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Kory.

Dick conducía silencioso, y amargado. Yo me consideraba mucho en si debía decirle algo o no, porque parecía no estar de humor ni para escuchar la respiración de alguien más. Raramente, movió su mano y la posó en mi muslo acariciándolo. Sin embargo, la tomé y la entrelacé con la mía, y el gesto no pareció molestarle en lo absoluto. Respiré hondo antes de soltar las palabras.

—¿Por qué estás malhumorado? —temiendo por la respuesta, me arrepentí de inmediato de haberlo preguntado. No parecía estar de ánimos de nada, y lo último que quiero es pelear con él.

—No pasó nada. Estoy bien.

—¿Es por Bárbara?

—¿De dónde sacas esas conclusiones? ¿Jason te contó algo?

—Solo es una suposición por lo que dijeron cuando te fueron a buscar.

—Solamente fue a molestar, es todo.

—¿No pasó nada más? —me di cuenta que lo estaba mirando mucho cuando Dick se detuvo y me miró también.

—¿Crees que pasó algo?

—No, yo solo...

—No pasó nada. Ella fue solo a molestar como ya te dije, con el embarazo y lo de la boda. Puedo asegurarte que nada más sucedió.

El teléfono me vibró en la pierna, lo desbloqueé y vi la imagen de Dick acomodándose la ropa, y era lo que trae puesto ahora, e imágenes de Bárbara también acomodándose la ropa. Alcé la mirada de nuevo a Dick y le mostré lo del teléfono.

—Ni siquiera lo decía por un mal pensamiento sobre ti, solo era por curiosidad, teniendo en cuenta de que un simple no me interesas baste para quitártela de encima —Dick miró las fotos y las eliminó de inmediato de mi teléfono. Lo aparté y dejé caer accidentalmente debajo del asiento—. ¿Y esas fotos? ¿Qué pasó ahí?

—No ha pasado nada de lo que debas preocuparte, son solo fotos fuera de lugar. No tienen nada que ver con lo que pasó realmente.

—¿Y qué fue?

—¿No confías en mí?

—Sí lo hago, pero nada te cuesta decirme el contexto de las fotos. Tú dices que están fuera de lugar pero yo quiero saber el por qué. ¿Qué sucedió?

Se quedó callado. Le di algunos segundos para que tuviera chance para que pensara mejor sus palabras, pero el no parecía tener intención de decir algo al respecto.

—Olvídalo, que me voy de aquí —me quité el cinturón y cuando fui a abrir la puerta él puso seguro rápidamente—. Déjame salir.

—¿A dónde vas a ir?

—Lejos de ti, ¿no es obvio? No puedo estar con una persona que le cuesta tanto explicarme porqué esas fotos están circulando cuando según no pasó nada más que unas palabras.

—No te vas a ir a ningún lado, no te pongas necia. Solo no quiero hablar del tema por ahora.

—Si yo no veo las fotos nunca me lo platicarías.

—¿Tanta desconfianza me tienes?

—¡Dick, por Dios! ¡Si yo no me entero de las cosas por terceros tú nunca me las dices! Hablas de que te tengo desconfianza y eres tú el que no confía en mí.

—¡Igual si te hablara de lo que sucedió dirías que era mentira!

—¡Yo confío en ti ciegamente, claro que te creería!

—¡No lo haces!

—¡De igual modo no hay nada malo con que yo sobrepiense algo! ¡Me has mentido más de una vez! ¡Me ocultas cosas! ¡Confiar ciegamente en ti no me trae nada bueno y sin embargo aquí estoy!

—¡No pasó nada, maldición! Solo hablamos y ella quiso tener sexo pero yo la rechacé.

—Nada te costaba decir eso desde un principio.

Tuve intenciones de volver a salir pero Dick rápido se acercó y me tomó de la pierna y la espalda baja y me arrastró hacia él sentándome en sus piernas sin dejarme moverme a otro lado. No sabía cómo es que lo lograba con tanta facilidad.

—Mírame —no tenía intenciones de hacerlo, lo cual lo llevó a tomarme de la costados de la cara obligándome a verlo. Mis ojos se cristalizaron y traté de controlar la respiración que comenzaba a acelerarse—. Te amo —abrí los ojos con sorpresa—. Mucho más de lo que me gustaría admitir. No permitiré que nada ni nadie se interponga en tu felicidad, ten en cuenta de que siempre haré lo posible por hacerte feliz. Eres la mujer de mis sueños y de la que siempre estaré enamorado. Me vuelves loco, Kory Anders.

Con impacto, deslicé mis manos por su pecho despacio. Apartó los mechones molestos, dejándolos reposar detrás de mis orejas. Dick me miró fijamente, como esperando a que yo le respondiera. Las palabras no podían salir de mi boca, trataba y nada.

—Yo también te amo, Dick —subí las manos por su pecho despacio—. Y me asusta lo que pueda sucederme por hacerlo con la intensidad en la que lo hago. Prométeme por favor que nunca te irás, que te quedarás para siempre a mi lado, en las buenas y en las malas.

—Lo prometo.

Me acerqué a él halándolo del cuello para que terminara de acercarse. Mantenía mi espalda arqueada por la incomodidad del auto. Dick de inmediato lo notó y se apartó unos segundos solo para mover el asiento más atrás. Sus manos se fueron a mis muslos de nuevo y subieron el vestido hasta la cintura. Dick apartó mi ropa interior y el contacto de sus dedos fríos en esa zona tan delicada, hizo que me estremeciera de inmediato y comenzó a mover los dedos despacio, en el punto indicado. Le desabroché rápidamente el pantalón y le saqué el miembro erecto de sus boxers. Me acomodó sobre él mejor y me ayudó a bajar y subir despacio. El trasero me pegaba del volante y se escuchaba como afuera la bocina sonaba sin parar, o hacia pequeñas pausas. Su cuerpo hizo que él mío se pegara mucho más al volante dejando sonar sin parar la bocina y que me golpeara de nuevo en la cabeza contra el vidrio parabrisas.

Hice una mueca de dolor y Dick comenzó a acomodarse y bajarme el vestido rápido.

—Mejor vamos a casa.

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Voy a dejar esto y desapareceré como mi ex unos días👩🏻‍🦲🦌

ÉXTASIS | ROBSTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora