El bosque

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Yosano no entendía que pasaba con el alma de Chuuya, había podido ver toda su vida a través de pequeño cabello que Osamu había obtenido, pero, algo estaba mal.

No solo por el hecho de que el aura de Chuuya había cambiado drásticamente de un día para otro, en su recuerdos podía ver cómo era un ser miserable y con malas intenciones, pero un día simplemente eso se disipó de la nada.

Era casi como si fuese otra persona.

Todas sus conjeturas se las compartió a Dazai, quien simplemente asintió ante la información. Se puso de pie sonriéndole a Yosano.

– Gracias Yoyo, te debo una. – Agradeció.

– Me debes más que una, Osamu. – Dijo risueña.

Por suerte la tienda estaba sola y nadie la escucho hablándole con familiaridad al príncipe, eso crearía un revuelo por el estatus que ella tenía.

– Me informas si consigues más información. – Dijo caminando hacia la puerta. – Yo iré a buscar a un lindo cobrizo.

– Sabía que te gustaba. – Dijo ella.

Dazai no detuvo su camino ni volteo a verla, simplemente alzó su mano en forma de despedida.

– No dije eso. – Menciono mientras salía del lugar juntos a Atsushi.

Caminaron por el pueblo, siendo saludados por todos al pasar. No era tan común que él principe se pasará por esas zonas.

– ¿Dónde dijo que iría? – Le preguntó a Atsushi.

– A la zona sur, señor. – Informó.

Desviaron su camino hacia el lado sur mientras Dazai hablaba de cualquier cosa, Atsushi daba de vez en cuando su opinión acerca de lo que el principe mencionaba.

– Oye Sushi. – Llamó.

– ¿Si, señor? – Respondió con su voz neutra.

Cómo buen soldado y guardia real, no debía demostrar fácilmente sus emociones, podría ser peligroso.

– ¿Crees que el pequeño cobrizo es lindo? – Cuando Dazai hizo esa pregunta, Atsushi casi tropieza con sus pies.

– ¿Di-Disculpe? – Su reacción tomo por sorpresa hasta a Osamu.

Su rostro se había tornado bastante rojo, sus ojos miraban hacia todo lado y estaba tartamudeando.

A Chuuya le hubiese encantado ver esa imagen.

Dazai rio un poco ante la reacción del albino, fue un poco inesperado verlo así, pero, también le hizo sentir algo extraño.

No creía que le agradará la idea de que Atsushi pensará que el cobrizo es bonito, él sabía lo que Chuuya pensaba de Atsushi. Aunque le hubiese dicho que le recordaba a alguien, podía ver su emoción al verlo, siempre sonreía solo con la presencia de Atsushi y estaba seguro de haber visto alguna vez un sonrojo de parte de Chuuya.

Era, molesto.

– Yo... Lo es... Pero quiero decir, ti-tiene algo en él, como un aura que hace que vea a su dirección... Es raro, No-No digo que Chuuya-dono sea raro, sino como.. agh. – Atsushi parecía estar en crisis.

– Está bien sushi, no te estreses. – Le dijo dándole una palmadas en la cabeza.

Mientras Dazai y Atsushi avanzaban hacia el bosque en busca de Chuuya, Dazai no podía evitar sentirse un poco incómodo ante la idea de que Atsushi pudiera tener sentimientos por el cobrizo. Aunque sabía que era irracional pensar así, una parte de él se sentía molesta ante la posibilidad de que Chuuya correspondiera esos supuestos sentimientos.

Renací como el personaje carne de cañón de un mal juego otome - Soukoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora