Universo Alternativo: Ambientado en la Alta Edad Media. Ashley y Andrew Graves son herederos del Ducado Graves. Sus padres se encuentran en un importante viaje a la Corte Real, dejándolos en la residencia familiar junto a sus sirvientes.
—... No es como si fuera a enterarse, ¿Sabes?—
—¡No es que se entere o no, Ashley, es que no está bien! Dios, ¿Por qué siempre tienes que obligarme a participar en este tipo de cosas?—
No era la primera vez que los jóvenes Graves tenían una conversación parecida. Había pasado tantas veces que ambos sabían cuál iba a ser el desenlace, por más que Andrew se quejara y prometiera que "esta vez no". Ashley tenía sus formas de convencer a su hermano mayor. Andrew rehusó mirar a su hermana, tal vez para evitar cualquier posible puchero que debilitara su convicción, pero más seguramente para que sus ojos no se cruzaran con los de Ashley. Solía ceder cuando la miraba fijamente.
El día había empezado de una forma más inocente, con Ashley invitándole a pasear por el jardín trasero de la residencia Graves para "disfrutar del sol" y "ver el trabajo de los nuevos jardineros". Y una mierda. Debía haberse dado cuenta de que las cosas no iban por ahí desde el principio. Con Ashley las cosas raramente eran tan sencillas. Al menos era cierto que el día era soleado.
La chica abrazó el brazo de su hermano y apoyó su peso sobre él, dificultándole el paso, la manipulación brotando de sus labios con facilidad. —¿Es que acaso no quieres hacer feliz a tu hermana, Andy? Pensaba que era más importante para ti.— Sonaba verdaderamente dolida... Y Andrew le creería si no la conociera tan bien.
—Si de verdad tu felicidad depende de que nos deshagamos de la mascota de una sirvienta que te cae mal, estás peor de lo que pensaba.— Andrew siguió caminando; se dijo internamente que no iba a suceder, no de nuevo.
Ojalá tuviera más convicción.
Ashley hizo un mohín. Tendría que optar por algo más, algo que, en el fondo, estaba más cerca de la realidad que el simple "me cae mal" del que le había intentado convencer en un principio. —Claro. Prefieres tenerla contenta a ella, ¿Uh? ¿Acaso te mantiene la cama caliente por la noche, o es que aspiras a eso? ¿Es que no sabes qué es lo que pretende con esas miradas y sonrisas que te lanza?— Andrew suspiró. Era sorprendente que siguiera usando la misma táctica. Aún más sorprendente era que siguiera funcionándole. El chico intentó ser razonable, aunque la pequeña psicópata que tenía por hermana no atendía a razones... Casi nunca.
—A ver, queridísima hermanita. Quieres que te ayude a matar al gato de una de nuestras sirvientas porque, según tú, "es una zorra desagradecida que no conoce su lugar". ¿Es que no te das cuenta de cómo suenas? Por Dios, deberías ir a confesarte solo por pensar en hacer algo así.— Ahora que lo pensaba, él también podría confesarse.
Ja, como si tuviera el valor como para decir lo que se le pasaba por la cabeza, mucho menos al cura local, fiel servidor de la Duquesa Graves. La mujer no necesitaba excusas para intentar separar a los hermanos, pero prefería no dárselas. La convocatoria a las Cortes mantendría a sus padres ocupados al menos un mes y había sido una buena oportunidad para estar junto a su hermana con tranquilidad. No es como si todas las formas con las que había intentado separarlos hubiera servido de mucho.
Andrew sospechaba que lo único que evitaba que su madre terminara por enviar a Ashley a una torre o a un convento era la oposición de su heredero en el primer caso, y el miedo a que la locura de Ashley se desatara en inocentes mojas en el segundo. También estaba la opción de casarla, pero no es como si Ashley fuera fácil de cortejar. Y Andrew tampoco lo toleraría, siendo honestos.
—Oh, venga, Andy, ¿Acaso importa? Vamos a ir al infierno de todas maneras. Además, no eres la persona más religiosa que conozco, no sabía que te importaba tanto el castigo divino.—
—Menuda excusa de mierda. No quiero añadir gatos a mis pesadillas, Ashley, gracias.—
—¿Acaso lo pasas tan mal conmigo las noches en las que te escabulles a verme por las pesadillas? Tener pesadillas no es tan malo, ¿No?—
... Ojalá tuviera pesadillas más a menudo. Al menos así podría justificar el que fuera a verla con tanta frecuencia, incluso con las amenazas de su madre y los infinitos intentos que había hecho por separarlos, como alojarlos en alas completamente opuestas de la residencia, o tener a los sirvientes haciendo guardia, o amenazar a Ashley con encerrarla en una torre. Andrew no permitió que la verdad se reflejara en su rostro, aunque sospechaba que no hacía falta que mintiera. Ashley conocía la realidad tan bien como él.
—No... Al menos cuando no roncas como un oso.—
Ashley le dio un puñetazo en el brazo. —¡Claro! Dormir conmigo es como dormir con los ángeles, no, ¡Como dormir con Dios mismo! Ya quisieran muchos tener la oportunidad que tienes tú tan al alcance. Lo que pasa es que no eres capaz de apreciar lo que tienes a tu lado porque estás ocupado mirándole el culo a las sirvientas.— Refunfuñando, la joven se cruzó de brazos y miró a otro lado, alejándose de su hermano en una de sus pataletas infantiles. Andrew pone una mano sobre su hombro y blanquea los ojos.
—Discúlpeme, madam, no era mi intención ofender a la honrada, digna de alabanzas constantes, delicada y preciosa joven Graves, deseada por reyes, anhelada por príncipes e inspiración de poetas. Ciertamente no soy capaz de entender lo afortunado que soy por tener a mi lado a tan delicada, bella, inteligente y agraciada dama.—
Ashley pareció complacida. Sabía que era sarcasmo, por supuesto, pero le gustaban los halagos de su hermano. Si no fuera porque en el futuro ocuparía la posición de Duque (una vez la vieja arpía muriera, claro) seguramente podría dedicarse a la poesía. ¿Usaría la misma labia para coquetear con todas esas furcias que pretendían engatusarlo? Prefirió no pensar en eso.
Se haría cargo de todas, una a la vez.
—Está bien, acepto tus disculpas. Entonces... ¿Cuándo lo hacemos, Andy?~
Andrew ladeó la cabeza, miró de vuelta a la residencia. Luego miró a su hermana. Cerró los ojos.—... ¿Tienes un plan, o en tu retorcida cabeza es suficiente con pensar en algo para hacerlo?
Ashley le dedicó a su hermano una radiante y honesta sonrisa. Sabía que su hermano finalmente cedería, y eso le hacía sentir la más grande de las felicidades. Andrew estaba dispuesto a hacer lo que fuera por su hermana, aunque eso incluyera acabar con un gato, o con una sirvienta, o con una amiga.
Solo hacía falta un poco de presión en los puntos adecuados, unas caricias, unas sonrisas y palabras dulces, tristes o enfadadas según el momento y el caso. Pero su Andy siempre haría lo necesario para hacer feliz a su hermana. Sabía que en algún momento no sería suficiente, pero estaba más que dispuesta a hacer lo que fuera necesario cuando llegara el momento. Algo se le ocurriría, sin dudas.
| Nota del escritor: Esta idea cruzó mi cabeza mientras trabajaba en un proyecto personal y dije, ¿Por qué no? Es una ambientación a la que me gustaría volver en algún momento, tiene bastante potencial. En todo caso, espero que disfrutéis de la lectura.~
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Oneshoots - The Coffin of Andy and Leyley
FanfictionDesde que descubrí el juego hace un par de semanas no he dejado de encontrarme dándole vueltas a la dinámica entre los hermanos Graves, así que voy a dejar por aquí algunos de los escenarios que se me han ido ocurriendo en forma de oneshoots para li...