My Enid

Capítulo Cuatro

N/A: lamento la demora, suelo dejar un poco de tiempo entre semana para poder actualizar pero le daré a esta historia trato especial por el momento.

Sin más comentarios...

Decisiones

Enid aprovechó la oportunidad de huir al ver la expresión desconcertada de la chica pelinegra mientras podía. Así no la reconocería gracias al fuerte golpe que sufrieron ambas sin querer. La rubia incluso sospechaba que Wednesday la estaba buscando después de haber desaparecido por días. O quizá solo era su paranoia.

Tomó su maleta y corrió lo más rápido que se le permitieron sus algo todavía magulladas piernas. Cuando encontró una pequeña cabina entró sin preguntar casi aliviada, no le importó mucho ver que estaba ocupada por otras personas y el olor a tabaco era notorio para sus agudas fosas nasales. Al parecer era un área para fumar. Y ellos la miraban como si fuera lo más raro que se podrían encontrar en esa habitación. O quizá las personas así siempre tenían esa expresión.

Enid algo apenada se volteó y miró por la ventana para asegurarse de que la chica gótica no la había perseguido. Casi suspiró demasiado aliviada al no verla hasta que su vista se dirigió al otro lado donde la pudo notar encaminarse peligrosamente cerca de donde estaba. No la habría notado pues parecía cubierta con una redecilla negra y sus gafas de sol ocultando pobremente su identidad. Lo que notó después la asustó.

—Mi boleto... ¡Mi boleto esta...! —buscó entre sus bolsillos, su rostro se había puesto más pálido de lo normal al no encontrar el mismo. Volvió a ver a la gótica, más asustada. Esta parecía buscarla con su boleto en mano. Su boleto a Roma.

Entre tanto, Wednesday se apresuraba casi de mala gana mirando a todos lados nerviosa. No podía causar alboroto preguntando porque la podrían reconocer, si no encontraba a la monja era seguro que aquella perdería su vuelo. Había visto la hora y su vuelo estaba a punto de salir.

—¿Estás segura? —preguntó Ajax en cuanto la encontró. Este también la estaba buscando con la mirada.

—Si, la vi correr por esta dirección —aseguró la pelinegra apresurando los pasos. Yoko se les sumó unos segundos después, traía una chupeta en la boca.

—Pues hay que encontrarla, o perderá su vuelo —dijo sonriendo a los chicos. Wednesday asintió adelantándose más.

—Si nos separamos la encontraremos más rápido. Nos veremos cerca de la terminal si alguno la encuentra —alzó un poco su celular. —Nos comunicaremos.

—De acuerdo.

—¡Vamos!

Así, entre los tres decidieron buscar a la joven monja. Que en esos momentos se encontraba saliendo del área de fumadores cuando vio que la pelinegra se había alejado lo suficiente. No sabía qué hacer para recuperar su boleto. Abrumada caminó con dirección a los lugares para comprar, con un milagro, otro boleto que podría llevarla a Roma a última hora.

Estaba muy cerca hasta que vio  de sorpresa a un chico de gorro muy particular. También parecía buscar algo.

—Oh, no... —se coló por una de las paredes y lo vio ahí parado, mirando en todas las direcciones. Pocos segundos después, Yoko se le había unido también buscando algo con la mirada.

—Al parecer se la tragó la tierra —la escuchó decir. Ajax a su lado empezó a escribir en su celular.

—Si no la encontramos, perderá su vuelo —dijo mientras guardaba nuevamente su celular. Enid se ocultó mejor cuando notó que Yoko seguía buscando. —Ya le avisé a Wednesday. Vamos.