Si en algún momento creyó que el príncipe Osamu era agradable, debió estar terriblemente equivocado.
Ni siquiera llevaba un día en el lugar y ya Chuuya quería arrancarle la cabeza.
Era mimado y arrogante, sus comentarios eran normalmente salidos y sarcásticos y empezaba a ser molesto.
Realmente no entendía a las fans del juego ¿Por qué Osamu era tan popular? Si existía Atsushi que era el ser más hermoso y adorable de la historia ¡O el mismo Shirase! Era como un pequeño cachorro adorable.
¿Por qué Dazai Osamu era el más popular del juego?
Dazai, con su sonrisa burlona, parecía disfrutar cada momento en el que Chuuya mostraba señales de irritación.
Cada comentario sarcástico que soltaba, cada gesto de superioridad, todo diseñado para sacar de quicio al consejero real.
– Chuuya-san ¿Alguna vez ha considerado la posibilidad de relajarse un poco? Podría ser beneficioso para su salud mental. – Comentó Dazai con una sonrisa burlona.
– Mi salud mental está bien, príncipe Osamu, gracias – Respondió Chuuya con una mirada de desprecio.
No importaba cuántas veces intentará hablar con Chuuya de manera tranquila, siempre terminaban soltando comentarios pasivo-agresivos y miradas de desprecio.
Aún si no era la intención de Dazai, siempre terminaban de esa forma y aunque disfrutaba ver las expresiones de Chuuya, también le gustaría ver esa faceta que muestra a los demás.
Sin embargo, lo que más molestaba a Dazai era que Chuuya siempre estaba rodeado de personas. Ya sea con Shirase, Tachihara o cualquier otro, siempre había alguien cerca de él.
Eso le irritaba de una manera que ni él mismo comprendía del todo.
Pero ¿Por qué con ellos era un completo sol y a él le respondía de forma sarcástica? ¿Por qué él era diferente a los demás? ¡Era el príncipe! No debía ser tratado con indiferencia.
En una ocasión, intentó entablar una conversación más privada con Chuuya, alejándose del bullicio del castillo. Pero, para su frustración, el consejero real fue acompañado por Shirase y Atsushi, quienes parecían estar pegados a Chuuya como si fueran sus sombras.
– ¿Acaso no puedes tener un momento de tranquilidad sin estar rodeado de tus admiradores, Chuuya-san? – Preguntó Dazai con una pizca de molestia.
– No me molesta que estén cerca de mi su alteza. – El tono de Chuuya y su rostro enojado dejaba ver el disgusto por Dazai. – Aunque algunas presencias si que son molestas.
Murmuró en voz baja, pero claro que Osamu escucho eso y se sintió ofendido.
¡Él no había hecho nada para ganarse el desprecio de Chuuya!
Bueno, tal vez sus comentarios sarcásticos eran un poco pasados de la línea y a veces se burlaba de su apariencia pero no era tal malo con él.
No entendía.
Dazai por un momento, se quedó sin palabras. No esperaba esa respuesta directa.
Así haya sido torpemente "disimulada" por el cobrizo.
Sin embargo, en lugar de retroceder, su interés por Chuuya creció aún más. Aquel hombre era diferente, y eso lo intrigaba.
A pesar de su actitud irritante, Dazai no podía dejar de buscar la atención de Chuuya.
Buscaba momentos para interactuar con él, para provocarlo y descubrir qué más podía sacar de ese aparentemente sereno consejero real.
La tensión entre ellos crecía, una mezcla de desafío y atracción que ninguno de los dos podía ignorar o al menos Dazai.
Pues Chuuya realmente no se daba cuenta de la tensión entre ellos.
De todas maneras el príncipe empezaba a desesperarse.
Solo quedaba un día de su estadía -que había alargado a más de una semana por mero capricho - y aún no descubría que era lo que hacía a Nakahara Chuuya diferente.
Sin importar cuánto lo intentara, Dazai no podía comprender por qué Chuuya parecía mantenerse distante y sarcástico con él.
Intentó distintos enfoques, desde comentarios más amables hasta intentar entablar conversaciones en privado, pero cada intento parecía chocar contra un muro invisible que Chuuya erigía a su alrededor.
Mientras la tensión entre ambos crecía, Chuuya continuaba con su vida cotidiana en el castillo, intentando soportar lo más que podía al molesto príncipe del reino aliado.
Si no fuera por su nula fuerza o porque Dazai era importante para la trama de juego, ya habría intentado matarlo en algún punto.
En una ocasión, Dazai presenció un momento entre Chuuya y Shirase.
El consejero real y el joven caballero compartían una conversación distendida en uno de los jardines del castillo.
Shirase, como siempre al estar en compañía de Chuuya, parecía relajado y feliz y Chuuya mostraba una faceta cálida y amistosa que no había revelado frente a Dazai.
El príncipe no pudo evitar sentirse intrigado y, a la vez, molesto. ¿Por qué Chuuya mostraba esa faceta tan distinta con otras personas y no con él? ¿Acaso era él quien causaba esa muralla de distanciamiento en el consejero real?
Decidió acercarse, tratando de no interrumpir la agradable charla entre Chuuya y Shirase.
Sin embargo, al acercarse, la conversación se tornó más formal y Chuuya, de repente, pareció un tanto más reservado.
– Bonito día para charlar, ¿verdad, Chuuya-san? – Dazai intentó entablar una conversación casual.
– Sí, lo es – Respondió Chuuya de manera neutral, cambiando su expresión.
Shirase, sintiendo la tensión, optó por retirarse, en un principio no lo habría hecho realmente, no le agradaba mucho el príncipe y se notaba que Chuuya parecía incómodo en su presencia, pero el leve toque en su mano de parte del consejero le dió a entender que debía irse.
Hizo caso, solo por Chuuya lo había solicitado.
Dazai aprovechó la oportunidad para intentar comprender más a Chuuya, pero sus esfuerzos parecían chocar una y otra vez contra la misma barrera invisible.
Se sentía desconcertado y, a la vez, más intrigado por el misterio que representaba aquel consejero real.
Al final del día, mientras reflexionaba sobre sus interacciones con Chuuya, Dazai se dio cuenta de que, a pesar de las dificultades y la constante tensión entre ellos, algo en el comportamiento reservado de Chuuya lo atraía aún más.
Era como si hubiera un misterio que deseara resolver a toda costa, un enigma que lo desafiaba y, al mismo tiempo, lo atraía.
Con solo un día restante de su estadía en el castillo, Dazai se sintió un tanto desesperado por descubrir qué era lo que hacía a Nakahara Chuuya tan diferente.
Quería saber, quería saber porque todos, incluyendolo, se sentía atraídos por él de forma mágica, quería saber porque sabía tantas cosas del mundo que los rodeaba cuando la mayoría aún eran misterios y quería saber porqué mantenía tanta distancia con él.
Tenía curiosidad por Chuuya.
[🎮]
Holas
Aquí está el esperado capitulo aljdksjdks
Sigo algo enfermo así que me disculpo si a ratos se.lee raro o algo así 😔
Espero que les haya gustado
Voten y comenten o me niego a tomar mi medicamento y me muero
Babai
Yuri
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Renací como el personaje carne de cañón de un mal juego otome - Soukoku
ФанфикNo recuerda gran cosa de su vida pasada, nada más allá de que era un Otaku obsesionado con los juegos de rol y MMORPG. En algun punto de su vida decidió probar un Otome ¿Qué era lo peor que podía pasar? Oh, no tenía ni idea. • Inspirada en SAVE y...