su cuello en forma animal era mucho más grueso que de su forma humana. Sin embargo, cambió y contuvo la respiración porque aquella correa que tenía estaba apretándole mucho más. Iba a realizar aquello sin respirar.
Con las patas temblando, Taemin  introdujo una de sus garras dentro de la cerradura de su cadena. No podía ver lo que hacía, pero era bueno sentir lo que hacía. Solo debía mover la garra hasta escuchar el “click” que le daría su libertad. La respiración se le estaba agotando, sus ojos ya estaban llorosos. Sus ojos cerrados ayudaban a recordar con nitidez las palabras de su hermano.
Entonces lo logró, abrió la cerradura.
Pero fue un mal momento, porque Minho  había acabado con los tres lobos, tenía una oreja sangrando y lucía partida, su hocico era sangre y sus garras tenían el mismo color. Taemin  lamentó tanto haberlo orillado a cometer aquellos actos que él sabía luego lo atormentaría.
—Escuché que el alfa de los lobos grises tenía un guepardo como pareja —un hombre que ninguno de los dos  había notado, sujetó a Taemin  de su garganta y la presionó con un poco más de fuerza. Minho  quiso correr a él, pero el hombre sacó un arma de su bolsillo y apuntó justo a la cabeza del guepardo— tuve que secuestrar a cientos de su especie para finalmente dar con la pareja de Chanyeol, solo que me lo quitaron antes de siquiera acabar con él.
Le quitó el seguro al arma y sujetó con más fuerza a Taemin , impidiendo que este pudiera siquiera defenderse.
—Tomé a su cría, o al menos pensaba que era su cría —se rio de su equivocación—, pero fui traicionado por una de las lobas quien se lo llevó, entonces quise saber la razón de que todos enloquezcan cuando ven a un guepardo. Y, como un regalo de dios, este espécimen llegó a mi puerta con coraje y exigiendo que le dé a aquel cachorro que desde hace tanto no está en mi poder. Yo solo tomé provecho de ello y eso nos llevó a lo que ves ahora.
Minho  no se mantuvo quieto, lo parecía, pero en cuanto veía al sujeto voltear a ver a Taemin , él avanzaba un paso. Iba a pelear.
—Entonces ustedes, vienen a quitarme algo que ha venido a mi manada por su propio pie.
El hombre suspiró y se levantó sin mucho esfuerzo, llevó a Taemin  detrás suyo y lo encerró en el cuarto de limpieza. Solo entonces se volteó hacia Minho  y le sonrió, como si se tratara de un hermano a otro.
—Eres parte de nuestra manada, todos los lobos negros lo son. Has perdido a tu familia en manos de los lobos grises y aun así te quedas en su manada. Si quieres un guepardo para pasar el rato, voy a darte al que quieras, pero únete a mi manada. Un guerrero como tú nos ayudaría a vencer a los lobos grises.
Minho  se detuvo en ese instante. La oferta que le hacía cualquiera la habría tomado en su lugar, pero fue aquella manada, de Chanyeol, quien le dio la mano cuando él había perdido el camino. Taemin  era su hogar y lo protegería, se quedaría a su lado. No podía unirse a los lobos negros porque eso lo volvería contra la familia de Taemin , y aunque le cueste aceptarlo, aquellos lobos y guepardos le agradaban.
Por eso saltó hasta el hombre en un intento de atacarlo, pero una patada simple lo hizo volar hasta chocar contra la pared. Atrás de ellos Taemin  golpeaba la madera con su cuerpo intentando romper la puerta y ayudar a Minho .
El hombre tomó un respiro y se sacó la chaqueta para lanzarla a un lado, dejó su sombrero al otro, dejando a la vista la enorme cicatriz que le cruzaba desde una oreja a la otra. El hombre tenía el cabello negro en un corte casi militar, sus facciones eran duras, el tiempo le había vuelto así, sin embargo la fuerza relucía en cada parte de su cuerpo.
—Si quieres pelear entonces vamos a hacerlo.
El hombre se transformó a su forma lobuna. El pelaje negro era corto y disparejo, las cicatrices en su cuerpo eran tantas como las de Minho . Uno de sus ojos era blanco mientras el otro se confundía con su pelaje. En cada cicatriz se notaba una batalla ganada.
El alfa de los lobos negros contra un peleador nato que había crecido en una casa humana de apuestas y peleas.

SHADOW***adaptación 2min**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora