Capítulo 8

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Cada paso que daba Rhaenyra era vigilado por Alicent especialmente desde que sus hijos eran sus pupilos, los días pasaban tanto Aegon como Daeron estaban encantados con su hermana, emocionados con cada salida y enseñanza, apenas tenían tiempo libre para jugar pero ninguno se quejaba, disfrutaban de dulces mientras estudiaban y se los premiaban luego de los entrenamientos.

Lo mismo sucedía en Winterfell dónde los niños Velaryon y Targaryen aprendían cada enseñanza de Lord Rickon.

Ya había pasado un mes y los niños no dejaban de hablar emocionados de lo grande que se veían sus dragones ya casi del tamaño de un caballo, ese día en particular visitarían el muro ya que pronto partirian a Kings Landing, la estadía no duraría mucho apenas un día el siguiente para que los príncipes conocieran a la guardia nocturna.

-¿Que hay más allá de la muralla?- pregunto Visenya con curiosidad

-Salvajes Princesa

Jace estaba demasiado ocupado sosteniendo a sus hermanos menores para vigilar a Visenya mientras que Helaena estaba sosteniendo la mano de Daenerys.

-¿Dónde vas?- le pregunto Aemond a Visenya quien caminaba con calma hacia su dragón

-No te importa

-Dime o llamaré a los guardias

-Ire con Meraxes

-¿a dónde?

Aemond sabia lo inquietos que eran sus sobrinos, nada los detenía en especial cuando algo se les metía en la cabeza aún más porque sus padres no eran demasiados estrictos para el gusto de Aemond. El niño miraba con recelo la crianza que su hermana le daba a sus sobrinos que a diferencia de el su madre ponía límites y reglas.

-Quiero conocer a los salvajes

-¿Estás loca?- pregunto Aemond con enojo

-Ire quieras o no

-Tienes seis años Visenya deja de hacerte la grande

-Callate Aemond- chillo furiosa- No sabes nada

-Al menos déjame ir contigo para protegerte

-Tengo un dragón no necesito tu protección

Visenya no había querido ser cruel, no lo había dicho con burla, simplemente quería recalcar que teniendo un dragón no necesitaba ser cuidada, al ver la mirada herida de su sobrino.

-Lo siento no lo dije para burlarme... No necesito tus cuidades si Meraxes está conmigo

-No tiene montura

-Ire igual y para cuando llegues con los guardias ya me habré ido

Visenya se alejo de Aemond para acercarse a Meraxes, la dragona chillo al verla, recibió alegremente las caricias que la niña le proporcionaba y escuchaba atentamente las calmadas órdenes de su jinete, toda la calma desapareció al ver qué Aemond había salido corriendo

La dragona en ningún momento dejo de mirar a Aemond, cada movimiento que daba era vigilado en especial cuando estuvo junto a su jinete, por primera vez en su vida Aemond estaba tocando las escamas de un dragón sintiendo bajo su mano el calor que desprendia.

-Vamos antes de que se den cuenta

Le tomo un poco de tiempo acomodarse en especial al no tener montura, sintio un poco de temor al oir a los guardias pero esa emoción cambio a la adrenalina de salirse con la suya, rápidamente oyo a los guardias correr hacia ellq gritandoles que se bajara de la dragona.

-Vuela Meraxes

Visneya apretaba las escamas de la dragona todo lo que una niña de seis años podía, una vez que Meraxes emprendió el vuelo ambos rio alegremente la edad y tamaño de la dragona los hacia ir más rápido de lo que esperaban.

La Oportunidad De Rhaenyra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora