Para ella su vida era como estar en un libro;
nunca sabes que sorpresa vendrá después...
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𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐥𝐞𝐧𝐠𝐮𝐚𝐣𝐞 𝐢𝐧𝐚𝐩𝐫𝐨𝐩𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐲 𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐬 𝐬𝐞𝐱𝐮𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐞�...
Con una ligera sonrisa en el rostro, terminé de pintarme los labios de color carmesí. El sábado por la mañana había comprado un lapiz labial junto a una máscara de pestañas a escondidas de mi madre, ya que no me dejaba utilizar maquillaje. Solía decir que todo ese tipo de productos me dañarían la piel.
Acomodé mi cabello con las manos y me miré una última vez en el espejo. Tomé mi mochila que reposaba sobre la cama y salí rápidamente de casa.
El viento azotaba con suavidad mi cabello, las calles de la ciudad estaban solitarias y yo no podía estar más que feliz. El clima me gustaba, me sentía bonita y vería a Aidan, ¿Qué más podía pedir? Era uno de esos días, en donde todo estaba a mi favor.
...
Suspiré pesadamente. Todo rastro de felicidad se acabó cuando al llegar al salón de clases me percaté de que Aidan no estaba. La desilusión invadió mi rostro y con pasos lentos fuí a sentarme en una de las bancas vacías que se encontraban en la última fila.
La minutos pasaron como horas, el profesor explicó muy lento y yo solo quería salir de ahí. Afortunadamente la clase se dió por finalizada y yo salí en busca del comedor.
Rápidamente me formé, y diez minutos después por fin pude pedir lo que comería. Caminé hacia las gradas del patio trasero y me senté diez escalones arriba.
Miré la hora en mi reloj de mano, faltaban treinta minutos para la siguiente clase. Saqué el sándwich de la pequeña bolsa en el que me lo dieron y a nada de dar la primera mordida, Aidan apareció en medio de la cancha de fútbol americano.
Una pequeña sonrisa se escapó de mis labios al verlo ahí, con unos jeans de mezclilla, unos lentes de sol y una playera morada, la cual contrastaba perfectamente con su piel, al mismo tiempo que su cabello se alborotaba al compás del viento.
Cuando su mirada se cruzó con la mía, alzó la mano y la movió de un lado a otro en forma de saludo. Con un sonrojo en el rostro alcé la mano para corresponder su saludo, pero una punza en el pecho apareció al ver como una chica alta, delgada, de tez blanca y cabello cobrizo se acercó a darle un pequeño beso en los labios.
Mi sonrisa se desvaneció lentamente. Bajé la mirada a mi sándwich y empecé a guardarlo. Se me había quitado el apetito tan rápido.
— De tantos hombres te gustó él. — Río sin gracia, una voz varonil a mi costado.
Miré de reojo a la persona que me habló. Era un chico de complexión mediana, traía el cabello teñido y llevaba una libreta negra en las manos. Regresé la mirada al frente y pude ver como Aidan hablaba con esa chica bonita.
— Es lindo... — Me encogí de hombros.
— No deberías fijarte en él. — Fruncí las cejas ante su comentario repentino. — Ellos han estado desde el primer semestre, y créeme que Leah no lo soltará tan fácil. Es la típica chica que se cree superior solo por ser bonita, y hace todo lo posible por alejar y humillar a cualquiera que se intente acercar a él. —
— Pero... Él no es así, ¿Verdad? —
— Oh, créeme que es igual o peor... —
Me tardo siglos en escribir y lo termino leyendo en diez segundos 😭😭😭
Foto de referencia, respecto a Aidan:
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