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Dejé de mirar los pétalos que caían y me enfoqué en Gu-won. Desde que lo conocí, no ha habido un solo día en el que no aprenda algo nuevo sobre él. Jamás imaginé que existieran seres tan extraordinarios como él. A lo largo de mi vida, desarrollé un resentimiento hacia los hombres que se acercaban solo por el atractivo de mi hermana mayor y por la promesa de una vida cómoda y rica. Los odiaba a todos por igual.
Pero Gu-won era diferente. En este momento, en medio de la complejidad de nuestras vidas entrelazadas, solo me miraba a mí. No como una sombra o un ser excepcional, sino como alguien genuino, dispuesto a acompañarme en mi camino hacia la grandeza. En sus ojos, encontré algo que nunca creí posible: el reflejo de mi propia fuerza y determinación. Y aunque mi corazón había sido cauteloso durante tanto tiempo, ahora se permitía sentir algo más, algo que iba más allá de la indiferencia que me caracterizaba.
De haber sabido algo sobre el amor, tal vez este momento lo habría considerado mágico o simplemente una pérdida de tiempo. Gu-won me soltó, instándome a que debíamos abandonar el lugar. Mientras las patrullas se acercaban, detuve a Gu-won y le confesé que yo había sido la responsable de llamar a las autoridades. Sin embargo, en lugar de estar agradecido, él insistió en que debíamos marcharnos de todas formas. Fruncí el ceño, sintiendo que algo no cuadraba.
Gu-won estaba actuando de manera más extraña de lo habitual. Observé a los hombres que minutos antes nos habían atacado, recordando también el inusual episodio del tango. Primero me hace bailar tango y ahora quiere que huyamos, como si nosotros fuéramos las víctimas en esta situación. A pesar de ser mi guardaespaldas, a veces parecía que yo era la que tenía un mejor sentido común.
—Gu-won, ¿qué está pasando? ¿Por qué querríamos huir si llamé a la policía? —pregunté, tratando de entender su extraño comportamiento.
Él desvió la mirada por un momento antes de responder con tono serio:
—A veces, Yeon-seo, las autoridades no son la solución. Hay fuerzas en juego que van más allá de lo que puedan manejar.
Me crucé de brazos, sin estar del todo convencida con su explicación.
—No puedo simplemente salir corriendo sin entender lo que está sucediendo. ¿Por qué nos atacaron?
Gu-won suspiró, como si revelar la verdad fuera una carga para él.
—No todo tiene una explicación lógica en este mundo, Yeon-seo. A veces, es mejor no buscar respuestas y simplemente actuar.
Sus palabras resonaron en el aire, dejando un manto de incertidumbre sobre la situación. Aunque mi instinto me decía que algo no estaba bien, la conexión entre nosotros, creaba un enigma que no estaba segura de querer resolver.
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𝓛𝓪 𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓪 𝔂 𝓔𝓵 𝓓𝓮𝓶𝓸𝓷𝓲𝓸 | 마이 데몬
Science FictionElla era la heredera de una de las compañías más poderosas y millonarias del mundo, pero había un precio que pagar: Debía casarse con un hombre que no conocía ni amaba. Ella no creía en el amor, pues siempre le había traído dolor y decepción. Por es...