XII

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LA ESPERANZA EN LA DESESPERACIÓN PT. I
Capítulo 12

Erick continuaba puliendo los vasos con cuidado, tratando de mantener su mente enfocada en su trabajo. El pequeño rincón lleno de botellas que servía como la estación de bebidas para el Rey Demonio estaba repleto de un aura ominosa, y las conversaciones susurradas entre los monstruos cercanos solo aumentaban la sensación de intranquilidad en la habitación.

De repente, la puerta se abrió de golpe, y Erick levantó la vista para ver a un hombre imponente, vestido con una armadura antigua y marcado por raíces oscuras en su brazo derecho y una lateral de su cuerpo. Su cabello rubio caía en cascadas desordenadas sobre sus hombros, acentuando su apariencia salvaje y formidable. Sus ojos opacos completamente oscuros infundían temor en el corazón de Erick, quien sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. La presencia de este guerrero en la habitación era abrumadora, como si trajera consigo una energía oscura y pesada que llenaba cada rincón.

—Una bebida —gruñó el guerrero con voz ronca, mientras se acercaba a la barra. Eri asintió levemente, consciente de que no se atrevería a desobedecer las órdenes de un ser tan peligroso.

Después de servir la bebida con manos temblorosas, el guerrero tomó un sorbo y dejó escapar un suspiro de satisfacción.

—Parece que los planes del Aranhold están surtiendo efecto —murmuró para sí mismo, aunque lo suficientemente alto como para que Erick pudiera escucharlo —. Ahora los humanos saben que estamos tras la pista del príncipe. Esto nos favorecerá en la ejecución de ese traidor —agregó, dirigiendo una mirada gélida hacia el sirviente.

Erick tragó saliva, sintiendo miedo apoderarse de él. Pero la curiosidad y un destello de valentía lo impulsaron a preguntar:

—¿Quién eres tú? ¿Cómo es que conoces los planes del Aranhold?

El guerrero se giró lentamente hacia Erick, sus ojos oscuros brillando con una maliciosa chispa.

—Soy Falkner —dijo con voz lúgubre —. Soy el leal servidor del Rey Demonio, y fui quien entrenó a su hijo en el manejo de la espada desde que era un niño. Es comprensible que no me hayas reconocido hasta ahora.

—Pues qué agradable sorpresa conocer a otro servidor leal de Aranhold también —expresó con una sonrisa.

—Sí, no todos logran ese mérito —respondió Falkner.

—¿Y cómo piensas cumplir con esa misión que te encomendó el Rey Demonio de invadir el mundo terrestre? —preguntó Erick con interés, mientras observaba a Falkner con curiosidad. Falkner respondió con seriedad:

—Mi tarea es guiar a los demonios, haciéndolos pasar desapercibidos entre las personas, especialmente para evitar que maten a los guardias del rey en el mundo humano. No quiero que todo se venga abajo mientras el rey difunde noticias sobre el príncipe traidor.

—El rey Aranhold es realmente astuto al utilizar a los humanos para rastrear a su propio hijo —dijo Erick con una mezcla de admiración y recelo en su voz —. Pero, ¿qué pretende lograr con todo esto? Kodoku es el único heredero del trono.

Falkner asintió con una sonrisa malévola y respondió:

—Así es. El príncipe es el legítimo heredero del trono, pero ha traicionado a su padre y se ha aliado con los humanos, convirtiéndose así en nuestro enemigo. Su intención es matar al Rey Demonio, lo cual lo convierte en un traidor.

—Pero, ¿Qué sucederá con el reino de Aranhold si el príncipe muere? —preguntó Erick con preocupación por el futuro —. ¿Quién heredará el trono?

KODOKU: The First #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora