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Miré a Koriand entrar en la comisaría con los labios fruncidos. Cruzó mirada conmigo y me hizo tragar grueso. Parecía estar muy molesta. Más de lo que la había visto. Estaba con su cabello que caía a un lado y escribía en unos papeles que le habían dado . Hubo un momento en el que desvió la mirada de los papeles antes de entregarlos y la cruzó conmigo. Puso los ojos en blanco.

—Miren a esa pelirroja de allá —dijo otro hombre del otro lado—. Está bien buena.

—Pero bien buena para ponerla a cabalgar —no sé ni cómo fue que terminé de su lado tan rápido y lo tenía agarrado del cuello de la camisa, con mis brazos haciéndole presión contra la pared—. O a lo mejor en cuatro se vería mejor.

—Mejor cuida tu boca. Estás hablando de mi mujer —lo moví con intenciones de que volviera a pegar la espalda a la pared—. He tenido un mal día y lo último que quiero es iniciar otra pelea aquí. Se le dañó el motor a mí auto, me perdí el nacimiento de mi hija, y me arrestaron. Mejor no le agreguemos a la lista asesinar a alguien —el hombre abrió su boca para hacer un comentario, pero la cerró de inmediato—. Dejémoslo así.

Lo solté de golpe y el hombre se pasó por la mano por los hombros. Me di la vuelta y caminé a dónde estaba Koriand de pie esperándome con el ceño fruncido. Vi como Jason tenía una compresa fría en la ceja, y Wally una en la boca. Damián, revisaba a Titus para asegurarse de que no le hubieran hecho nada.

—Vámonos que Rachel nos está esperando en la casa con la bebé —me dijo hastiada y caminamos detrás de ella.

Mandaron a Titus los asientos del maletero junto con el oso gigante. Jason, Wally y Damián se sentaron atrás. Kory se subió en el asiento del conductor y miró muy fijo para que me subiera. Renunciando a conducir, me subí y apenas me dio tiempo de cerrar la puerta antes de que Kory acelerara. Debía admitir que nunca me había subido a un auto con ella conduciendo.

—¿Qué fue lo que hiciste para que te arrestaran? ¿Qué no te podías quedar quieto por lo menos el día del nacimiento de tu hija?

Me empezaba a preocupar más la manera en la que esquivaba autos y la velocidad con la que iba, no era nada comparada con la mía temprano, pero iba más rápido de lo que creí que conducía.

—Se le dañó el motor al auto.

—Tú le fundiste el motor —dijo Jason, echándole más leña al fuego. Me giré a verle y todos parecían estar igual de asustados que temprano, pero no decían nada.

—Fuera de eso, te arrestaron. ¿Qué tienes que decir en tu defensa? Y procura que sea creíble, para que por lo menos te deje pasar por hoy que no estuviste cuando tu hija nació.

—Wally nos fue a buscar, discutimos en el auto, peleamos por el volante, y nos detuvo la policía luego de chocar y destrozar el auto de Wally. Discutimos con ellos, y nos arrestaron porque supuestamente estábamos violentos.

—Porque tú estabas violento —apoyó Damián a Jason.

Kory nos puso nerviosos a todos cuando se comenzó a sacar los tacones. Por lo cuidadosa y nerviosa que a veces era, supuse que ella era más de tener más cuidado al conducir.

—Supongo que querías llegar a tiempo, pero yo hubiera entendido que te retrasaras. Pero créeme que no te voy a tener tanta consideración ahora —me tiró los tacones en el regazo y los puse en el suelo. Todavía tenía el ceño fruncido—. Le fundiste el motor al auto. Hiciste que te arrestaran porque estabas violento, y luego me llamas desde la comisaría para que fuera a pagar la fianza de ustedes. Tuve que pagarle a todos los reporteros de fuera para que no esparcieran la noticia y no sé conformaban con poco. Tuve que vestirme así y hacerme pasar por tu esposa porque ellos querían que Bruce fuera a buscarlos solo para hacer un escándalo. ¡No estaban ni tan convencidos de que lo fuera!

Sentí un rodillazo en mi asiento y me giré a ver a Jason que me hacía señas.

—Damián, ¿te gustaría pizza para la cena? —Kory cambió su tono agresivo, y le habló tan despacio y dulce a Damián. Él asintió—. Espero sea la primera y última vez que recibo una llamada como esta. ¿Para esto es que querías traer a Damián? ¿Para que supiera qué se sentía estar arrestado y dañar autos? No sé si ese es el tipo de vida que acostumbrabas en la universidad, pero está muy lejos de mi estilo de vida.

—Wally, estás muy callado —traté de desviar la conversación.

—Me gusta estar así —hizo silencio de nuevo.

Koriand rebasó un auto de manera tan peligrosa que me hizo pasar saliva tan nervioso como el principio. Me acerqué un poco a Koriand y me fulminó con la mirada.

—¿Qué tengo que hacer para que no estés enojada conmigo? —le pregunté, mirándola directo a los ojos. Ella hizo lo mismo por unos pocos segundos, volviendo la vista al frente.

—No vas a comprarme con nada. No te librarás fácil.

Estacionó el auto frente a la casa de Wally y luego de despedirse él se bajó y caminó rápido a su casa. Luego dejamos a Jason, y por último, pasamos por una pizzería a tres de llegar a casa. Damián se adelantó con Titus y Koriand seguía peleándome sin parar. Estábamos afuera y me replicsba una y otra vez no haber estado presente voy porque me arrestaron. Tenía razón, no podía librarme tan fácilmente de esto. Por lo menos no por hoy. O mejor dicho, no hasta que saque mi última oportunidad para que se le olvide por completo de todo esto. Y sé que sucederá tan fácil, solo falta que me dé la oportunidad de poder hablar. Por lo visto no ahora.

ÉXTASIS | ROBSTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora