Capítulo 24

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La señora Weasley se apoyó pesadamente en el hombro de su marido mientras regresaban a la sala de espera, limpiándose la nariz con un pañuelo que parecía haber visto días mejores. Hermione vio como Ginny corría hacia su madre y la abrazaba fuerte.

-Oh, mi dulce niña.-La señora Weasley sollozó en el cabello de Ginny, luego se echó hacia atrás y la besó profundamente en la frente.-Tu hermano, él... él va a estar bien. Muy bien.

-Estoy seguro de que lo hará, mamá. Ron es un luchador, eso lo sabemos todos.-Dijo Ginny con firmeza, aunque llena de preocupación. Frotó la espalda de su madre mientras la guiaba hasta la silla más cercana a la puerta. -¿Dónde están Charlie y los demás?

El señor Weasley levantó la cabeza y los miró a todos antes de responder por su esposa. -Charlie fue con Bill para ponerse al día con Fleur y reunir algunas cosas para quedarse en la Madriguera esta noche. George y Percy ya están allí esperándonos.

-¿Te quedarás aquí con Ron, mamá?-Preguntó Ginny.

Hermione notó que la señora Weasley la miraba antes de responder con una sonrisa sombría.-Quería hacerlo, pero acordamos que, entre todos nosotros... Hermione sería la mejor persona para quedarse. Mira, sólo permiten pasar la noche a una persona y bueno...

-Oh.-Hermione tartamudeó en voz alta, desconcertada por haber sido señalada. -Seguramente, como su madre, sería mejor que se quedara con él, señora Weasley. No quisiera ignorar ninguna regla ni sobrepasar mis límites.

Hermione tragó saliva mientras la señora Weasley se sentaba en toda su altura y respiraba temblorosamente, sus ojos mirando fijamente a los de Hermione mientras hablaba con su esposo.

-Arthur, ¿puedes mostrarles a Harry y Ginny la habitación de Ron? Me gustaría hablar con Hermione un momento, por favor.

Hermione tragó saliva mientras rápidamente miraba a Harry, quien parecía igual de confundido. Intentó pensar en lo que había hecho o dicho en ese momento para iniciar una conversación privada con la madre de Ron. Sus nervios estaban a flor de piel cuanto más la miraba la señora Weasley, el zumbido dentro de sus oídos se hacía más fuerte.

-Por supuesto, Molly.-Dijo el Sr. Weasley mientras se levantaba y besaba su sien.-Harry, hay algunas cosas que también me gustaría preguntarte en el camino. Vamos, Ginny.-Con una última mirada por encima del hombro, Harry y Ginny siguieron al padre de Ron hacia el pasillo, dejando a Hermione sola con la matriarca de la familia Weasley, todavía mirándola fijamente con una expresión imperceptible en su rostro.

-Ven a sentarte a mi lado, Hermione.- Dijo la señora Weasley en voz más suave, dando palmaditas en el asiento a su lado. Hermione corrió hacia el asiento y la señora Weasley tomó una de sus manos entre las suyas y la apretó suavemente. Ese gesto fue suficiente para evitar que Hermione perdiera el último control que le quedaba.

-Dime.- Dijo Hermione temblorosamente.-¿Cómo está él realmente? ¿Realmente va a estar bien? Puedes decirme la verdad. P-Por favor.

-Él lo estará, de eso estoy muy segura.-Dijo la señora Weasley con pasión.-Pero...- ella continuó.-El necesitará tu fuerza, Hermione. Por eso acepté hacerme a un lado y que te quedes con él esta noche.-Su mirada era implacable y Hermione sintió tal presión sobre ella que la amenaza de ser aplastada la asustó inmensamente.-Tengo que pensar en mi chico ahí dentro... tan destrozado...- Ella resopló y el corazón de Hermione se rompió aún más cuando apretó su mano hacia atrás, haciendo todo lo posible para devolverle algo de tranquilidad.-Él te ama tanto... Tanto.

Las lágrimas cayeron libremente de los ojos de Hermione cuando dijo.-Lo sé, señora Weasley. Y lo amo más que a nada. Lo siento mucho. Esto nunca debería haber sucedido. Yo...

Ansiedad (Romione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora