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Dick.

—Cójeme primero. Después hablaremos y dependiendo de lo que tengas que decirme se decidirá si seguimos en esto o no.

Apenas terminó de decir aquello comencé a acelerarme y a pegarme más a ella. Distinguí el alcohol en su aliento y mantuve más distancia.

—¿Acaso tomaste alcohol?

—Sí, ¿acaso eres el único que puede? —se rió un poco antes que diera una arcada y vomitara todo el suelo. Le tomé del cabello y con mi mano alrededor de su vientre sosteniéndola para que no se cayera.

Se acomodó y pude ver a mi padre salir del auto de Jason del asiento del copiloto y dirigirse a mí a un paso regular como siempre. Kory no terminó de incorporarse bien cuando se desmayó en mis brazos.

—¿Puedes llevar la jeep por favor? —le pedí a mi padre que asintió—. Ya te envío la ubicación. Déjame primero dejar a Koriand en el auto.

—¿Qué patanería hiciste? —me preguntó mientras la veía desmayada en mis brazos.

—No hice nada. Solo está molesta conmigo y no sé ni porqué.

—Como digas —se subió a la jeep y con la ventanilla abajo me miró de pies a cabeza—. Procura que se bañe y tome líquido antes de dormir. Con todo lo que vomitó debe estar demasiado deshidratada. También trata de que coma algo, y de comportarte.

Alcé la ceja.

—Nos vemos en la boda —fue lo último que me dijo y yo solo pude ver a Koriand desmayada en el asiento del copiloto. Me subí al auto y arranqué dejándole el paso libre a mi padre. Mientras que con una mano sostenía el volante con la otra le enviaba la dirección a mi padre.

De vez en cuando me giraba a ver a Koriand y aceleraba mucho más para llegar lo antes posible al departamento. Mi teléfono comenzó a sonar y tanteando con la mano lo tomé y contesté poniéndolo en altavoz.

—¿Me puedes venir a buscar? —preguntó Jason al otro lado de la línea, haciéndome golpear el volante—. Es que Bruce se ha ido.

—Koriand está desmayada y me iba a ir a casa con ella —le dije evadiéndolo.

—Por favooor, te lo suplico en serio —me dijo y yo solo pude rodar los ojos y dar la vuelta abruptamente.

—Voy para allá —colgué y dejé el teléfono a un lado.

Conduje molesto de vuelta a la discoteca mientras seguía muy al pendiente de Koriand por si se despertaba, pero parecía haber caído en coma.

Cuando llegué al lugar Jason ya estaba afuera con la chica a la que se había besado. Aguanté un insulto par él porque entonces tendría que llevar a la chica a su casa.

—¿A dónde te llevamos? —le pregunté antes de arrancar.

—Vivo en los suburbios del otro lado de la ciudad —acaricié mi cien cuando oí la respuesta.

Aceleré y conduje aún más molesto que antes. La chica se la había pasado hablando y hablando y hablando sin parar y yo no podía sentirme con peor dolor de cabeza. En una de esas la chica se acomodó entre los dos asientos de adelante y me sonrió.

—¿Puedo poner algo de música? —me preguntó. Fui a decir que no, cuando vi que Jason me suplicaba con la mirada que aceptara.

Tanteé con mis manos buscando el cable para que conectara su teléfono. Conectó su teléfono y comenzó a sonar una canción en español y maldije en voz baja. No soportaba escuchar música de la que ni siquiera entendía una sola palabra.

—Soñándote en mis sábanas haciendo el amor —cantó la chica y fruncí el ceño. Lo cantaba muy de cerca de Jason y él sonreía mucho.

Después de cómo 6 canciones de más de seis o siete minutos por fin llegamos a la casa de la chica y ella se bajó con Jason detrás de ella que quería despedirse mejor. O sea besársela un rato y dejarme aquí esperándolo.

Bufé y me acomodé en el asiento tomando mi teléfono y apoyando mi cabeza en el volante. Al desbloquearlo la galería estaba abierta y comencé a deslizar las fotos. Una foto que no recuerdo haberme tomado me hizo parar en seco. Estaba detrás de Koriand con la cabeza oculta en su cuello y con mi brazo cubría su busto desnudo. Ella portaba una sonrisa que de inmediato me hizo sonreír.

—¿Acaso no puede apresurarse? —dijo Koriand a mi lado y solo apagué la pantalla de mi teléfono.

—Es Jason, no se puede esperar eso de él —le dije alzando la mirada. Me tomó de sorpresa cuando comenzó a besarme confundiéndome más que antes.

Se subió sobre mí haciendo movimientos con la cadera que me estaban volviendo loco. Eché el asiento hacia atrás pero ella se alejó de mí de inmediato. Odiaba que me hiciera este tipo de cosas.

Ella se acomodó de nuevo en su asiento y pasó su mano por mi pantalón. Sonreí extasiado con su mano acariciándome. El pantalón me estaba apretando demasiado y solo podía pensar en ella metiéndoselo entero en la boca. Comenzó a desabrochar mi pantalón y meter si mano fría dentro de mi bóxer. Solté un suspiro de inmediato y comenzó a moverlo de arriba hacia abajo.

—Hagamos esto rápido —dije recordando que Jason estaba fuera besándose con la chica. Se subió sobre mí y se movió de arriba hacia abajo sobre mí. Me besaba el cuello muy apasionadamente y yo la tomaba fuertemente del trasero.

Su cabello estaba desordenado ya  y la tomaba de la mandíbula viéndola fijamente a los ojos. No sabía que tenían sus ojos, que una vez que los veía no podía dejar de hacerlo. Tenían un brillo que nunca había visto en los ojos de nadie más. Sus mejillas estaban coloradas y sus labios rosados. Traté de hacer todo lo más rápido posible por si a Jason se le ocurría dejar su sesión de besos con la desconocida.

Antes de que pudiésemos terminar, se alejó de mí y bajó su vestido. Vi como Jason se acercaba así que rápido me acomodé el pantalón.

—¿Por qué te pusiste muy loca en la discoteca? —su cara me dio a entender que la ofendí pero igual lo ignoró.

—Fue una confusión tonta, me acabo de dar cuenta de ello —giró la cabeza avergonzada—. Es que vi a Jason besando a la chica y pensé que eras tú. Es que te había visto hablando con ella y justo cuando bajé la mirada te quitaste de allí y Jason la besó, y por eso pensé que eras tú.

—Principalmente no sé porqué me mentiste con que ibas a comer con Rachel.

—Ella me dijo que iríamos a comer, pero me llevó a la discoteca —antes de que pudiera reprocharle algo, Jason ya se había subido al auto.

—Son los mejores amigos que alguien podría pedir —dijo Jason entre los dos asientos y rodé los ojos—. Tengo tantas cosas que contarles.

—Cállate y duérmete mejor.

ÉXTASIS | ROBSTAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora