Capítulo 1

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Su cuerpo se siente pesado como si estuviera herida, de algo estaba completamente segura y es que de un parto no era, sin dudas el infernal dolor de dar a luz no era.

-¿Princesa?

Esa voz la reconocería en cualquier lugar, lo detestaba, el maestre Mellos estaba allí, lo confirmo al abrir sus hijos y verlo frente a ella, su mirada fija en ella, Rhaenyra sintió náuseas al ver su mirada morbosa

-¿Que paso?- pregunto haciendo todo el esfuerzo posible en sentarse

-Hubo un accidente Princesa... el principe Aegon casi cae de las escaleras usted lo salvó del golpe pero lo recibió a cambio

"Lo hubiera dejado caer" pensó Rhaenyra "Me ahorraría muchos problemas"

-Debe descansar el golpe fue fuerte- insistió- Por suerte no se ha roto nada

-Dejame sola- ordeno- Y llama a mis damas

Rhaenyra ignoro las palabras del maestre y apenas estuvo sola se levantó de la cama, notando la gran diferencia,sin dudas era su habitación cuando era joven lo primero que hizo fue mirarse al espejo notando lo joven que se veía ¿Cómo era posible que estuviera allí y tan joven?

La princesa pega un salto al oír la puerta abrirse, al mirar allí nota a su padre el cual camina hacia ella seguido de su esposa e hijos.

Viserys no duda en envolver en sus brazos a su hija sintiéndose más tranquilo al verla sana y viva, el terror que lo invadió al oir que su hija había sufrido un accidente no podía comprarse con nada, verla viva no le dio más que alivio y calma.

-Solo los dioses saben lo preocupado que estaba por ti- comento Viserys sin soltarla- ¿No deberías estar en la cama?

-Asi es padre

-Rhaenyra me alegra verte bien

Un sentimiento de furia invade a Rhaenyra al ver a su madrastra allí, lo primero que se le viene a la mente fueron las últimas palabras que oyó de Alicent "Sangre bastarda derramada" sus dulces y amables hijos eran todo lo que sus mocosos jamás serían, amables, respetuosos y jodidamente amados

-Rhaenyra

Está vez fue Aegon quien hablo, el niño de apenas cuatro años de edad sonrió tímidamente con sus mejillas sonrojadas mientras estiraba su manito tendiendo un ramo de flores mal cortadas

-En agradecimiento por salvarme la vida

Por un momento se vio tentada a rechazarlas, gritarle e incluso tomarlo y tirarlo por el balcón pero se contuvo, con una falsa sonrisa tomo las flores que su hermano ofrecía.

-Gracias Aegon es un lindo detalle

-Lo mínimo después de haber salvado su vida- comento Viserys sin dejar de mirar a su hija- Te dejamos descansar mi dulce niña

-Gracias padre realmente lo necesito

La altura de Aegon y su forma de hablar rápidamente le dió mucho de pensar a Rhaenyra, si el niño tenía cuatro años significaba que Jace nacería en menos de dos años, su valiente hijo el cual lucho por su causa y murió tratando de salvar a su hermano.

-Rhaenyra

Sus ojos se cerraron inconscientemente al oír la voz de Laenor, por largos años escuchó ese tono de voz el cual siempre llegaba luego de sus escapadas dejándola a ella inventar excusas.

-Tenemos que tener un hijo- no pidió amablemente ni pregunto, está vez ordeno

-Lo hemos intentado Nyra

-No has intentado suficiente Laenor

-Acordamos

-Acordamos cumplir con nuestro deber ¿cuántos herederos tenemos?

-Lo intentaremos una vez más- afirmó

-Iremos a Dragonstone- informo- Y no volveremos hasta engendrar un hijo

Está vez no le fallaría a Jace, Luke y Joffrey, sus dulces y valientes niños vivirán la vida que merecían sin las burlas y susurros que se veían obligados a tolerar lo único que le rogaba a los dioses era que a pesar de no llevar sangre Strong sigan siendo sus dulces niños tal cual los crío y amo.

Su padre no estaba contento con su partida pero no le quedó otra que aceptarlo, irse no era una buena idea, dejar a su padre rodeado de víboras no era bueno pero era necesario, se iría como una cría de dragón y volvería como un dragón adulto.

Volvería y reclamaría lo suyo con fuego y sangre

La Oportunidad De Rhaenyra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora