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Yeon-seo despertó temprano y, al ver el rostro apacible de Gu-won dormido a su lado, sintió una mezcla de ternura y culpa. Acarició suavemente su mejilla, temerosa de que algo más pudiera pasarle al hombre que ahora le importaba tanto. El recuerdo de lo sucedido dos días atrás la atormentaba, y no quería que Gu-won sufriera más.
Gu-won, aún en su sueño, sintió el roce de sus dedos y comenzó a despertar. Los ojos de Yeon-seo se encontraron con los suyos y ambos esbozaron una sonrisa tímida. Un silencio cargado de emociones envolvía la habitación, pero ninguno de los dos se atrevía a verbalizar lo que sentían.
Ambos se sentaron en la cama, y Gu-won rompió el silencio, expresando su deseo de venganza contra quien lo hirió. Yeon-seo, preocupada, intentó calmarlo con una sonrisa.
—No es necesario, Gu-won. Antes de buscar venganza, necesitas recuperarte completamente —dijo ella, tratando de disuadirlo.
Gu-won, sin embargo, no estaba dispuesto a ceder.
—Quiero que pague por lo que hizo. No puedo quedarme de brazos cruzados.
En ese momento, el dolor en su pecho recordó la gravedad de sus heridas. Yeon-seo, preocupada, insistió en que se recostara y descansara.
—Por favor, Gu-won, tu salud es lo más importante ahora. Habrá tiempo para todo eso después de que te recuperes.
Él la miró con determinación, pero al final, asintió y se recostó. Aunque no dijeron mucho sobre sus sentimientos, ambos sabían que era mejor mantenerlos ocultos por el momento, centrándose en la recuperación de Gu-won.
La habitación estaba llena de tensión mientras Yeon-seo ofrecía su muñeca derecha a Gu-won, esperando con ansias que sus poderes aceleraran su recuperación. Gu-won cerró los ojos, concentrándose en canalizar esa energía curativa, y por un momento, pareció funcionar. Sin embargo, pronto los poderes dejaron de fluir, dejando un suspiro colectivo en la habitación.
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𝓛𝓪 𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓪 𝔂 𝓔𝓵 𝓓𝓮𝓶𝓸𝓷𝓲𝓸 | 마이 데몬
Science FictionElla era la heredera de una de las compañías más poderosas y millonarias del mundo, pero había un precio que pagar: Debía casarse con un hombre que no conocía ni amaba. Ella no creía en el amor, pues siempre le había traído dolor y decepción. Por es...