La cena se estaba convirtiendo en todo un acontecimiento social, ya que no dejaban de añadir nombres a la lista de invitados.
-Hace más de seis meses que eres el marqués Min Yoongi -le explicó su abuela cuando le preguntó si debía añadir otro pliego de papel a la lista... y tal vez otra ala más al comedor- Ya va siendo hora de que ocupes el puesto que te corresponde por derecho en la sociedad en lugar de recorrer el país en busca de diversión con compañías más que dudosas.
-Pero las diversiones son... divertidas, abuela -replicó él con un exagerado suspiro.
No añadió que algunas de sus «dudosas» compañías eran aristócratas o hijos de aristócratas.
-Ya va siendo hora de que regreses a Penhallow -insistió ella y no por primera vez- Es tuyo. Y no es solo una posesión, también es tu responsabilidad.
-Mi tía vive allí -le recordó- y mis primas también. Mi presencia les resultaría molesta si me trasladara a la mansión, y a mí también me molestaría. Mi tía siempre ha llevado las riendas de la propiedad, ya lo sabes, aun en vida de mi tío. A él no le importaba. A mí sí me importaría.
-Bueno, eso es normal -convino su abuela, bastante exasperada mientras doblaba la última invitación y hacía sonar la campanilla para que un criado la entregara- Debes ir, ejercer tu autoridad y buscar otro alojamiento para la marquesa y sus hijas, Yoongi. Hay una casa para la viuda en los límites de la propiedad, ¿no es así? ¡Válgame Dios! Cuando tu abuelo murió y el título de Potford pasó a Gregory, ni siquiera se me pasó por la cabeza quedarme en Grimley House, de la misma manera que no se me ocurriría tirarme de cabeza a un pozo. A Gladys no le habría gustado en lo más mínimo, y a mí todavía menos.
Yoongi estiró las piernas por delante y las cruzó a la altura de los tobillos.
-¿Que ejerza mi autoridad? -Le regaló una sonrisa a la anciana- Eso parece aburridísimo, abuela.
-Yoongi -replicó ella, girándose en la silla del escritorio para mirarlo con cierta severidad- Siempre he preferido creer que has pasado los últimos cinco años viajando por Francia y por otros países europeos y arriesgándote a que te capturasen en territorio enemigo por el mero hecho de que te divertía vivir al borde del peligro. Sin embargo, en el fondo siempre he sido consciente de que había una explicación mucho más alarmante de tu presencia en el continente. Ni se te ocurra intentar convencerme de que eres una criatura indolente que solo busca su propia diversión.
Yoongi enarcó las cejas y frunció los labios.
Había estado, cómo no, actuando en calidad de espía para el gobierno británico, recopilando información sobre los movimientos de tropas y los contingentes de Napoleón Bonaparte, pero no de forma oficial.
No formaba parte del ejército ni del cuerpo diplomático.
-¡Caray, abuela! Pero fue muy divertido -le aseguró.
Ella suspiró y se puso en pie.
-Lo que deberías hacer -le dijo- es elegir a alguien adecuad, casarte y llevarlo a Penhallow y comenzar la vida que te ha tocado vivir, te guste o no.
-No me gusta -le aseguró con énfasis- Albert era el heredero y nunca envidié sus perspectivas de futuro.
-Pero tu primo murió hace cinco años -le recordó. Como si le hiciera falta...- Así que tu nuevo estatus social tras la muerte de tu tío no te ha pillado por sorpresa.
-Salvo que, cuando me fui, mi tío era un hombre vigoroso -la corrigió- y ha muerto mucho antes de lo que me esperaba.
-Pese a esa horrible escena en la Sala de la Fuente -prosiguió ella al tiempo que se sentaba frente a él- no tengo más remedio que admirar el arrojo con el que lord Park Jimin respondió a lo que tomó por una ofensa imperdonable. La mayoría de las personas habrían hecho la vista gorda o se habría conformado con extender rumores en privado que difamaran tu nombre antes de que tuvieras la menor oportunidad de defenderte.
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леко скандално YoonMin
AléatoirePark Jimin es puro fuego, un doncel indomable en busca de libertad y aventura. Viaja a Bath en busca de aventura, cuando un apuesto desconocido irrumpe a medianoche en su habitación de la posada y le pide cobijo. Min Yoongi, marqués de Hallmere, un...