Y la busqueda continua.

59 5 1
                                    

Salí de la taberna, pues mi trabajo allí estaba hecho. Decidí sentarme a reflexionar en un banco acomodado al lado de una escalera cercana al local.

Mientras reflexionaba me sentí perdida y angustiada. El Chamuco solo me había dado una semana, de esa semana el primer día ya había culminado y tenía que ir a otras naciones. Ir caminando a estas sería casi un suicidio considerando lo peligrosos que eran esos caminos infestados de mounstruos, en especial para alguien que ni siquiera pertenecía allí. Tampoco podía usar los puntos de teletransportación ,en teoría el unico que podía era el viajero y Katherine.

Para rematar la situación, la Princesa del abismo era tremendamente impredecible lo que dificultaba su busqueda, y en caso tal de encontrarla, convenserla de firmar sería incluso aun más imposible ya que era alguien con dos dedos de frente que no se le escapaba nada.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el espectaculo que era ver al señor Diluc echar de su taberna tecnicamente a patadas a los borrachos restantes.

Tras eso me dispuse acomodarme en el banco para dormir, corriendo el riesgo de contraer una pulmonía debido al frio de la noche pero durmiendo minimamente a gusto. Seguramente al día siguiente encontraría la respuesta a todos mis problemas, o eso quería creer.

Al día siguiente me levante a las 4 de la mañana sobresaltada por un ruido constante y saturado. Toda la ciudad estaba undida en neblina, el frio era más intenso y mi curiosidad por saber de dónde provenía el ruido me obligo a levantarme del banco.

Aquel ruido se escuchaba con más intesidad al lado derecho de la taberna, parecía provenir de la entrada para provedores y comerciantes que había en Mondstand.

Me movilize con sigilo, uno nunca sabe con que se puede encontrar, quizas eran varios magos del abismo haciendo una reunion a luz de la luna planeando como invadir Mondstand o hacer que les subieran el sueldo.

Me acerque a la escalera que dirigía a esa entrada y me acomode detras de la pared al lado de esta de modo que no me notaran. Lo que ví me dejo bastante intrigada pero no sorprendida.

Era el señor de la noche dandole sus buenas piñas a dos magos del abismo que suplicaban por su vida, eso explicaba porqué era tan saturado y estrenduoso el sonido. Me quede un buen rato distraida con eso, tanto que dí un mal paso al intentar ver mejor y me caí de la escalera. Mis desgracias ya parecían dignas de novela turca, solo faltaban los efectos exagerados.

Mi caida fue tan aposemantica que llame la atención de Diluc quien estaba terminando de aniquilar a sus victimas.

Diluc desvio rapidamente la mirada y se centro en terminar lo que empezo en un dos por tres.

Estaba apoyando mi mano en el barandal de la escalera para poder levantarme mientras me quejaba del dolor y cuando por fin logre levantarme el Señor de la Noche se acerco a mi.

Su expresión pese a permanecer seria demostraba cierta ansiedad, quizas porque una habitante de Mondstand que ni siquiera conocía había "descubierto" su secreto.

-Haré lo que quieras si no dices nada de esto.

-¿Y si no cumplo mi promesa?

-Mira no te conozco ni nada, pero sé que chantajeaste a Aether y Paimon para que firmen...eso. Yo conozco al derecho y al reves Mondstand, tal arbol que mencionaste no existe.

-Pero cuando entre a la taberna no te ví en las cercanias, ¿cómo sabes todo eso?

-Que pesima observación tienes. Estuve allí todo el tiempo. Bueno, el punto es que haré lo que quieras si no dices nada y en caso tal de incumplir tu promesa le revelare tu secreto a Aether y Paimon.

Un fanfic demasiado surreal de genshinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora