ᴋɪɴɢ ᴏꜰ ᴍʏ ʜᴇᴀʀᴛ | ᴊᴜɢʜᴇᴀᴅ ᴊᴏɴᴇꜱ

Capítulo 13 🐍

Bella:

Claramente no podía quedarme a dormir con Jughead aunque quisiera, así que ahora estoy ingresando a casa con una sonrisa en el rostro. Un fuerte llega a mis narices, como a desinfectante, por lo que frunzo el ceño.

—¿Mamá? ¿Betty? —cuestiono, escucho susurros—. ¿Hola?

Sigo mi camino hasta la cocina donde quedo paralizada. Mi madre está en el suelo limpiando la sangre con unos trapos. Hay un sujeto desconocido aparentemente muerto. Betty y Chic de pie sin hacer nada más que observar.

Debe ser una maldita pesadilla, así es como termino de traumarme en esta ciudad y arruina todo lo que pasó antes con Jughead.

—¿Mamá? —susurro—. ¿Qué mierda es esto?

—Isabella, ¿cerraste la puerta con llave? —me pregunta.

—Sí, lo hice —siento mis ojos cristalizarse—. ¿Qué pasó?

—No, no, no —niega rotundamente—. No te acerques. No toques nada. Trató de hacerme daño y Chic, tu hermano...

—Lo mató —finalizo por ella, saco mi celular con manos temblorosas—. Está malditamente muerto.

—¿Qué haces? —pregunta Betty asustada.

—Pido pizza napolitana por delivery —ironizo—. Claramente llamo a la policía.

—No, no hagas eso.

—Mamá, hay un puto cadáver en el suelo —señalo exaltada.

—Buena suerte convenciéndola —alega Betty asustada—. Ya lo intenté.

—La policía me quitará a Chic. No dejare que eso pase de nuevo.

—Pero si fue en defensa propia... —trago saliva, silencio total—. Fue en defensa propia, ¿no?

—Sí, por supuesto, pero no importará.

—Está bien —debe intentar tener la mente fría y ayudar con este desastre—. ¿Qué hacemos?

—Lo mismo que le dije a Betty, se van a sus cuartos y no vieron nada.

—Mamá, déjanos ayudarte —dice Betty sollozando.

—No, es mejor que no se involucren.

—Mierda —maldigo cuando mi celular comienza a sonar—. Es papá.

—No contestes —dice mamá de inmediato, la miro con seriedad—. Mejor contesta. Actúa como si todo estuviera normal.

—Hola, papá —me limpio una lágrima que corre por mi mejilla—. ¿Qué pasa?

—Te escuchas rara, ¿está todo bien? —cuestiona de inmediato—. ¿Has llorado, tesoro?

Mierda, odio que me conozca tan bien. Trago saliva e intento regular mi respiración para que no lo note.

—Estaba viendo una película —miento con facilidad—. ¿Esta todo bien?

—Necesito un par de cosas de la casa —dice calmado—. Y no quiero pelear con tu madre, puedes ayudarme.

—Bien, te veré pronto —finalizo la llamada.

—Dime que no vendrá —pide mamá.

—Sí, necesita unas cosas del baño y dice que no quiere pelear contigo.

—Chicas...

—Mamá, no nos queda mucho tiempo —le recuerda Betty—. Déjanos ayudarte.

—Ustedes usen el blanqueador —accede.