Capítulo 1

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Era una calurosa noche de verano en La Madriguera e incluso con su camiseta más pequeña y sus pantalones cortos, Hermione todavía estaba ardiendo. Sacó su varita y lanzó un hechizo refrescante sobre la sala de estar. Tanto Hermione como Harry suspiraron aliviados cuando una brisa mágica sopló a su alrededor.

Disfrutó del frescor durante aproximadamente un segundo y luego se sentó para mirar su reloj por décima vez. Seguía moviendo las manos y mirando hacia las escaleras, como si tuviera que orinar o estuviera esperando los resultados de un examen final.

Miró a Harry y lo encontró mirándola con la barbilla en la mano, dándole la sonrisa más grande que jamás había visto. Ella puso los ojos en blanco y lo fulminó con la mirada. -¿Qué?

Su sonrisa pareció hacerse aún más grande, haciéndola preguntarse si su rostro se partiría por la mitad por eso.

-Oh, ¿sabes exactamente qué?-dijo con una sonrisa.

Ella no sabía de qué estaba hablando y como incluso su mejor mirada nunca tuvo ningún efecto en él, decidió ignorarla. Se encontró una vez más mirando hacia las escaleras haciendo que Harry se riera a carcajadas. Ella resopló. Por muy reconfortante que fuera escuchar a Harry disfrutar de algo otra vez, no sabía si le gustaba ser la razón de ello en ese momento.

Ella volvió a poner los ojos en blanco y se aclaró la garganta.-Entonces, ¿dónde está Ron de todos modos? ¿No fue simplemente a buscar el juego de ajedrez?- Apartó la mirada de Harry y se arrancó un pelo inexistente de sus pantalones cortos.

Harry volvió a reír.-Sólo han pasado dos minutos, Hermione. ¿Qué crees que le ha pasado? Se lo han comido las pelusas que había debajo de su cama, ¿verdad?

-Muy gracioso Harry.-Hermione dijo no divertida.

Harry se inclinó hacia adelante en su silla hasta que ella finalmente le dijo: -¿Qué miras?

-Hermione, ¿ron y tú habéis hablado sobre...

-¡No!-Ella rápidamente lo interrumpió, sacudiendo la cabeza con furia y mirando hacia las escaleras nuevamente. Sabía que él iba a decir la palabra que había estado rondando por su mente una y otra vez desde que sucedió hace más de dos semanas. No quería pensar en eso y mucho menos hablar de ello, especialmente con Harry, quien estaba allí para presenciar su comportamiento imprudente.

Ella lo miró y suspiró.-Lo siento, Harry-dijo. dijo ella con sentimiento de culpa.

-Está bien, Hermione. Lo entiendo.-Harry dijo dándole una sonrisa para hacerle saber que no había resentimientos. Ella le devolvió la sonrisa pensando que la conversación había terminado.

Pero él no se rendiría tan fácilmente.-Lo que no entiendo es por qué lo has estado siguiendo durante semanas. Es como si fueras un cachorro perdido o algo así. ¿Por qué no lo confrontas y ves qué pasa?

Ella se sentó; mirando a Harry sorprendido, procesando lo que acababa de decir.

Comenzó a sentirse nerviosa y sin aliento. No sabía de dónde venía esa ansiedad. Ella realmente no... lo siguió, ¿verdad? ¡Eso sería ridículo!

-¿Por qué...cuando...no? Todos hemos estado juntos todo este tiempo. Tú lo sabes. Con todo lo que ha pasado... es natural que estemos... ya sabes. Además, han pasado semanas desde... eso sucedió. ¿Por qué siempre soy yo quien hace algo? Es su turno, ¿no?-Sacudió la cabeza como para convencerse aún más a sí misma y a Harry.-No voy a volver a pasar vergüenza, ¡no, gracias!

-Bueno.-Harry comenzó a tratar de encontrar las palabras correctas después del arrebato de Hermione.-Primero que nada, cálmate antes de hacer levitar las lámparas o algo así.-Respiró hondo como si esto fuera algo que no quisiera mencionar. Hermione entrecerró los ojos hacia él. Olió a Ginny durante toda esta conversación.

Ansiedad (Romione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora