En la habitación, un golpe seco resonó.
Jimin se meció hacia adelante, apretando con fuerza los puños, sintiendo cómo el escozor en su muslo interno se extendía por todo su cuerpo.
—S-seis... —jadeó.
El menor intentó recobrar el aliento, pero Min no se lo permitió, golpeando nuevamente con la palma abierta el cuerpo del joven que se retorcía en su regazo.
—¡Ah! —Jimin lloriqueó, temblando ante la sensación de hormigueo caliente en su trasero.
—No te escuché contar —le recriminó el mayor, deslizando con suavidad las yemas de sus dedos sobre la sombra que se quedó impregnada en la tersa piel del menor—. ¿Deberíamos comenzar de nuevo?
Jimin parpadeó, intentando disipar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos, algunas de ellas deslizándose por sus mejillas totalmente enrojecidas.
—S-siete... —dijo, conteniendo el aliento.
Min emitió un sonido de satisfacción, pero Jimin apenas lo percibió debido a que un golpe volvió a impactar contra uno de sus muslos, haciéndole sisear por el creciente dolor.
Tenía la ligera sospecha de que cada azote dolía más que el anterior; no sabía si era porque su piel se volvía cada vez más sensible o porque Yoongi simplemente aumentaba la fuerza. Tal vez era por ambas razones.
—¿Cuántos azotes más crees que puedas soportar, hm? —exclamó el mayor, golpeándolo nuevamente con fuerza, sin ninguna especie de consideración—. ¿Cuántos más podrás aguantar antes de suplicarme que me detenga?
—¡Oh! —Jimin aulló de dolor, clavando sus uñas con demasiada fuerza en las palmas de sus manos. Ese último azote había nublado por completo sus sentidos, dejándolo aturdido.
Mucha gente disfrutaba de este tipo de prácticas; el "spanking" era común entre algunas parejas, algo que Jimin conocía. La mayoría lo veía como un acto excitante y placentero, incluso más allá de lo sexual. Sin embargo, no estaba seguro de si ese mantra podía aplicarse a su situación actual.
Min no buscaba excitarlo, mucho menos regalarle una pequeña sesión al estilo BDSM, no. Yoongi, su amado profesor, estaba castigándolo. Él quería infligirle dolor tan mal, hacerlo sentirse usado y abusado de alguna forma no (tan) literal.
Después de levantarse del sofá, ambos se dirigieron en silencio hacia la habitación del mayor. El corazón de Jimin latió como nunca, nervioso y entregado a la expectativa. Entretanto, Yoongi mostraba su cuerpo tenso como el infierno, irradiando un aura que trazaba la línea de lo siniestro.
Jimin estaba en problemas, o eso le gritó su subconsciente cuando, al cerrar la puerta con pestillo, Yoongi ordenó: "desnúdate, no quiero ver nada de ropa en ti".
Y él, por supuesto, obedeció al instante.
Antes de siquiera pensar en quitarse su ropa interior, el profesor le detuvo, conduciéndolo con frialdad hacia el borde de la cama. Ambos se observaron mutuamente, pero la hostilidad y furia en los ojos del mayor desconcertaron a Jimin. Aquella mirada lucía tan distante de la habitual repleta de serenidad y comprensión; esta parecía decidida a consumirlo hasta volverlo cenizas, justo como si lo odiara.
Hasta ese momento, Jimin solo había presenciado la faceta apacible de Min. O al menos eso pensaba. Jamás lo había presenciado tan furioso, ni siquiera cuando aquel chico, Hyunjin, estuvo tras él.
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Behind his mask [Yoonmin, +18]
FanfictionDonde la vida de un profesor trastornado y un alumno incomprendido cambia una tarde después de clases. *** Park Jimin encontró un escape de su realidad a través de su profesor, a su vez, el profesor Min aceptó la oportunidad para ser él mismo, desha...