4.EL PROBLEMA

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Chanyeol suspiró agotado, sus manos estaban cerradas en puños y una vez más la mirada fría de su hermana le recordó que en inteligencia ella sería superior. La peor parte fue aceptarlo.
—Nuestros padres han muerto —Kristal estaba sentada frente a él, su cabello plata estaba atado en dos moños sobre su cabeza, su apariencia podría ser de inocencia pero ella era alguien realmente inteligente y fría— después del enfrentamiento con los lobos negros ellos dieron su vida para proteger a la manada.
—Algo parecido sucedió acá —susurró Chanyeol.
—Los lobos negros pidieron su cabeza para así dejarnos en paz, nosotros habíamos perdido todo nuestro ejército y estábamos en la tentación de enviar adolescentes y niños para pelear —La alfa recogió un mechón de cabello y lo puso tras su oreja. Sus ojos pardos estaban cubiertos por unos lentes gruesos, quizá por leer cada día de su vida— preferimos perder dos cabezas a otras cien, por ello dieron su vida, la manada está a salvo ahora —dijo con simpleza.
Ambos estaban sentados en la oficina de Chanyeol. Dos hermanos que habían vuelto a verse. Kristal lucía tranquila, tenía una vestimenta militar, pantalones anchos de camuflaje y chaqueta de cuero. Ella parecía tener más madurez en ese momento. Chanyeol admiraba en lo que su pequeña hermana se había convertido.
—¿Sabes por qué es que te estoy diciendo esto? La razón de estar acá —alegó ella, agachó la mirada y ahí estaba, una calidez cercana que ellos solían compartir antes de que se separaran, a pesar de todo seguían siendo hermanos— creo que lo sabes.
—Hemos construido esto con tanto esfuerzo que ahora parece doloroso —Chanyeol sabía que su hermana tenía razón, porque a pesar de no haberlo mencionado ambos sabían el rumbo de la conversación, eso no le quitaba el dolor de aquello— debo hablar con ellos primero, antes de tomar una decisión.
—Los lobos negros han reunido más ejército, los humanos están ayudando en ello —Kristal  se levantó, la pelirroja tras ella igual lo hizo, dispuesta a escoltarla— es mejor unir nuestras fuerzas. Te ofrezco esto porque necesito la fuerza que tú tienes y tú necesitas seguridad. Tu manada puede tener fuerza pero son tan pocos que los tendrían rodeados en menos de diez minutos.
—Lo haré —Chanyeol se levantó para acompañarla a la salida— dame unos cuantos días para avisarles y así organizar todo.
—Entonces haré un espacio en la manada para ustedes.

*********

Mark era un lobo etíope, el más común de todos. Sus ojos verdes y cabello rubio podrían engañar a cualquiera y así hacerlo ver como alguien de un animal de clase pero no, su raza de lobo era el más común y eso no afectaba la personalidad del nuevo en aquella manada.
Taemin  había pasado de cuidar a Minho  a cuidar de ambos nuevos. Y era extremadamente difícil cuando se trataba de juntarlos, ambos parecían odiarse. Un odio que había nacido de la nada. Minho  era alguien territorial, protegía el cuarto que compartía con Taemin  a toda costa, gruñó cerca de cinco veces cuando Mark entró a aquel lugar y mencionó sobre lo de quedarse juntos.
Porque la casa que tenían no tenía suficientes cuartos para uno más y tampoco confiaban en Mark. Taemin  asumió la responsabilidad de cuidar de ambos. Sentía que de esa manera podría tomar un papel más importante en la manada y sería visto y no ignorado.
Había un problema más, uno que Taemin  tendría que soportar por un tiempo.
La primera mañana de esa semana, Taemin  tenía que ir a hablar con su hermano sobre los avances en la memoria de Minho . La pareja líder estaba esperando el momento en el que este recupere la memoria para así ver si tenía información sobre el cachorro que se habían llevado hace tiempo. Por eso y solo por eso lo mantenían en la manada.
Lo extraño era no ver a Minho  molestando. Taemin  tuvo un mal presentimiento sobre ello. Más cuando vio pasar a Kibum por su cuarto, con una sonrisa en su rostro, la misma que un niño después de haber hecho una travesura.
—Taemin  —Kibum entró a su habitación, ignorando por completo a Mark quien seguía en pleno sueño, el pelinegro sonrió una vez más y se sentó a su lado— ¿Qué ropa es la que Minho  estaba usando?
—La mía.
De hecho, desde que llegó a la manada Minho  tuvo que usar las ropas más grandes que Taemin  tenía en su guardarropa. Una orden que él obedeció sin rechistar porque de todos modos el lobo negro estaba a su responsabilidad. Taemin  tuvo un mal presentimiento cuando vio la sonrisa de su hermano hacerse incluso más grande.
—Creo que necesita más ropa.
Cuando Kibum salió de su habitación tenía en su mano una bolsa cuyo contenido le era desconocido. Taemin  agradeció que Mark haya llegado a la manada con una maleta con todo lo que necesitaba, incluida la ropa.
La respuesta a todo ello llegó con Minho  quien estaba en su forma animal y en su hocico una cadena dorada resaltaba entre su pelaje oscuro. Mark despertó en ese momento y al igual que Taemin  se quedó callado, observando al lobo negro meterse bajo las mantas para volver a su forma humana, sin ropa alguna pero con su mirada brillosa hacia el objeto entre sus dedos.
—¿Qué tienes? —preguntó Mark, mucho antes de que Taemin  siquiera se atreviese a hacerlo— ¿pulgas?
Minho  bufó y un suave gruñido se escuchó desde su garganta. Sin embargo, a pesar de su leve semblante de enojo, descubrió las palmas de sus manos dejando ver una roca dorada con una cadena del mismo color sujetándola en un nudo que parecía haber sido hecho a la ligera.
—Es oro —aclaró Minho  con un gran brillo en los ojos— Kibum dijo que lo había encontrado en el río y que valía bastante dinero. Por eso se la cambié, y soy tan buen negociante que me la dio por la ropa que llevaba puesta.
Taemin  sintió un poco de dolor por ello, aquellas prendas que eran grandes para él, habían sido un regalo de su hermano cuando aún vivían juntos. Tal vez en ese momento Baekhyun creía que él crecería mucho más de lo que ahora mide.
Mark fue el que se levantó y de un movimiento veloz le quitó la piedra dorada a Minho . El rubió soltó una gran carcajada en cuando observó todo de cerca. Taemin  ya podía adivinar lo que ocurría, de todos modos era Kibum, el único con el valor de vender hasta a su propio hermano por conseguir un poco de dinero.
El rubio tomó la piedra y la frotó contra su ropa, de inmediato, la barata pintura dorada se desprendió de aquella roca sucia y sin valor. Minho  perdió la sonrisa en ese momento y Taemin  no pudo evitar reír por aquello.
—¿Eso vale algo? —preguntó Minho  en su último intento por recobrar su dignidad.
Mark soltó una carcajada y negó. Minho  movió su vista hacia Taemin , esperando una respuesta por parte de este y encontrando una negación de igual forma.
Minho  se levantó, sin importarle su desnudez, y comenzó a rebuscar entre la ropa de Mark algo que pueda ser de su tamaño. Minho  no iba a pedirle ropa a Taemin  después de haber perdido la suya por una estafa. Lo encontraría y recuperaría lo que era suyo.
Entre pisotones y varias muecas de enojo Minho  bajó a la sala para buscar a Kibum y reclamar lo que era suyo una vez más, pero la figura de una persona que el recordaba solo haber visto una sola vez hizo que detuviese su paso. Una pelirroja de ojos verdes estaba sentada en el sofá de la sala, con dos trenzas amarrando su cabello y una sutil sonrisa en sus labios al encontrar su mirada con él. Solo la había visto la primera vez que se volvió humano.
Luna había estado ausente por alguna pelea con Jinki que nadie mencionó. Ella no tenía ninguna marca en su cuello.
Eso solo significaba una cosa para Minho , una oportunidad. En ese punto ya había olvidado por completo la razón de bajar.
—Me alegra saber que la manada no está llena solo de hombres —Minho  puso la misma sonrisa que vio poner a Kibum cuando estaba estafándole, algo que él podía considerar como coquetería— incluso ya sentía la obligación de volverme como ellos.
Luna ladeó la cabeza y frunció el ceño, ella encontró la intención en las palabras del moreno pero simplemente no quería causar más problemas en su relación con Jinki. Por eso ignoró aquello y volteó, dispuesta a irse.
Minho  había alzado la mano para detenerla, ver una mujer en aquella manada era como un milagro. Solo que una mano fuerte lo detuvo y sintió una mirada perforarle el cráneo. Incluso escuchó un gruñido incluso más bajo y ronco que cualquier otro. Quizá estaba en problemas.
—Jinki —el grito de Taemin  fue un gran alivio para Minho — lamento eso —Taemin  iba a disculparse en su lugar, como siempre hacía.
Jinki entrecerró los ojos y volvió su mirada hacia Minho .
—No hiciste nada —aclaró el peliplata a Taemin — fue él quien tuvo la culpa de todo por coquetearle a mi novia ¿por qué te disculpas por él?
—Está a mi cargo, lo lamento —Taemin  volvió a hacerlo y con suavidad tomó la mano de Minho , jalando un poco para lograr que Jinki lo soltase.
Jinki negó con la cabeza y dejó a ambos, él no buscaría problemas y menos con Taemin . Quizá Jinki sea el único que vea a Taemin  como alguien importante en toda la manada.
—Olvida a Kibum —Taemin  soltó en un suspiro mientras se alejaba de Minho , a penas empezaba la mañana y ya se sentía cansado— seguro ya ha vendido tu ropa, no intentes recuperarla o Jonghyun  se enojará.
Minho  bajó la cabeza arrepentido. En el fondo sentía algo de culpa por hacerle pasar todo aquello a Taemin  pero ya estaba hecho y no iba a cambiarlo. Así que  volteó hacia el patio y simplemente salió, nadie lo escuchó pero en un susurro suave agradeció a Taemin .
Esa solo era una parte del problema. Taemin  tenía otra responsabilidad que también consumía su paciencia.
Cuando subió a su habitación encontró a Mark parado frente a la puerta, esperándole. Taemin  sintió estar viendo un perro que espera la llegada de su dueño, eso le llenó un poco de alegría. Podría, y querría,  decir que Mark no era un problema, que era alguien tranquilo que no le causaba problemas pero eso sería mentir. Mark era incluso peor que tratar con Minho .
Taemin  pasó por su lado, sin acercarse, con cautela.
—Que saludo más frío —reclamó Mark— debes aprender a tratar mejor a tu pareja.
—Mark, tú y yo no somos pareja —Taemin  cerró los ojos y respiró a cuentas para tranquilizarse, en definitiva tenía dos grandes dolores de cabeza a su lado.
—Si quieres tener una relación secreta por mí está bien —terminó Mark antes de acercarse a él.
Por alguna extraña y molesta razón Mark le había asegurado que eran pareja, que incluso pronto podrían casarse y hasta crear una marca de enlace. Taemin  negó todo cada vez hasta que en un punto tan solo se cansó y dejó que el otro siguiera en su propia creencia. Pero aquello no era el problema completo.
—Voy a bañarme —Taemin  susurró tomando una toalla y asegurándose de   que el rubio no se atreva a seguirlo, bufando al notarlo tras él—, Mark.
—¿Qué? Dijiste que deberíamos bañarnos —alegó con un entusiasmo que finalmente acabó la paciencia de Taemin , y eso que recién iban por la mitad de la mañana.
Taemin  dejó de respirar para tranquilizarse, porque aquello había tocado su límite. Podía ser amable y quizá invisible pero no iba a dejar que aquello ocurra. Finalmente Taemin  había conocido su límite, aquel que le convertía en un demonio parecido a Kibum cuando pierde dinero.
Por eso, sin preocuparse en lastimarlo o matarlo, Taemin  sujetó con su brazo el cuello de Mark. La carga emocional y física que había conllevado soportar a los dos durante esos días estaba por hacer que su cabeza explote. Y más con el comportamiento desvergonzado del rubio. Taemin  odiaba esa forma de actuar.
Con la fuerza, que no sabía que tenía, tumbó a Mark hasta el suelo y sin miedo se subió sobre él sujetándolo del cuello y alzando un brazo para golpearlo.
Mark podría defenderse, en su segundo  encuentro había demostrado su fuerza y velocidad. Mark podría voltear las cosas y devolverle a Taemin  cada caída, pero no quería hacerlo. El rubio conocía la situación en la que el felino vivía, sabía que necesitaba ganar un poco de fuerza para tener un poco de confianza, Mark estaba dispuesto a ser quien vea a Taemin  alzar la voz y demostrar su valía. Así eso signifique lo que estaba pasando en ese instante.
El problema surgió cuando Taemin  estaba a punto de dar el primer golpe. En ese momento la puerta se abrió de golpe y Kibum observaba todo desde afuera. Su rostro era una mezcla de sonrisa y ceño fruncido. Eso le resultó familiar.
—Ya decía yo que no eras un santo —soltó Kibum con burla antes de cerrar la puerta.
Taemin  entonces se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se separó. Siempre se había considerado en contra de la violencia. Tal vez haya sido el estrés de tan solo esa mañana o los dos nuevos que estaban completamente bajo su cuidado pero incluso con ello no tendría que perder la cordura así de fácil. Era la segunda vez que recurría a ese tipo de actos.
Gruñó en enojo y alzó la toalla que había caído a su lado para volver a caminar hacia el baño. Iba a olvidar aquello por ese momento, ya mañana pediría un día libre, de todos modos pronto sería su cumpleaños y quería tener un poco de paz.
Supo que aquello podría ser posible cuando escuchó las palabras de Chanyeol en la noche. Cuando les informaron que tendrían que mudarse a su antigua manada, para tener más seguridad. Taemin  sentía que con ello tendría más ayuda para vigilar a los dos nuevos pero un extraño sentimiento apretó su pecho en preocupación.

SHADOW***adaptación 2min**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora