Sam
Pasaban y pasaban los días, las semanas, los meses...., todo se volvía tan rutinario, hace ya seis (6) meses que estábamos aquí, no ha cambiado en nada, seguíamos recibiendo ataques constantemente, pero, al final todo se solucionaba, como comunidad, la convivencia era excelente, los recursos cada vez escaseaban más, claro, somos muchísimas personas, demasiadas bocas que alimentar.
Hoy era el día, " el día de elección " así los llamaban, escogían a diez (10) personas que los llamaban " recolectores ", todo era al azar, colocaban el nombre de todas las personas en papeles pequeños, y los diez primeros que sacaban eran las personas que irían a hacer esa ardua y peligrosa misión.
Nos reunimos en el estadio de béisbol de la ciudad, allí todos esperaban el anuncio de quienes serían los elegidos, claro, como eramos los "nuevos" nunca creímos que nos iban a escoger, a alguno de nosotros, pero estábamos bastante equivocados, nueve (9) personas mencionadas, en ese momento yo me sentía aliviado, hasta que, el señor Miller dijo el último nombre...
- Finalmente, para concluir el grupo... - dijo metiendo la mano a ese gran contenedor de papeles, donde la vida de cada uno corría un gran riesgo donde llegara a sacar el nombre de uno. - Christian Smith. - Estaba sudando en frío, ¿cómo podía ser cierto?, de tantas personas que hay en este gran lugar, mi hermano.... es increíble? No me lo podía creer, lo miré, su miraba estaba perdida, ni el tampoco se lo esperaba, esperaba todos los nombres menos el de él.
Tuvo que acercarse al centro del campo, cuando llego allí, se reunió con los demás integrantes, se conformaban de seis (6) hombres y cuatro (4) mujeres, se veían todos bastante atléticos, así que puedo preocuparme menos, él estará a salvo, yo lo sé, yo confio en sus capacidades.
Christian
Yo..?, como puede ser posible, pero bueno, no se puede hacer nada al respecto, ¿fugarme?, creo que sería más peligrosa esa desición, lo único que podía pensar era como sobrevivir a los peligros de allí afuera, aunque por otra parte, nos proporcionarían armas, alimentos, y como desplazarnos rapido, siempre me había hecho la pregunta de por qué teniendo militares, policías etc.., por qué no van ellos? Tienen más experiencia y esas cosas, pero pensándolo mejor, ¿ quién protegería la ciudad ?, ese era un buen punto.
Al terminar la " reunión de elección ", nos dirijimos a la alcaldía, allí nos hicieron una charla para " motivarnos " y que seríamos gratamente recompensados si cumplíamos exitosamente la misión, dejaron que nuestros familiares vinieran para poder despedirnos, aunque por mi parte, iba con toda la confianza posible, no era un adiós para siempre, era un hasta pronto.
- Cuídate por favor. - mencionó mi hermano, era la primera vez que lo veía llorar, bueno, en realidad no lo estaba haciendo en si, sus ojos estaban cristalizados, por otra parte, Alejandro si que lo estaba.
- Por favor, paren, volveré de acuerdo?. - los interrumpí. - Los quiero mucho, siempre tenganlo en cuenta.
Gente y más gente venían despedirme, la familia de Frank y la de Gabriela y su hermana, ahora que me doy cuenta, eramos un grupo bastante grande, once (11) personas.
Al terminar de despedirnos, nos fuimos a un cuarto donde estaba ya todo preparado, eran increibles las armas que tenían, nos montamos en la camioneta y partimos, nuestro objetivo, ir de pueblo en pueblo, ciudad en ciudad, si es posible, de estado en estado, con el único fin de reunir alimento para sobrevivir almenos 1 año, la gracia de todo esto, aguantar lo máximo posible hasta que encuentren una cura, como si fuera tan sencillo.. ahora, aparte del peligro de los.. de hecho no les hemos puesto un nombre en si, normalmente los llamamos monstruos o infectados.., creo que los llamare.. brunks?, no lo sé, pero suena bien.
Todo esto lo estaba pensando mientras iba en una de las camionetas, en total eran seis (6), eran iguales que la de Frank, solo que más grandes, claro, para tanta comida, era obvio, solo espero que en mi ausencia no ocurra nada en San Francisco, esa era mi preocupación ahora, estrés
.... era lo que podía sentir en este momento, mi cabeza explotará algún día, sólo quiero que esto acabe ya, volver a mi antigua vida, trabajo maravilloso y una familia que ni se diga.Ya había caido la noche, me había quedado dormido, creo que hemos viajado alrededor de unas cinco (5) horas, estiré mis extremidades, pude divisar un pequeño pueblo a lo lejos de la montaña, con la tenue luz de la luna, al fijarme en ella, era hermosa, redonda, brillante, misteriosa, siempre me he preguntado el por qué, me encantaba saber cosas del universo cuando eramos niños, yo creo que en algún momento de nuestras vidas nos lo hemos preguntado, creo que esa es la razón del ser humano para existir, el "¿ por qué ?".
Nos acercabamos más a ese pueblo, solo esperaba encontrar algo, tardamos alrededor de treinta (30) minutos, bajamos del auto, cojimos cada uno su respectiva arma y nos dividimos, en todo el trayecto del viaje nadie hablaba con nadie, era bastante raro, sabiendo que tenemos que ayudarnos uno al otro quien sabe por cuántos meses, es frustrante que la gente sea así, creo que seré el mediador cuando salgamos de este escalofríante y oscuro pueblo, prendí mi linterna y entré a una tienda, al abrirla se escuchaba la típica campanilla de que ha llegado un nuevo cliente, todo estaba en silencio, solo escuchaban mis pasos, era inquietante, me acercaba a los estanes, iba de uno en uno, veo que la gente ha vaciado este lugar.
- ¡ Bingo !. - Dije, había encontrado un montón de alimentos enlatados, me coloqué de rodillas, me quité la mochila y de ella saqué una bolsa de plástico, meti todos los productos en esta, la metí a la mochila y seguí buscando más.
Al pasar por uno de los estanes, una rata paso corriendo, Dios mio, casi me mata del susto, me estaba riendo con lo que había pasado, una inofensiva rata me había asustado, se nota que estaba alerta a todo.
Resignado a que ya no encontraba nada decidí salir de aquella tienda, almenos había encontrado algo, nos serviría de mucho en estos momentos, cuando estuve a punto de girar la perilla escuché un sonido que me puso los pelos de punta, era como una especia de maullido con un quejido, no quería girarme para ver que era, pero lo tuve que hacer, un Brunk estaba parado a una distancia de dos (2) metros de mi, lo iluminé con mi linterna, error de mi parte, era jodidamente horrible esas cosas, sus ojos eran grandísimos, se desprendían de sus cuencas, su mandibula estaba ensangrentada, le faltaban dientes, ya no tenía carne, era puro pellejo, su olor era indescriptible, fetido, repugnante.
Se avalanzó contra mi a toda velocidad, ¿ cómo podían correr a tanta velocidad ?, eran increibles estas cosas, sin pensarlo dos veces apunté mi arma y jalé el gatillo, produjendo que, cayerá a mis pies con un gran charco de sangre, supongo que ya me acostumbré a este tipo de cosas.
Matar o morir.
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Luz en la oscuridad
Science FictionUn hombre de 33 años llamado Sam Smith es un reconocido doctor de la ciudad de los angeles con una especialización en neurología, vive una vida tranquila en beverly hills con su hijo llamado Alejandro de tan solo 15 años; Alejandro es un joven depor...