DOS

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Una magnífica mansión custodiada por hombres armados sin temor a esconderse recibió ese día a la nueva adquisición del jefe Jeon.

Con Yoongi al volante el auto entró lentamente a la casa, se estacionó justo en la puerta donde aquel de ojos grandes metido en un traje a la medída color azul, su arma a la vista y una sonrisa no muy fingida esperaba a ese estudiante.

-Sé bienvenido - el jefe de ese lugar dijo al tímido estudiante qué llegó mirando a todos lados.

-Gracias, pero no quiero causar problemas ni disturbios, verá que ni se dará cuenta que  estoy aquí - Park dijo a su anfitrión.

-Si claro, como si eso fuera posible - Yoongi dijo lanzando las llaves del auto a Jungkook.

-Tal parece que a ese señor no le caigo bien - apenado dijo Park.

-No te preocupes hermoso, a él no le cae bien nadie - una señal a uno de los hombres fue suficiente para que llevarán el equipaje de su inquilino a su habitación.

-Lo siento, como dije no quiero causar problemas, si es necesario puedo volver a mi casa, no tengo por que estar aquí - Park insistió.

-Si no cumples con esa condición tu tesis será sobre alguien más ¿Recuerdas? - el hombre le dijo al oído.

Jimin solo puso sus ojos en blanco, caminó detráz de ese impetuoso mafioso y juntos llegaron a la habitación.

Al entrar Jungkook cerró la puerta y puso el seguro. Jimin se quedó de pie mirando la habitación a detalle.

Una enorme y confortable cama, muebles modernos y elegantes, un ventanal enorme con cortinas oscuras.

-Estamos ahora solos - Jeon le dijo acercándose demasiado.

Vio con cierto desdén qué ese peliplateado no se inmutaba por la cercanía.

-En verdad voy a dormir aquí - preguntó sorprendido el estudiante.

-Por qué preguntas esas tonterías, - Jungkook le dijo con rudeza - preocupate por que estas solo conmigo.

-Pregunto por qué es posible que no me despierte para ir a la universidad, esto se ve demasiado cómodo. - el joven dijo sin dejar de mirar a su alrededor. - y usted será un mafioso, asesino o lo que quiera ser. Pero su última condición fue que nada de amor. Así que no me preocupa en lo más mínimo.

-Puedo acostarme con alguien sin amarlo - el rudo hombre dijo sin paciencia alguna.

-Pero yo no - Park respondió haciendo arquear las cejas del mayor.

-Y si quiero obligarte - intrigado preguntó el pelinegro.

-No crea que por ser joven soy tonto, le aseguro que si no quiero no podrá tocarme - Jimin aseguró.

-Que podrías hacer al respecto, es mi casa, soy muy fuerte, siempre consigo lo que quiero y mi arma podría ayudarte a decirme "si" a todo lo que te solicite - Muy seguro de si mismo dijo Jungkook al joven nuevo dueño de esa habitación.

-Inténtelo y lo descubrirá - Park retó.

Jungkook curioso sacó su arma lentamente, caminó solo unos pasos que lo separaban de ese cuerpo y decidido al menos sentir la suave y pálida piel de ese chico, amenazó con ese aparato al peliplateado.

Al estirar su mano para tocar el cuello de aquel que lo retó con descaro, pero a centímetros de llegar a su objetivo, una pequeña y blanca mano lo atrapó, sintió su enorme cuerpo volar por los aires y su arma ser separada de su otra mano.

Al caer al piso con todo su peso, vio como con hábil rapidez esa arma era vaciada quitando el cargador y tirando  cada una de las balas sin usar.

La puerta de la habitación fue tirada al escuchar el violento golpe.

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