XVI

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PRECIO POR LA TRAICIÓN PT. I
Capítulo 16

El bosque estaba en silencio, salvo por el sonido de los musgos siendo arrancados uno a uno. Yuki, con los dedos entumecidos, trabajaba con una mirada sombría, cada movimiento un intento de alejar el dolor que la consumía.

De repente, una voz familiar rompió la quietud del bosque.

—Yuki —llamó Kodoku, su tono rojizos eran fríos, pero sus ojos revelaban una tormenta de emociones contenidas.

Yuki se giró bruscamente, su mirada era un reflejo de la ira y la confusión que sentía.

—¿Qué quieres? —preguntó Yuki con un filo en su voz, su mirada fija en su hermano, buscando respuestas en su rostro impasible.

Él dio un paso adelante, su presencia imponente entre los árboles antiguos.

—He venido a hablar contigo, Yuki —su voz era calmada, pero había una tensión subyacente que no podía ocultar.

—¿"Hablar"? — soltó una risa amarga—. ¿Después de todo lo que ha pasado y de que me usaste para llevar a matar inocentes?

—No era mi intención que participaras en esto. Las cosas son más complicadas de lo que parecen.

—¡"Complicadas"! —exclamó Yuki, su ira creciendo como una tormenta —. ¿Es así como llamas al sacrificio de vidas humanas? ¿A la traición?

—No es traición. Es nuestro destino, el legado que debemos aceptar como hijos del Rey Demonio —respondió, su voz apenas un susurro entre los árboles.

—¡No quiero ese destino! —gritó, su voz resonando en el bosque —. ¡No quiero ser parte de tus planes, ni de los suyos!

Kodoku se acercó, su figura recortada contra la luz que se filtraba a través de las hojas. Su expresión era seria, pero sus ojos, esos ojos que siempre habían sido un enigma, ahora mostraban una vulnerabilidad que Yuki nunca había visto.

—Yuki, escúchame —dijo con calma, cada palabra medida —. No te pedí que llevaras a nadie a su muerte. Eso fue una manipulación de fuerzas que ni tú ni yo controlamos.

—¡Mentira! ¡Ya basta, Kodoku! Tu sabes muy bien que no hay manipulación de fuerzas, ni nada de esas cosas. ¡Son basuras en tu cabeza! Estás órdenes son crueles. ¿Y qué somos nosotros entonces? ¿Peones en un juego como ese... cómo se llama? —frunció el ceño, su frustración creciendo —. Ese juego con reyes y reinas, y una guerra en silencio sobre un tablero de cuadros.

—Ajedrez —respondió simplemente.

—¡El punto es que no somos asesinos de un rey, Kodoku! Podemos ser algo más, algo mejor.

Las palabras de Yuki están llenas de convicción, resonando con una fuerza que parecía emanar de lo más profundo de su ser.

—No es tan simple —respondió con frialdad.

Su hermano negó con la cabeza, su expresión inmutable, como si estuviera tallada en piedra. La frialdad de su respuesta era un muro impenetrable. La frustración de Yuki se transformó en ira, una llama que ardía con intensidad en sus palabras.

—¿Qué te pasó? —preguntó Yuki, su voz temblando con emoción —. Mírate, has cambiado. Tu cabello ya no es blanco y tus ojos... esos ojos rojos. No eres el hermano que recuerdo.

Kodoku se volvió, su perfil recortado contra el crepúsculo que se cernía sobre el bosque. La luz moribunda del día jugaba con las sombras en su rostro, revelando una tristeza que rara vez mostraba. Yuki se enfrentó a Kodoku, sus ojos llenos de preguntas que habían estado ardiendo en su interior durante años.

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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KODOKU: The First #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora