¡Ya se que vamos a hacer hoy!

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Tras una agetreada competencia de cocina, nuestros protagonistas se encontraban dudosos en la sala.

No paraban de observar a Ei, confusos por lo ocurrido.

—Aún no puedo creer que ella haya ganado, en el nombre de la diosa de la justicia yo declaro esto una injusticia.

—Disculpa Furina, pero acabas de cometer un par de errores. Primero has sido muy redundante y, segundo, tu ya no eres la diosas de la...—Nahida fue interrumpida de golpe.

—¡Ya lo sé!, el punto es que a mi forma de ver Ei recurrió a una sucia tactica llamada amenaza.

Ei se levanto de su asiento y respondió a las difamaciones.

—No se llama amenaza, simplemente cociné y triunfé.

—Yo estoy de acuerdo con Ei. Puede que antes haya mandado a más de uno al hospital con sus preparaciones, pero eso no significa que haya hecho alguna trampa.—Venti se levantó y puso su mano en el pecho—Juro por Barbatos que Ei ganó por sus propios meritos.

—Dejame adivinar, ¿no se te ha pasado la ebriedad?

—Yo te puedo demostrar lo sobrio que estoy.

—¿Ah si?

Venti y Zhongli estaban a nada de iniciar una pelea a puño limpio cuando fueron calmados por Nahida.

—No hace falta llegar a tales extremos. Este problema es entre Furina y Ei.

—Quiero saber que opina nuestra productora—Furina se levantó de su asiento y cruzo sus brazos esperando mi respuesta.

—Cierto despues de todo ella es la que hizo el concurso—Ei imitó a Furina y me miró directamente.

—Eh bueno...quetal si—en ese instante se me prendió el foco—hacemos un juicio.

—¿Esta hablando en serio?—Zhongli se incorporó duditativo a la conversación.

—Puede que no sepa de leyes pero sé de entretenimiento y siguiendo los pasos de la doctora Polo llegaré lejos.

—¿Quien?

—Con permiso, tengo contactos que hacer.

Me precipité a la puerta y con entuciasmo use el teletransportador.

Perciví la brisa y el olor del baguett instantaneamente, mi siguiente movimiento era encontrar a Neuvillete en la corte y rezar porque no me persiguiera la policia de Fontaine.

Caminé por las calles, bastante solitarias he de decir y llegué a mi destino.

—¡Dónde está Neuvillete!—Abri la puerta de golpe agregando dramatismo a la situación.

Los funcionarios me dirijieron la mirada espantados por la repentina entrada.

—¿Tiene cita agendada?—Una muchacha se me acercó...era Charlotte.

—¿Qué te pasó?, no me digas que todo el esfuerzo de ese concierto fue en vano.

—¿La conozco?—miró extrañada.

—De hecho...

—¿Quien me busca tan desesperadamente?—una voz autoritaria y unos pasos anunciaron la llegada de mi objetivo.

—La señorita de aca entro gritando su nombre pero no me ha informado si tiene cita con usted.

—Dejalo así Charlotte, yo tengo que hablar con ella—Neuvillete me hizo una seña para que lo siguiera.

No negaré que me sentí importante y alagada hasta que entre en su oficina y las cosas se tornaron serias.

—Sientese por favor.

Un fanfic demasiado surreal de genshinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora