Felíz noche buena mis queridas, que sea un día de armonía, unión y sonrisas 💖
La carta llegó a la mañana siguiente.
Lo esperaba en la bandeja de plata que había sobre la mesa del vestíbulo principal donde se dejaba el correo de la familia, salvo el de Park NamJoon, que se entregaba directamente en la biblioteca.
Acababan de regresar de un paseo a caballo, ligeramente mojados, ya que había empezado a lloviznar.
Incluso el duque los había acompañado esa mañana.
Los niños ya corrían escaleras arriba a la habitación infantil para cambiarse de ropa.
—¡JHope, tenemos una carta de Thelma! —exclamó Tae, que parecía encantado— Y debajo hay una para ti, Yoongi. —Se la ofreció con una sonrisa.
Yoongi buscó la mirada de Jimin, que acababa de coger una carta dirigida a él.
Fue un momento espantoso.
Allí tenía la excusa para marcharse.
Ya había pensado lo que diría después de «leer» la carta, y en realidad sus palabras estarían teñidas de cierta verdad; con la cosecha y la llegada del invierno había una acuciante necesidad de hacer ciertas reparaciones y reconstruir las casas de sus arrendatarios, y por más que fuera una tarea aborrecible, la verdad era que debía estar allí para supervisar los trabajos, al menos unas cuantas semanas.
A lo largo de dichas semanas, por supuesto, Jimin averiguaría si estaba o no embarazado y reclamaría su presencia para una boda apresurada o rompería su compromiso.
En sus manos quedaría inventarse una excusa plausible.
Se marcharía al día siguiente, pensó mientras abría la carta.
Volvería a ser un hombre libre, al menos una vez que tuviera noticias de Jimin.
Podría hacer lo que quisiera con el resto de su vida.
Podría volver a divertirse como le placiera en cada momento.
La carta de Jim Saunders era más corta de lo habitual.
La leyó con rapidez antes de releerla más despacio.
¡Maldita sea mi estampa!, pensó.
Había desafiado a la mujer y no se quedaría satisfecha hasta haberlo destruido.
Estaba preparada, al parecer, para llegar hasta extremos insospechados en su propósito.
—¿Pasa algo, Yoongi? —preguntó Jimin en voz deliberadamente alta y preocupada; por supuesto, todos lo miraron tal y como había sido su intención.
—La verdad es que sí —respondió— Mucho me temo que tengo que marcharme a Penhallow de inmediato.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Tae con evidente preocupación— Espero que no sea nada terrible.
—La verdad —contestó— es que estoy a punto de ser acusado de asesinato.
—¿Asesinato? —preguntó JHope en nombre de todos en un tono que en su tiempo habría puesto firme a todo un regimiento de soldados— ¿El asesinato de quién?
—De mi primo —explicó al tiempo que doblaba la carta por los pliegues ya hechos— Hace cinco años. Un testigo acaba de presentarse ante mi tía, la marquesa de Min. Está dispuesto a jurar que me vio asesinar a Albert.
—¿Lo hiciste? —preguntó JHope con expresión pétrea, retomando la estampa del formidable coronel que fuera en otro tiempo.
—La verdad es que no —respondió con una sonrisa. No tenía nada de gracioso, lo sabía; no era gracioso en absoluto, pero parecía que todos formaran parte de un melodrama, allí plantados en el vestíbulo principal como buenos actores— Aunque, según parece, fui la última persona que lo vio con vida.
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леко скандално YoonMin
AcakPark Jimin es puro fuego, un doncel indomable en busca de libertad y aventura. Viaja a Bath en busca de aventura, cuando un apuesto desconocido irrumpe a medianoche en su habitación de la posada y le pide cobijo. Min Yoongi, marqués de Hallmere, un...