3.EL PASADO

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—Hey, operaciones locas —Minho  tenía un gran cuchillo de cocina en su mano derecha y una soga de atar en la izquierda.
Minho  quiso llamarlo de esa forma. Y a pesar de que Taemin  le haya explicado que su rostro era así al natural, ninguna escusa entraba en razón del nuevo. Taemin  solo se dio por vencido, afirmando y dejando que Minho  empezara a llamarlo por aquel apodo. Como si tratase de un niño que no puede pronunciar una palabra. Lo vería de ese modo. Minho  sería un infante cuya pronunciación "Taemin " le era demasiado difícil.
—D.O me ha mandado esto para que volvamos a otra ciudad a por las compras —el nuevo suspiró con cansancio antes de darse la vuelta y caminar hacia la pequeña camioneta que usaban para ir por las compras.
Después de aquel incidente de hace unos días  decidieron no volver a aquella ciudad. La cabeza de Chanyeol probablemente tenía precio y sería igual con toda su manada. Era mejor pasar desapercibidos. Tal vez era una error mandar un guepardo. Y más cuando a los felinos de ese tipo solo se veían por las noche. Pero era necesario. Cada uno de los integrantes ya tenían una tarea. Taemin  debía conformarse con ser el de las compras.
Minho  lo acompañaría como siempre. Su boca floja sería un gran dolor de cabeza para Taemin , por eso llevaba algunos audífonos en sus bolsillos.
Cuando entraron a la camioneta y partieron a una pequeña ciudad de cambiaformas a unas horas de su territorio, Minho  saltó de su asiento, emocionado. Su vista estaba en el paisaje a su alrededor y en especial en una joven de cabellera blanca ceniza quien tenía dos guardaespaldas pelirrojas  cuidándola. Minho  silbó encantado por aquella peliceniza y no dejó de verla incluso cuando la camioneta la sobrepasó.
Taemin  esperó unos segundos antes de que la curiosidad le ganara, como a cualquier felino, y aparcó el auto, viendo la espalda de aquella joven de cabellera blanca. Taemin  no tuvo que ver más de un segundo para reconocerla. Su aroma era fuerte y sus rasgos se le hacían reconocidos.
Era la hermana de Chanyeol.
Solo que no debía distraerse. Los aspectos formales de la manada no eran de su interés. Su mente no lo soportaría. Por eso encendió una vez más el motor y siguió su camino hacia la ciudad.
—¿Cuánto cuesta una operación de nariz? —preguntó Minho , minutos antes de llegar a la gran ciudad.
Taemin  rodó los ojos, con cansancio y colocó música fuerte en sus pequeños audífonos blancos. No respondería aquello. Pocos días con aquel sujeto le indicaron que si respondía a alguna de sus bromas entonces él seguiría hasta hacerle perder la cabeza. Pero cuando lo ignoraba solo se cansaba y se mantenía en silencio.
Taemin  maldijo a su hermano cuando llegaron a la ciudad acordada. Sus ojos por un momento se llenaron de lágrimas que tragó con fuerza y avanzó.
—Nenita —se burló Minho  al ver aquella reacción. Taemin  tan solo siguió avanzando.
El lugar se veía tal cual lo recordaba. Taemin  avanzó por las calles con total naturalidad y confianza. Mientras movía el volante de un lado a otro observaba los cambios que había tenido desde que hace varios años dejó aquella ciudad. Sin poder evitarlo llegó hasta la antigua casa que compartía antes con Baekhyun. Su hogar antes de que Chanyeol llegara y cambiara todo.
Taemin  bajó del auto y avanzó hasta la entrada. Llegó hasta la pequeña puerta y buscó entre las grietas de las maderas la llave. Sonrió al encontrarla. Siempre la dejaba ahí cuando debía salir.
—Hey, acabo de darme cuenta de algo muy loco —Minho  parecía no inmutarse del semblante nostálgico de Taemin  y siguió hablando—, todas las parejas de la manada son raras ¿entiendes? Son diferentes e iguales. ¡Por todas las lunas!, todos ustedes son hombres.
Taemin  corrió hasta la habitación de su hermano. Se sorprendió por lo que encontró de inmediato. El cuarto de Baekhyun estaba desordenado. Mucho más de lo que recordaba. Hace años había salido a prisa y poco es lo que tenían en orden pero aquello era demasiado. Era como si alguien hubiese entrado a la habitación de su hermano y roto todo como si tratase de expiar su odio. Parecía que habían ido con el único objetivo de destrozar todo. Incluso sus muebles estaban partidos en varias partes que no podían volverse a unir.
Sin pensarlo otra vez corrió hacia la que fue su habitación y la encontró completamente ordenada. Lo habían ignorado como siempre. Taemin  caminó y quiso llegar hasta la que antes fue su cama. Pero la risa de alguien lo detuvo. Tras él el mismo rubio de hace unos días lo veía, camisa blanca y pantalón negro, simple y elegante.
Minho  de inmediato volvió a su forma animal y empezó a gruñir.
El muchacho rubio saltó desde el marco de la ventana, entrando a la habitación. Una sonrisa sutil marcó sus labios delgados.
—Fueron la manada de los lobos negros —acusó y se acercó hasta la puerta— fue hace poco.
Minho  gruñó y sin ningún problema se lanzó a atacar al rubio. Sus patas lograron rasguñar un poco de aquella piel antes de salir lanzado con fuerza al otro extremo de la habitación.
Taemin  se dio cuenta que lo mejor en ese instante era escapar. La fuerza de aquel sujeto y el peligro que significaba era demasiado para sobrellevar por su cuenta.
—Me gustas —El rubio sonrió con galantería observando fijamente a Taemin — a lo largo de mi vida he visto solo a tres guepardos y eres el único normal, me agradas. Por eso seguí tu olor y me trajo hasta aquí.
Minho  se levantó y de inmediato volvió a atacar. Sus grandes colmillos esta vez lograron clavarse en uno de los brazos del  rubio, logrando que este chillara de una manera no muy masculina. El lobo negro gruñó y se puso frente a Taemin , protegiéndolo, más por su propio interés. Minho  no sabría cómo llegar a la manada si es que Taemin  moría, y tampoco creía que le recibieran sin aquel guepardo.
Mark observó la enorme mordida en su brazo derecho y se encogió de hombros, como si aquella gran herida no fuera de su entero interés. Volvió su vista enseguida a Taemin  quien empezó a retroceder.
—Tengo buen olfato —afirmó el rubio— ya sabes, cosas de lobos —Mark se sentó en aquella cama que antes le pertenecía a Taemin  y después de un suspiro dijo:— así te vayas ahora voy a encontrarte en uno o dos días. Escapar no sirve.
Minho  gruñó y señaló la puerta con su hocico. Debían salir de ahí de inmediato. Taemin  no esperó otra señal para salir corriendo y entrar a su camioneta. Taemin  no era cobarde, simplemente sabía cuidarse a sí mismo. No iba a arriesgarse a morir en una pelea de la que podía escapar.
Empezaron a conducir durante cinco minutos hasta llegar al pequeño mercado de la ciudad. No importaba que el miedo lo esté consumiendo, debían llevar lo necesario para sobrevivir. Si la comida escaseaba realmente él sería el culpable.
Antes de salir le ordenó a un Minho  ya humano, quedarse en la camioneta. Con la transformación su ropa se había quebrado y no podía sacarlo a la calle completamente desnudo. Taemin  sería valiente en ir solo a por las compras.
No habló de más, no esperó de más, no buscó de más. Taemin  tomó lo que necesitaba y volvió a la camioneta de inmediato.
Minho  estaba herido, el golpe contra la pared había abierto una gran herida en su cabeza. Una que sangraba más de lo usual y que estaba manchando la camioneta. Taemin  estaba nervioso por ello. Pensaba que Minho  podría morir en el camino pero se arriesgaría a ello. Porque Taemin  ya había salido al mercado y no volvería a salir para el hospital. Minho  debería sobrevivir.
Sin embargo el moreno parecía relajado y sin dolor. Sus ojos veían el paisaje y soltaba alguna risillas de vez en cuando.
—Volviendo a lo que estábamos hablando antes de que nos atacaran —empezó Minho  y Taemin  de inmediato le interrumpió.
—¿Por qué has atacado? —Taemin  no desconfiaba de Minho  pero le parecía extraño que cada que vieran al rubio, el lobo negro siempre lo atacase.
—¿Querías que no lo atacara? —Minho  bufó—, ¿te gusta? A él sí le gustabas, tal vez él tambien te gustaba —sonrió, intentando ser un tanto gracioso, pero se dio cuenta de que ese no era el caso al ver el semblante serio de Taemin — su aroma me causa escalofríos. Es peligroso, lo sé y lo siento.
Taemin  se quedó callado después de ello. En su interior contaba hasta el diez, porque sabía que Minho  empezaría a hablar en ese segundo.
—Como te iba diciendo —Minho  se acomodó en su asiento de copiloto, abrazando sus piernas para proteger lo poco de orgullo que tenía— me di cuenta de la clase de parejas que hay en su manada.
—Bien, te has dado cuenta después de estar en ella durante un largo tiempo.
—Lo que te digo es que lo poco que recuerdo sobre parejas era de una mujer y un hombre —soltó una leve carcajada— pero en su manada, a donde sea que veo solo hay hombres entre sí, y no es que me moleste y eso.
—No —canturreó Taemin  con ironía— claro que no te molesta, lo he notado cuando desvías la mirada de Jonghyun  y Kibum.
—Bueno, es difícil verlo cada maldito día ¿no crees?
—Me sorprende que con todo ello incomodándote, sigas diciendo que Baekhyun es tu tipo.
—Baekhyun es Baekhyun, no lo metamos en esto.
—Baekhyun es hombre.
—Y uno muy apuesto.
—Ya dime el punto de esto. Ahora mismo no tengo el ánimo de adivinar lo que dices.
—Bien, bien —Minho  elevó sus manos— lo que quiero decir es que yo no soy como ustedes ¿bien? No voy a estar con un macho, no me llama la atención y quería advertirles que si ese era un requisito para estar en vuestra manada entonces no la voy a cumplir.
Taemin  tan solo asintió y volvió al camino. Ver su pasado una vez más y encontrar a alguien peligroso en un mismo día no le apetecía para uno de sus mejores días.
Cuando llegaron a la manada lo que les recibió fue una agradable imagen de Baekhyun y Kibum sentados justo en la entrada de la casa de la manada. Kibum parecía cada vez más cercano a Baekhyun y Taemin  poco a poco se sentía desplazado por ello. Aunque debía aceptar que él nunca tuvo ni un poco de interacción con Kibum. Cuando Taemin  nació Kibum ya se había ido de la casa.
Minho  fue el primero en bajar, sin importarle su completa desnudez corrió hasta su habitación, que compartía con Taemin , para así vestirse. El frío de aquella mañana no le era muy agradable.
Taemin  bajó del auto con tranquilidad, sacando todos los insumos que había comprado. Iba a ignorar aquella reunión de hermandad que estaba a unos pasos de él pero la voz de Baekhyun hizo que se detuviera.
—Taemin , Kibum estaba diciéndome que tú y Minho  parecen trabajar bien en equipo. Minho  habla contigo diez veces más de lo que habla con los demás —Baekhyun se levantó y con sutileza tomó la mano de Taemin — si es que él recuerda algo, dímelo. Este no puede ser su hogar, si tiene algo que ver con la manada de Seulgi entonces no puede permanecer con nosotros. Así que no te encariñes mucho con él.
Fue una mala idea. Porque Taemin   había tenido un mal día aquella mañana. Sus ánimos de tratar con Baekhyun estaban por el suelo y ahora más, después de ver la estrecha relación que tuvo con Kibum. Se sentía desplazado. Se sentía celoso de no estar incluido en aquella hermandad. Por eso quitó el tacto de Baekhyun de él, de un solo golpe y lo encaró.
—Entiendo —soltó, con un poco de enojo, aquel que nunca antes había mostrado hacia Baekhyun— Voy a informarte sobre ello así que solo puedes seguir en tu amena conversación con Kibum —señaló al mencionado— el idiota que nos chantajeaba hasta cansarse y sacarnos todo el dinero antes de todo esto.
—Wuo —Kibum caminó hacia Taemin  de inmediato y lo sujetó del cuello— sabes muy bien que tu teatro de soy un niño bueno no funciona conmigo, si quieres pelear conmigo, adelante. Voy a golpearte tan duro que no sabrás ni tu nombre.
Baekhyun sujetó las cabezas de sus dos hermanos y las juntó de un golpe, produciendo un choque fuerte entre las frentes de ambos, despertándolos de aquel enfrentamiento.
—¿Qué es lo que ha ocurrido allá? —preguntó Baekhyun,  intentando aligerar el ambiente.
—No es que te importe —Taemin  estaba enojado, tanto tiempo ocultando su enojo por la inexistencia que significaba estar en ese manada habían explotado por fin— solo recordé lo que Kibum hacía antes de todo esto.
—Eso es todo —Kibum dobló las mangas de su sudadera y tomó un gran mechón del cabello de Taemin — sin mi protección, los bastardos a los que robaba Baekhyun ya los habrían vendido a ustedes. Debía cobrar por ello.
—Cobraste cada centavo —Taemin  no se quedó quieto y sujetó a Kibum del hombro, presionando en el agarre un poco más de lo necesario— no tienes nada que hacer en este lugar.
—Suficiente, Taemin  —Baekhyun se puso entre los dos y encaró a su hermano menor— tuviste una mala mañana, lo he captado, ahora ve a darte una ducha, y despeja tu mente, no quiero problemas.
—Todo esto es tu culpa —Seguía enojado, por eso Taemin  empujó a Baekhyun-— si no te hubieses metido en todo esto entonces estaríamos en casa, y nadie la habría destrozado, estaríamos solos, como nuestra raza siempre ha estado, pero eso sería mil veces mejor que esto. Prefiero nuestra antigua vida.
—¡Dije, suficiente! —Baekhyun empujó a Taemin  hasta hacerle chocar contra la pared tras él, la misma que daba a la cocina— tú eres el que empezó todo esto ¿no lo recuerdas? Taemin , eras tú el que quiso llevar a un desconocido a casa, todo lo que ahora pareces odiar fue por ese instante.
Taemin  no quiso hacerlo, en realidad el impulso le orilló pero empuñó su mano y sin tiempo a arrepentirse lanzó un certero golpe a la mejilla de Baekhyun. En segundos este estaba sangrando, con una mirada llena de desilución que Taemin  sabía que merecía. Por eso el menor negó arrepentido y después de soltar un leve "lo siento" corrió hasta su habitación.

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Al próximo día las cosas no mejoraron ni un poco.
Después de ayudarle a Minho  a atarse los cordones, porque este aseguraba no poder recordarlo, bajó a la sala y se encontró con la dura mirada de Jinki hacia él. Como si le reclamara lo que había hecho. Pero antes de siquiera disculparse una figura conocida para él entró a la sala.
El rubio que había encontrado en su antigua casa estaba frente a él. Con la misma vestimenta que el día anterior.
—Él es Mark —explicó Jinki— va a quedarse con nosotros a partir de ahora.

SHADOW***adaptación 2min**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora