Capitulo 18

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-¿Tienes estos en fucsia?

Ron parpadeó, sorprendido al ver a una niña rubia con trenzas que no parecía tener más de cinco año, frente a él.

-¿Eh?

La niña puso los ojos en blanco y chasqueó los dientes con impaciencia.-¿Fusquia?- dijo y ayudó a levantar un puff pigmeo morado.

Ron frunció el ceño, no exactamente de humor para que una niña presumida le hiciera preguntas ridículas.-¿Qué diablos es un fucsia?

-No puedes hablar en serio. ¡Es un color! Honestamente.-dijo la chica con altivez y se volvió hacia su amiga morena, sacudiendo la cabeza, las coletas rebotando molestamente sobre sus hombros.

-¡Oye! ¿Cómo se supone que voy a saber eso?- Dijo Ron y golpeó con la mano el mostrador de registro de la tienda de chistes.

Si hubiera sido cualquier otro día, Ron probablemente lo habría ignorado y habría hecho una broma para ganarse al cliente, lo que habría resultado en una venta. Sin embargo, estaba de mal humor. Era cerca de la hora del almuerzo y Ron estaba harto de todos los niños mocosos que venían a llenar su provisión de varitas mágicas y pastillas para vomitar antes de regresar a la escuela en aproximadamente una semana.

-Usted trabaja aquí, ¿no?- la chica rubia replicó con una sonrisa.-Deberías saber cosas así.

Ron apretó los puños y habló entre dientes, obligándose a mantener la calma.-Si no lo ves, no lo tenemos, ¿no?

-Sólo estaba preguntando, no tienes que ser un idiota al respecto.- dijo con una mirada furiosa, puntuada con una mano en su cadera.

Eso es todo. A esta chica se le va a poner la cara llena de ese hechizo de murciélago fantasma que Ginny finalmente me enseñó. Me muero por usarlo de todos modos.

Antes de que Ron pudiera sacar su varita, sintió una mano en su hombro y se giró para ver a George mirándolo, claramente no divertido.

-¿Cuál es el problema, señoras?- George dijo suavemente y luego, no tan suavemente, empujó a Ron detrás de él.

-¡Este culo me estaba dando actitud grosera porque no sabía lo que era un maldito color!

-¿Besas a tu mamá con esa boca?-Ron dijo en voz alta detrás del hombro de George.-De todos modos, ¿cuántos años tienes? ¿12?"

La rubia y la morena se miraron y rieron; sus risas agudas hicieron que Ron quisiera arrancarse el cabello. Los clientes de los alrededores comenzaban a mirar en su dirección, algunos de ellos miraban abiertamente la escena que se desarrollaba frente a sus ojos.

-Ron.- George murmuró.-¿No es hora de que te tomes la pausa para almorzar? Tengo esto.

-Sí, ve a almorzar, Ron...

-Espera.- dijo la chica morena, interrumpiendo a su amiga con una mano en el aire. -¿Ron? ¿Como en Ronald Weasley? Eres como... famoso, ¿verdad?

-Maldito infierno.- Ron gimió y se llevó una mano a la frente.-¿Sabes siquiera el nombre del maldito edificio en el que estás, tonto?

-Vaya.- Dijo George en voz alta mientras cubría la boca de Ron con su mano.-Ya vuelvo.-George les dijo a las chicas y luego empujó a Ron hacia el almacén trasero.

-Lo siento.- dijo Ron tan pronto como estuvieron fuera del alcance del oído.-Eso fue estúpido. Simplemente no estoy con eso hoy.

Se giró para mirar con sentimiento de culpa a George, que parecía cansado, pero sobre todo molesto.

-Sólo... quédate aquí y haz un inventario o algo así. Volveré cuando cierre para el almuerzo.-George dijo y cerró la puerta de golpe al salir.

Ron se frotó la cara con las manos y gruñó de frustración. Dio una patada a una caja, derramando paquetes de ranas de chocolate al suelo. Cogió uno y se dejó caer al suelo, apoyándose en un estante lleno de inventario que debería haber estado contando.

Ansiedad (Romione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora