My Enid

Capítulo Siete

N/A: aquí una breve aclaración y un pequeño spoiler. Enid puede que se de cuenta de que no va a poder lidiar con Wednesday en un futuro pero vamos que esto es un fanfic wenclair y aquí se enamoran, habrá alguien que impedirá su amor y al final...

Tómalo con paciencia.

Se deja a la imaginación.

Sin más, el siguiente Capítulo

¿Primera vez?

Recuerdas la primera vez que nos conocimos.

Estabas en el centro comercial con tu amigo.

Tenía miedo de acercarme a ti

Luego te acercaste.

Esperando que me dieras una oportunidad.

¿Quién hubiera sabido alguna vez que algún día seríamos más que amigos?

Somos reales en todo el mundo, rompiendo todas las reglas.

Ella es como una canción tocada una y otra vez.

Él y el chico a su lado se movían al ritmo de su propia canción mientras seguían cantando. Una nota de sonrisa se dirigió a ella mientras decía "replay" junto al ritmo. Enid podría bailar a su manera si pudiera mientras el par disfrutaba de su propia música, soltándose en el escenario como unos profesionales y dirigiéndose a ella cada vez que podían. La gente aplaudía y se movía intentando no aglomerarse efusiva justo en el estribillo, cantando en coro.

La nota le pareció muy pegajosa y por primera vez en la noche deseó poder ir a la pista y bailar.

—Algún día, tú serás como ellos Emith, ya lo verás —apretó Weems su hombro sorprendiéndola. Enid tuvo que asentir de acuerdo dando por contenta a su directora, quien le sonrió antes de incorporarse y tomar una botella de champagne. Con un casi silencioso plap entre aplausos y risas entre la música. Enid vio cómo servían el líquido curiosamente transparente y espumoso.

Enid tomó una de las copas siguiendo a los demás y brindó cuando Eugene se acomodó a su lado. Este le sonrió.

—¡Por Emith! —dijeron a su alrededor sonrientes y chocando copas. Enid chocó su copa con el de su representante antes de volver a sentarse y beber un sorbo para disimular.

Por supuesto fue detenida por Eugene. Habían sido sus intenciones desde el principio.

Nada de bebidas.

Un poco curiosa, volvió a acercar la copa a sus labios resecos y empezó a beber cuando Eugene ya iba entreteniéndose hablando con uno de los chicos que había cantado en el escenario.

Sintió un ligero escalofrío por el cuerpo cuando le dio dos tragos.

Tembló ligeramente aunque no hacía ni una pizca de frío.

Quizá no era solo por el líquido entrando por su garganta todavía. Si subiera un poco la mirada podría haber notado con miedo a cierta pelinegra que la miraba como un buitre mira a un cadáver. Quería ignorar la sensación pero no lo había podido evitar desde que se encontraron de nuevo por la tarde.