El plan

61 3 2
                                    

- Qué tienes en mente - dijo mi padre

- Como hoy compramos todo el kit de supervivencia - que irónica es la vida, creó que mi madre nos dio una señal al querer comprar todas esas cosas, siempre he creído que los que te aman jamás te dejan aunque estén en el otro mundo. - sólo nos faltaría algo con que defendernos de la gente loca y los infectados. - Jamás pensé que tendría que herir a alguien, nisiquiera en la preparatoria tuve que enfrentarme con nadie, siempre he sido pacifico, pero bueno, son ellos o soy yo.

- Deberíamos ir a la estación de policía más cercana, normalmente guardan mucho equipo y además debe estar abandonada ya que, con tanto disturbio, ningún policía debe estar haciendo guardia - dijo mi padre

- ¡Maravillosa idea! - dijimos mi tío y yo

- Pues andando - mi padre se dirigió rápidamente a su cuarto, cuando volvió traía consigo una pistola PPK- Prieto beretta 9 mm, me sorprendí que tuviera una, ya que mi padre siempre ha sido un hombre tranquilo igual que yo, así que no pude más con la intriga y le pregunté.

- Desde cuando tienes esa pistola? - pregunté con un tono cómico

- Siempre, sólo la uso en caso de emergencias - dijo, y tenía razón, que más emergencia que esta!.

Nos montamos en el carro y condujimos a la estación de policía que se encontraba en Freewey, no muy lejos de beverly hills.

Al llegar nos bajamos rápidamente y nos aseguramos que estuviera despejada la zona, después de revisar el perímetro nos dimos cuenta que no había nadie, así que procedimos a recorrer todo el lugar en busca de armas. Habían muchísimas puertas, así que nos dividimos y empezamos a buscar, mi padre hacia la izquierda, Christian a la derecha y yo en el segundo piso.

Sam

Busque en las oficinas haber si había algo interesante, cruze varias, no había nada de utilidad, pero al llegar a la última puerta me encontré con un cuarto lleno de aparatos tecnológicos como : woki tokis, celulares y radios, procedí a cojer mi mochila e introducir todos estos equipos que nos facilitarían a la hora de comunicarnos.

Christian

Fui recorriendo todo el pasillo hasta toparme con una enfermería, era lo mejor que nos podría haber pasado, Botiquines, medicinas y uno que otro bisturí, coji mi mochila y empezé a acomodar todo lo que me cupiera ahí dentro.

Alejandro

Subí al segundo piso recorriendo todo, no habían más que oficinas y baños.... Estaba a punto de resignarme cuando a lo lejos divisé una habitación medio abierta y logre ver.... ¡ Armas !, gracias a Dios las encuentro, corrí lo más que pude, al llegar habían diferentes tipos de armas, arcos, pistolas, rifles, escopetas, todo tipo de granadas, diversos cuchillos y demasiada munición, procedí a llamar a mi padre y a mi tio

- ¡PAPÁ, TIO CHRISTIAN ENCONTRÉ LAS ARMAS! - Dije casi al borde de quedarme sin voz, después de eso oí pasos apresurados, ellos venían corriendo a más no poder y cuando llegaron quedaron estupefactos.

- Wow... Esto es impresionante, mira cuantas armas - dijeron al mismo tiempo, parecían niños pequeños en una dulcería.

Procedimos a cojer de todo casi dejandolo todo vacio, yo llevaba el arco, ya que tenía bastante práctica con el ya que cuando tenía 12 años mi padre me envió a un campamento donde nos enseñaron varias técnicas de supervivencia y a manipular el arco. Mi padre eligió la escopeta y llevaba consigo la pistola en la parte trasera de su pantalón, por otra parte mi tío cojio el rifle y, al igual que mi padre, llevaba una pistola mágnum del 45 en la parte trasera de su pantalón. Al reunir todo nos dirigimos a la salida, pero vimos algo que jamás pensábamos que visualizaríamos en nuestras vidas, eran humanos.... Pero no como tu o como yo, parecian cadáveres putrefactos andantes que se dirigían hacia nosotros a paso aprezurado, quedamos en shock hasta que un automóvil arrolló a esa manada de monstruos.

- Como siempre salvándote la espalda Sam - dijo este hombre misterioso que jamás había visto en mi vida.

Sam

Sólo de alguien puede ser esa voz y es de mi amigo Frank, Frank es un compañero de trabajo de el hospital Mckenzie, es un médico especializado en la cardeología, con sus 35 años que los disimula muy bien ya que antes de ser médico fue un entrenador de grandes deportistas, Alto, ojos azules y ya con su voz vas corriendo de donde estas sólo para no toparte con él.

- Gracias Frank, te debo una - Dije con un tono de alivio ya que si no fuera por el, con nuestro estado de shock esas personas nos hubieran asesinado ahí mismo.

- De nada, ya me debes cuantas... Unos 3000 favores? - Dijo carismático, siempre me ha agradado su personalidad.

- Quieren subirse a mi camioneta e ir a mi refugio o prefieren quedarse ahí parados a esperar que otra manada de caníbales vengan por ustedes? - Sin pensarlo dos veces no subimos a su camioneta, deje mi convertible, y aunque me dolía en el alma ya que le coji un cariño bastante grande, no nos protegía como esta camioneta blindada y hay que esperar a ver como será su refugio, conociendo a Frank, nisiquiera una bomba nuclear podría traspasar esa fortaleza.

Luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora