Capítulo 45

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Jimin nunca había cocinado. A estas alturas de su vida, le gustaría decir que era una exageración, pero la realidad era otra.

Su padre nunca le permitió acercarse siquiera unos metros de la estufa. La primera (y única) vez que lo intentó, terminó castigado en su cuarto, escuchando un largo monólogo sobre por qué esa actividad –cocinar– debía ser reservado únicamente para las mujeres.

Jimin nunca estuvo de acuerdo con esa idea. Siempre pensó que saber cocinar no tenía nada que ver con roles de género; más bien, era una habilidad básica que cualquier persona debería tener si quería llamarse a sí misma como "autosuficiente".

Un suspiro escapó de sus labios al ver el desastre en la cocina de Min: la mezcla de los panqueques estaba por todos lados, el olor a quemado persistía... y tenía la sospecha de que había dejado la estufa encendida.

Formó un puchero mientras leía nuevamente la receta, ¿en qué momento todo se había salido de control? Miró de soslayo el plato que sostenía una pila de panqueques quemados y poco apetecibles. Su expresión se transformó en un gesto de disgusto.

¿Es posible quemar algo y, al mismo tiempo, hacer que luzca como si estuviera poco cocido? Jimin sospechaba que sí, y su fallido intento de cocinar parecía confirmarlo.

Definitivamente no podría llamarse a sí mismo como una "persona autosuficiente".

Revisó la hora en su celular; bueno, aún era algo temprano. Si Jimin se apresuraba, tal vez podría eliminar la evidencia antes de que...

—¿Ángel?

O tal vez no.

Su rostro comenzó a arder mientras el sonido de los pasos a sus espaldas se intensificaba.

—¿Qué...? —Jimin giró lentamente sobre sus talones al escuchar la voz de Min, encontrándose con una mirada confundida y sorprendida—. ¿Qué sucedió aquí?

Jimin le dedicó una tierna pero nerviosa sonrisa.

—S-solo quería sorprenderlo.

Yoongi alzó ambas cejas mientras inspeccionaba el lugar.

—Lo hiciste, te lo aseguro —frunció el ceño al notar la pila de panqueques—. No esperarás que desayune eso, ¿verdad? Si planeas envenenarme, debes idear algo mejor para hacerlo, cariño.

Jimin sintió cómo su labio inferior temblaba de disgusto. Sabía que era una pequeña broma inofensiva, pero no pudo evitar sentirse un poco mal por ella.

—Yo... quería hacer algo especial para usted —exclamó el menor mientras se encogía de hombros—. Pensé que podría prepararle el desayuno antes de que se levantara de la cama.

La expresión de Yoongi se suavizó al notar la mirada decaída en el chiquillo. Se acercó lentamente, tomando con suavidad su mentón entre sus dedos para obligarle a mirarlo.

—¿Por qué no vas a cambiarte mientras yo limpio este desastre, hmm? —acarició con parsimonia el labio inferior de Jimin, disfrutando de su suavidad—. Después, ambos prepararemos el desayuno juntos, ¿de acuerdo?

Jimin asintió con entusiasmo y luego desapareció entre las escaleras que llevaban a la habitación del profesor, sorprendiendo incluso al mayor debido a la rapidez con la que se movió.

Definitivamente, la mañana de "Christmas Eve" había comenzado de una forma peculiar.


[...]


El día transcurría de forma absurdamente amena. Jimin estaba en la sala, concentrado en armar un rompecabezas mientras una película típica de navidad sonaba de fondo, haciéndole compañía. Por su parte, Yoongi se había retirado a otra habitación para atender una llamada telefónica.

Behind his mask [Yoonmin, +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora