Capítulo 37

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La mente de Visenya había comenzado a formular miles de posibilidades, miles de preguntas y respuestas y en todas ella era la vencedora, mataría a Alicent, en definitiva cortaría su cabeza o aún mejor se la daría a Meraxes, Jacaerys vio una sonrisa en los labios de su gemela, en esos momentos supo que algo planeaba y como siempre sucedía ella sería la causante del caos y descontrol, inhalo y exhaló varias veces intentando mantener inútilmente la calma.

En el momento en el que entraron a la sala del trono Visenya ardió en cólera, fingió confucion mientras miraba atentamente a todos los presentes, miro a Aemond quien formuló una frase silenciosa, te defenderé, Aegon tenía una mirada juguetona mientras que Daeron y Helaena se veían serios, por supuesto que todos los buitres estarían allí, toda la corte estaba en realidad ¿Tanto anhelaban una ejecución pública?

-Majestad me confunde su llamado- comenzó a decir Visenya

-Hay testigos que confirman que la princesa Visenya ya no es pura- comenzó a decir- Es un deshonor y una mancha a nuestro legado

-Solo estoy aprendiendo de usted majestad- interrumpio con burla- sino ¿Que hacía con mí abuelo en sus aposentos mientras estaba en duelo?

-Simples rumores princesa

-Asi es simple rumores como estos que se han esparcido, hagamos esto rápido, diga los nombres de los traidores y los ejecutó tengo poco tiempo

-No estamos aquí para ejecutar a nadie si no buscar justica

-Por supuesto... Madre ... Sabías que la reina visitaba al rey cada noche incluso antes de la muerte de la reina Aemma

-No estaba enterada hija

-Usted estaba a solas con su prometido princesa y ruidos salieron de sus aposentos

-En realidad

Aemond dio un paso al frente, todos lo miraron con asombro incluso Visenya

-Fui yo madre... me avergüenza decir que estaba con una mujer de la calle de la seda... mí habitación estaba muy lejos y... tome la osadía de usar la habitación de Visenya... Lucerys está como testigo el me ayudó a encontrar a la joven

-Asi es magestad- confirmo Lucerys- Una hermosa dama... el único error que hay aquí es que Aemond uso la habitación equivocada

-Lamento haberte causado problemas sobrina

-No pasa nada tío- fingió una sonrisa- ¿Alicent? Estoy esperando una disculpa... estoy tan benevolente que no pediré que te arrodilles

-Lamento la confucion princesa- hablo entre dientes

-Acepto su disculpa... tengo un sobrino que me espera... si me disculpan me retiro

Visenya se retiró en un pacifico y aterrador silencio, Alicent se aferró al brazo de su hijo Aemond temiendo cual sería su final, la reputación de Visenya era peor que mala, los rumores de como torturaba a los traidores la asustó aún más, Visenya la mataría.

Rhaenyra tampoco estaba tranquila, Alicent pagaría por la ofensa hacia su hija pero lo que más le preocupaba era Visenya, su hija estaba tan calmada que era aterrador.

Daemon fue la primera opción de Rhaenyra para que vigilara a Visenya pero rápidamente desistió, ni el ni sus hijos en común eran una opción, hasta el más dulce de ellos tenían deseo de venganza contra Alicent por lo que mando a su hija y nieto con su padre, al menos se entretendrian entre los tres así es como Visenya termino en los aporsentos del rey.

-Abuelo ¿Te gustaría sentir el sol?- pregunto al verlo acostado, no criticaría el cuidado de su abuelo, su madre se había asegurado que la habitación no tuviera ni una pizca de polvo y siempre tuviera buen aroma pero para ser sincera necesitaba un poco de aire libre.

La Oportunidad De Rhaenyra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora