Parte 4

157 9 0
                                    

Eran ya las doce de la noche, aún no podía dormir, se sentía agotado por el papeleo que le dejo Patrick, solo eran unas cuantas hojas, ¿por qué tanto drama?

Estaba él muy concentrado hasta que se recosto en el escrito, en un abrir y serrar de ojos era de día, espera, ¿¡era de día!?, ¿cómo es que se quedo dormido?, ¿qué dirá su jefe? Carajos, su jefe le había ducho que iría a su oficina, tenía miedo, mucho miedo. Agarro los informes del día pasado, vio en el reloj y no era tan tarde, eran las cinco de la mañana.

Se fué a la oficina del hombre que odiaba, tocó la puerta, sabía que el líder estaba allí para planear el como atacar a Tailandia, no le sorprendía en lo absoluto que el maniático estuviera en su oficina y no perder tiempo en dormir. Pero sí no duerme una persona y más sí ya es seguido le puede dar enfermedades y/o incluso cáncer. Tocó la puerta y se acomodo el cabello, odiaba que le digan de lo más simple de la humanidad, oyó un "pase", ya al estar en la oficina del noruego se quedó allí oyendo los reclamos de el cuencas, lo típico, "por qué no veniste cuando yo te lo pedi", " eres un inútil".

Se quedó allí, se veía lo cansado que se veía él líder, se nota por las ojeras y que no durmió en horas, se veía mal.

- Carajos, aún falta... - decía quejándose, cualquiera que le dijera que se está quejando y el diría que no es cierto se relataría por el tono agotado y furioso del noruego. Cerró sus ojos, al parecer ya no podía aguantar más el sueño como dirían unos, una pestañadita no hace mal.

Cuando parecia que se durmió el británico de rojo estaba allí esperando unas ordenes, solo que al ver unas tijeras afiladas y puntiagudas se le ocurrió una mejor idea, ¿por qué no en vez de esperar que este con Matt y y Edd lo mataba ahora mismo?, ¡sería lo más magnífico de su puta vida!

Agarró las tijeras y se acercó al hombre, se colocó arriba del hombre sentado, estába a punto de clavarle eso en el centró de su garganta pero en un momento a otro algo le sostuvo de su muñeca que tenía la tijeras.

- ¿Qué? - ve el rostro del frutal y se asusta mucho, estába despierto y eso era lo que menos quería.

- ¿Tanto me odias Tordduby?~ - dijo en un tono burlesco y con un pequeño puchero en sus labios imitando un pico de pajaro.

- ¡Dejame! - intentaba quitar la mano pero era fuerte el maldito commie blue.

- Sabes - se acerca a los labios con una sonrisa - me gusta que estés así contra mí, solo que me incómodan las tijeras Tord~

Las gafas se pusieron de color rojo, significaban que estaban rojas las gafas y decían en un texto de "I Hate You", eso hizo sacar una risita al de azul y poso sus labios con los de él chico arriba sullo. Se veía que estaba enojado y que no quería el beso.

El de azul quito con la otra mano las tijeras del menor, y al fin puso la mano en la sintura del chico, quito el amarre de la otra mano y lo puso en la nuca del británico, valla, que mejor idea que un beso francés.

Agarró la nuca con delicadeza por que era de metal la mano. El beso para los dos cada que pasaba el tiempo se sentían como su corazón iba cada vez más rápido. El británico rojo por su parte se estába riborizando mucho, se sentía como una manzana muy roja y comestible, se sentía acalorado, no sabía por que y por qué no hacía nada, su cuerpo estaba en contra suya, no quería eso pero algo le decía que siguiera. Sintió unas caricias en su sintura y cadera, sacó un jadeo ahogado.

Por otro lado el noruego de azul le gustaba la situación, a pesar que lo estuvieron a punto de matar lo seguía amando, lo odiaba pero a la vez lo amaba, quería aprovechar cada momento estar con el que lo trae loco, tan enamorado en sus propias palabras estaba de aquel chico, quería que lo amara igualmente pero sabe que no pasará eso, al menos no ahora. Le parecía tan bella la escena que quería que nunca terminara, su corazón se sentía blando, no quería hacerle daño, no quería que él otro se fuera, por eso trataría todo lo posible de estar con él de rojo como las rosas.

Terminó el beso por falta de aire y por la embobación de ambos chocos, el beso fue algo torpe pero tranquilo.

- Mejor sigamos con este trabajo que tanto debo de que terminar - dijo el de cuencas.

Él otro no dijo nada pero estaba muy rojo y muy confundido por lo que acababa de pasar, se quito de allí y siguieron normal y él como terminar con Tailandia.

▶▷Obedece a tú AMÓ▶▷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora