Capítulo 5

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Hongjoong sabía, intrínsecamente, que en el momento en que llegara a la base, su equipo no le iba a dejar ver el fin de ello.

Por supuesto, tan pronto como entró por la puerta, Yunho y Jongho estaban completamente ensimismados en sus asuntos, aunque al menos se las arreglaron para no hablar todos a la vez, turnándose para reprenderlo.

—Hey, este, uh, ¿qué carajos fue eso?

—Lo que Jongho quiere decir es que estábamos preocupados.

—Te fuiste, y apagaste el teléfono, ¿y luego te fuiste toda la puta noche? Casi envío un grupo de búsqueda.

—No lo hizo. —Yunho aseguró.

—Yo. El grupo de búsqueda era yo, y Yunho-hyung. ¡Tengo una pierna rota! ¡No puedo ir persiguiendo tu culo imprudente como lo haría normalmente! —Jongho le reprendió.

—Lo siento —Hongjoong refunfuñó, sin poder ofrecer mucho más que eso—. Tuve un... momento. Ya estoy bien, pero... lamento no haber podido explicártelo. No quería que se preocuparan.

—¡Terminaste preocupándonos más! —Jongho estalló.

—Consideramos ir a la mansión del Aquelarre del Crepúsculo en Seongnam, porque nos dijiste que su líder fue quien te hizo su familiar —Yunho dijo en un tono mucho más tenue—. Pensamos que Seonghwa-ssi podría tener alguna idea de dónde habías ido.

—Sí, estuve allí. —Hongjoong murmuró, con los ojos buscando el suelo—. Pensé que... pensé que estaba teniendo algún tipo de reacción al cambio, o algo así.

—Eso no es... algo que pase realmente. Es todo psicológico. —Yunho respondió, con demasiada facilidad.

—Sí, ahora lo sé, joder, gracias. Fui psicoanalizado por vampiros toda la noche y acabé durmiendo allí porque me convenció de que conducir hasta tarde mientras sentía que me arrancaban las costillas del pecho era una mala idea.

—O sea... sí, para empezar ni siquiera deberías haber conducido hasta allí. Podrías habérselo pedido a uno de nosotros. —Jongho le reprendió, golpeando el yeso de su pierna izquierda—. No puedo subirme a una moto con esta cosa, pero aún puedo conducir un coche.

—No quería involucrarlos a ustedes dos. No saben nada de mi equipo... cuántos son y qué hacen exactamente. Y me gustaría mantenerlo así. —Hongjoong explicó—. Si todo esto sale mal...

—¿Qué? ¿Crees que tendremos una ventaja estratégica si no saben de nosotros? ¿Y qué si sale mal? Seonghwa-ssi no parece del tipo que de repente se vuelve contra ti. —Yunho razonó.

Hongjoong se burló. —Nunca lo has conocido. ¿Cómo demonios vas a saberlo?

—He visto todos los vídeos que existen sobre la creación de los Acuerdos Humano-Vampíricos. Aparece o se le menciona en todos y cada uno de ellos. —Yunho replicó con suficiencia—. Me gustan sus entrevistas. No parece un imbécil pomposo como muchos de los otros líderes de aquelarres. Me imagino que es porque es uno de los mayores.

Hongjoong puso los ojos en blanco. —No te puedes fiar de su imagen en los medios. La verdad es que su edad le hace un poco insufrible. Es un completo sabelotodo.

—¿Como si te menospreciara constantemente por no saber cosas? —Yunho presionó—. ¿O simplemente... sabe muchas cosas que tú no sabes?

Hongjoong resopló, poniéndose un poco rojo mientras miraba hacia otro lado. —Sabe como doscientos idiomas o algo así de ridículo, y me recitó un maldito poema entero en chino como si nada.

—Claro, ¿pero lo hizo como si estuviera intentando lucirse? —Jongho preguntó—. ¿O estás omitiendo algún contexto?

—¿A quién le importa el contexto? Sólo digo que no puedes confiar en la personalidad que alguien pone para los medios. —Hongjoong respondió.

Another Name for the DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora