Renací como el personaje carne de cañón de un mal juego otome - Soukoku

El dilema de Chuuya

Estaba oficialmente jodido.

¿Cuál era el karma que estaba pagando? ¿A caso Dios lo odia?

– Debo estar pagando hasta las de mi papá. – Murmuró en voz baja llamando la atención de los presentes.

Estaba en la oficina del rey Mori, como era común también lo acompañaba el Canciller Tachihara.

– ¿Sucede algo Chuuya-san? – Le pregunto Tachihara y negó sonriendo.

¡Claro que le pasaba algo! ¡Lo estaban mandando a la boca del lobo!

Acababan de informarle de que el rey de ADA había solicitado su presencia en el reino vecino para ayudar con la investigación de los secuestros en masa.

– Veo que estás algo nervioso con ir solo al reino vecino. – Comento Mori. – Tranquilo, mandaré a un guardia para que te proteja.

Si, eso no ayudaba en una mierda.

– Muchas gracias, su alteza. – Le sonrió.

Ahora estaba seguro, las ruta del juego se estaban alterando, que el siga vivo es la alteración misma del juego.

Así que debía tener cuidado, podría haber evolucionado de carne de cañón a Villano o algo así.

¿¡Ahora era posible morir en todas las ruta!? La princesa aún no parecía elegir un galán, de hecho no hablaba con ninguno de sus pretendientes sin contar a Akutagawa.

Tal vez aún no era el momento.

Chuuya estaba muy nervioso, tenía miedo de terminar muerto en cualquier momento.

Tras una breve charla con el rey, finalmente dejo el lugar y mientras se dirigía al campo de entrenamiento fue detenido por Tachihara.

– ¡Chuuya-san! – Tachihara tomo su mano y se acercó a él lentamente.

– ¿Si? –

– Si... Si no quiere ir al reino de ADA yo puedo convencer al rey. – Le dijo con voz suave.

Era una propuesta tentadora, pero Chuuya no era tonto, lo más probable es que eso desate una guerra.

– No es necesario, iré. – Le dijo.

– Entonces yo podría... – Antes de Tachihara terminara de hablar Chuuya continuó.

– Le diré a Shirase-kun que me acompañe, estará feliz de hacerlo. –

Tachihara cambio su expresión al escuchar el nombre del caballero.

– Ah, el perro. – Murmuró, cuando Chuuya soltó un sonido que sugeria pregunta Michizou aclaro su garganta. – Es un buen soldado... Parece que Chuuya-san lo tiene en consideración.

– ¡Claro! Shirase es adorable y confiable... Además es obediente. – Lo último lo dijo en tono bajo.

– Ya veo, espero que le vaya bien en su viaje y por favor no demore en regresar. – Tachihara levanto la mano, la cual nunca soltó, y le dió un beso en el dorso. – Estaré esperando su regreso con ansias.

– Está... Bien. – Chuuya respondió algo desconcertado.

Los personajes de los juegos Otome siempre hablan con romanticismo, debía ser algo del género tal vez.

Claro, eso era.

Finalmente Chuuya se alejó para prepararse para el viaje, tampoco iba a llevar demasiado.

Cómo esperaba Shirase acepto acompañarlo y parecía muy feliz por la propuesta de Chuuya.

Hasta se veía un poco orgulloso de ser elegido.