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Yeon-seo observó a Gu-won dormir a su lado y, con una delicadeza que rozaba lo ceremonial, se apartó de la cama, esforzándose por no perturbar el reposo del muchacho. Se envolvió en un suéter que prometía resguardo contra el frío y abandonó la habitación, dirigiéndose al balcón para respirar el aire fresco de la noche. La duda la asaltaba, cuestionando la validez de sus acciones. ¿Era correcto lo que estaba haciendo?
—Cheon-sook. —susurró, su voz un hilo tenue en la quietud— ¿Debería seguir adelante? Gu-won casi muere por mi culpa, aunque no tuvo nada que ver con esta pelea. —Inhaló profundamente, sus ojos comenzaron a brillar por las lágrimas que se acumulaban, reflejando la lucha interna que enfrentaba— No sé si debería seguir adelante a expensas de otra persona. Pero... si me rindo aquí, será injusto para ti. Y es que... los dos me importan tanto que no puedo decidir.
—No te preocupes por una muerta —contestó la señora Joo, su voz serena y firme a su lado—. Me preocupa que sea frustrante para ti.
—Estoy frustrada —admitió Yeon-seo, una sonrisa triste asomándose mientras las lágrimas recorrían sus mejillas—. Estoy muy frustrada y molesta. Perdí a mi querida familia y ni siquiera sé quién lo hizo.
La señora Joo la observó con una mirada penetrante, como si pudiera ver más allá de lo que Yeon-seo estaba dispuesta a revelar, como si supiera que ella guardaba un secreto por miedo a perderla.
—Pero ahora tienes una nueva familia —agregó la señora Joo, su tono suave pero lleno de convicción—. No pierdas a tu nueva familia por tu familia muerta.
—Aun así... —Yeon-seo cerró los ojos, tomando aire profundamente para mantenerse entera en ese momento de vulnerabilidad.
—Haz lo mejor para ti —la voz de la señora Joo era un faro en la oscuridad.
—¿Lo mejor para mí? —cuestionó Yeon-seo, abriendo los ojos, buscando respuestas en el rostro de su interlocutora.
—Lo mejor para alguien que te importa es lo mejor para ti —dijo la señora Joo, su sonrisa transmitiendo una calidez reconfortante.
—¿Y qué hay de ti? —preguntó Yeon-seo, mirándola fijamente— ¿Qué es lo mejor para ti?
—Lo mejor para ti... es lo mejor para mí —respondió la señora Joo, su afirmación resonando con una verdad inquebrantable.
Yeon-seo esbozó una sonrisa tenue mientras las lágrimas comenzaban a fluir. Deseaba abrazarla, pero era consciente de la imposibilidad de tal consuelo. Lloró por la sensación de tener que renunciar a alguien que le importaba por algo más grande. Contuvo sus lágrimas solo por un instante antes de decidir entrar y sentarse en uno de los sofás de la sala, sumergiéndose en sus pensamientos, buscando la forma de poner fin a la angustia que la consumía. Reflexionó durante un tiempo que pareció eterno hasta que una decisión se cristalizó en su mente. Quizás así debía ser, quizás así había sido destinado desde el principio. No había salida; el futuro al que se aferraba era una incógnita, y las razones para ceder eran abrumadoras. Con determinación, optó por seguir adelante, marcando el inicio de la primera fase de su plan con una llamada a Je-ha y Seok-hun.
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𝓛𝓪 𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓪 𝔂 𝓔𝓵 𝓓𝓮𝓶𝓸𝓷𝓲𝓸 | 마이 데몬
Ficção CientíficaElla era la heredera de una de las compañías más poderosas y millonarias del mundo, pero había un precio que pagar: Debía casarse con un hombre que no conocía ni amaba. Ella no creía en el amor, pues siempre le había traído dolor y decepción. Por es...