Capítulo 8

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Después de intentar llamar a Hobie varias veces con su gizmo e incluso tratar de arreglarlo al pensar que tenía una falla, sin éxito, Luna finalmente cayó dormida. Logró descansar alrededor de 3 o 4 horas hasta que todas las luces de su habitación se encendieron.

- Mmh... - soltó un quejido al sentir cómo la luz atacaba sus ojos, lo que la llevó a cubrir su rostro con las mantas - Hobie, apaga esa maldita luz o te juro que ni siquiera te dejaré dormir conmigo de nuevo - refunfuñó la azabache, golpeando un lado de su cama como si él estuviera ahí

- No puede ser que hasta dormida piense en el anarquista - pensó Miguel mientras quitaba todas las sábanas que cubrían por completo a Luna

- Ya, Hobie, para con eso - gruñó la azabache, aún con los ojos cerrados, mientras trataba de buscar con su mano al nombrado

- Para mencionar mucho a Hobie en tus sueños, debes dormir seguido con él - burló el de cabellos marrones, haciendo que Luna saltara fuera de la cama por el susto

- ¿Q-Qué haces aquí? -preguntó con un tartamudeo, luciendo confundida, ya que solo había dormido 3 horas y no estaba al 100%

- Ayer noté que te faltaban muchas habilidades en el momento de pelear, así que decidí aceptar tu propuesta y entrenarte

- ¿Es una broma, verdad? - preguntó, ya que estaba demasiado cansada para mantenerse de pie fuera de su cama

- No, no lo es. Así que es hora de levantarse - respondió Miguel yendo a cargar a Luna, quien volvió a echarse en su cama, como si fuera un costal de papas

Luna no se quedó atrás, y al darse cuenta de que Miguel iba en serio con el entrenamiento, se aferró a su colchón haciendo uso de su habilidad de pegarse a las cosas

- Suelta el maldito colchón, D'Angelo - gruñó Miguel al ver cómo ella ponía resistencia

- Jamás - respondió Luna de inmediato - así que déjame dormir - añadió sin dejar de aferrarse al colchón, a pesar de los intentos de Miguel por sacudirlo y despegar a la azabache de su comodidad

- Suelta el colchón o será peor - amenazó el de ojos marrones, dejándose llevar por la poca paciencia que estaba a punto de romperse

- Ya te dije que no lo haré, además es muy temprano - respondió Luna, sintiéndose como si estuviera dentro del juego del toro mecánico en el cual no debías permitir caerte del toro por mucho que este se sacudiera

- ¿Cómo que temprano? Si ya es tarde - mencionó Miguel, haciendo que Luna lanzara una de sus telarañas a las cortinas para abrirlas y demostrarle que no tenía razón

- Ves, ni siquiera ha salido el sol - respondió, soltándose finalmente del colchón y siendo atrapada por Miguel, que con gran agilidad logró atraparla - Está bien, está bien, tú ganas - comentó rendida, sintiendo cómo aún su cabeza daba vueltas

- Bien, hora de irnos - dijo, pero antes de poder salir por el balcón cargando a Luna en su espalda como si fuera un saco de papas, sintió cómo ella palmeaba su espalda

- ¿Me bajas? Siento que pronto verás mi cena de ayer - mencionó Luna, sintiendo su cerebro aún sacudirse

- Me sorprende que siendo una Spider-Girl tengas tan poca resistencia - comentó, dejando con cuidado a la azabache en el suelo

- No sé qué pretendes decir con eso, pero no tengo ganas de ponerme a pensar o discutir sobre eso - respondió, intentando con todas sus fuerzas mantener su comida dentro

- Necesitas más resistencia; no puedes marearte fácilmente en una batalla - volvió a recomendar, sin intenciones de sonar impertinente, aunque Luna lo interpretó de otra forma

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