12

198 18 28
                                    

Habían pasado meses de lo sucedido, mi padre nunca trató de buscarme ni yo a él. Estaba en el noveno mes del embarazo, y Dick estaba mucho más preocupado que yo, que estaba relajada tirada en cama viéndolo moverse rápido por la habitación. Habíamos tomado la decisión de que quizás no es tan mala idea de que Damián pase un tiempo con nosotros, Dick decía que necesitaba que alguien le prestara un poco más de atención y decidió traerlo acá. Pero él iba a buscarlo hoy junto con Jason y mañana al mediodía a más tardar debían ya de estar aquí.

—No quiero dejarte, en verdad, pero tengo que buscar a Damián, Jason y él solos no hacen la mejor combinación que digamos.

—No te preocupes, estaré muy bien. Puedes irte tranquilo.

—¿Me llamarás cualquier cosa? —asentí, y él pareció dudar demasiado en si la decisión que estaba tomando era la correcta—. ¿Estás segura de que estarás bien? Porque puedo buscar otra solución.

—No te preocupes tanto que yo estaré bien, solo será una noche, ya verás que cuando llegues todo estará como si nada. Además, Rachel viene en camino para hacerme compañía hasta mañana.

—Eso espero, preciosa —se acercó a mí y me plantó un beso—. Nos vemos mañana.

—Adiós, que tengas buen viaje —me despedí de él, porque yo no pensaba en bajar ahorita las escaleras, y cuando Dick había abierto la puerta Rachel ya estaba ahí que iba a abrirla.

—Bye —le dijo Rachel a Dick cuando le pasó por un lado—. Hola guapa.

—Hola, ¿vamos a quedarnos aquí comiendo comida chatarra y viendo películas? ¿O tenías otros planes?

—Tenía los mismos planes, tengo pereza de hacer algo más si te soy sincera —alzó la bolsa y la dejó sobre la cama, sacando unos hamburguesas y papas fritas—. ¿Y qué era lo que iba a hacer Dick?

—Va a buscar junto con Jason a Damián, quiere traerlo acá a pasar un tiempo con nosotros.

—Ah —le dio un sorbo a su refresco antes de comenzar a comer—. Estoy tan emocionada porque voy a tener una sobrina. Me encantará comprarle muñecas, y vestidos, y las cosas de niñas más bonitas que vea.

—¿No has visto la habitación de la bebé? —le dije luego de pasar la hamburguesa. Rachel negó con la cabeza—. ¿Quieres verla?

—Claro que sí.

Se levantó de inmediato de la cama e hice lo mismo, a veces sentía que hasta Rachel sentía más emoción y preocupación que yo, que me trataba de mantener serena con respecto a todo. Abrí la puerta de la habitación de la bebé, que tenía en letras doradas el nombre de Mari en la puerta.

La habitación era amplia, las paredes eran blancas y tenía una gran ventana que le generaba buena luz natural a la habitación. Tenía cortinas de color rosa claro que estaban cerradas porque ya era de noche. A unos metros de la ventana estaba la cuna que Rachel había comprado para la bebé, tenía una gran alfombra del mismo tono de rosado de las cortinas, y gaveteros blancos en dónde había juguetes guardados. Tenía un pequeño sillón lleno de peluches que Selina le había comprado, y un estante lleno de cuentos que mi madre se había encargado de comprar.

Había una puerta que daba a un vestier que tenía ropa de bebé distribuida por colores. Yo estaba consciente de que la mitad de la ropa no la usaría y la perdería rápido, pero no podía matarle a nadie la ilusión.

—La otra puerta es un baño —Rachel frunció el ceño, como todas las personas que veían la habitación, porque no encontraban tan necesario de que una bebé tenga su propio baño—. Se pensó que si seguíamos aquí para cuando la niña creciera, la habitación se acomodara conforme a su edad, entonces por eso el vestier es grande y tiene su propio baño.

—¿Y cómo quedó la casita que le mandó a hacer Gar? Nunca vinimos a verla.

Los regalos de todos eran, a mi parecer y al de Dick, muy exagerados para alguien que todavía no ha ni nacido, pero los dejábamos con la ilusión de que le regalaran lo que quisieran.

Bajamos las escaleras y nos fuimos al patio de atrás para ver la casita que estaba a un lado de algunas flores. Era adecuada hasta que la niña tuviera como unos diez años, ya que era grande. Le habían hecho su propia cocina de juguete con utensilios, y tenía un asiento largo en el que podía dormir si ella quería, y espacio para guardar la mesita de té que tenía afuera a un costado de la puerta. A un lado de la casita tenía un parque que el padre de Dick había mandado a construirle también, con tobogán y columpios.

—¿Dick y tú tenían pensado en hacerle todo esto a la niña?

—No, pensábamos en comprarle cosas a medida de que fuera creciendo, pero todos ustedes tuvieron otros planes.

A la final Rachel y yo terminamos en la habitación con toda la basura de la comida en el bote y acostadas juntas en la cama. Esperaba dormir tranquilamente hoy, porque no tenía que preocuparme porque Dick estuviera toda la noche despierto por andar de ansioso y preocupado. Había estado meses sin dormir, ningún día sin falta, sobretodo en este último mes. Él decía que se sentía muy tranquilo con todo esto, peor yo sabía que estaba ansioso porque la bebé naciera, porque no hay segundo que pare de hablar o preocuparse por algo de la bebé, como cuando con el color de las paredes de la habitación, y le dije que mejor era blancas porque le iba a dar frescura al cuarto. Así que era mi primera noche durmiendo sin Dick y sin preocuparme porque no durmiera, mínimo quería dormir hasta las nueve de la mañana y descansar todo lo que no he podido descansar.

Pero lamentablemente, esos no eran los planes que tenía el destino preparado para mí hoy.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Holaa, hice actualización doble porque no he tenido internet y quería terminar el libro el 31 de diciembre a las 12, se me ocurrió después de que me picara un mosquito yyyyyyyy, mañana quizás, el 24 y no sé si el 25 actualizaré también 💗

Pd: Si no actualizo es porque me morí por culpa del calor, ya saben 💪🏻

ÉXTASIS | ROBSTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora