Capítulo 7

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Wooyoung no estaba seguro de lo que había esperado después de que Hongjoong se fuera, pero de alguna manera, no podía decir que le sorprendiera exactamente cómo habían salido las cosas.

Todo parecía... volver a la normalidad. Puede que Mingi y San fueran un poco menos reservados con él, pensó -ofreciéndole una caricia suave o un dulce beso al azar aquí o allá, o follando abiertamente el uno con el otro en lugares cada vez menos privados de la mansión- pero en general, las cosas seguían igual. Descubrió que seguía pasando la mayor parte del tiempo con Yeosang, aunque sólo fuera para tumbarse sobre su pecho mientras el otro leía o tomaba notas en un diario.

—Dime una cosa. —Wooyoung dijo de la nada una tarde mientras Yeosang leía por encima de su hombro, dibujando distraídamente patrones en la parte baja de su espalda.

—Hmm... Puede que seas la persona más hermosa en la que he puesto los ojos. —Yeosang respondió tras una pausa para reflexionar.

Wooyoung resopló, avergonzado, y dio un manotazo en el pecho del otro. —No pretendía que me digjeras algo al azar. Era una forma de romper el silencio.

Yeosang soltó una risita, y sus ojos se arrugaron un poco al sonreír. —Sé más concreto, entonces, amor.

—Pasamos mucho tiempo juntos. —Wooyoung continuó, con un tono directo.

—Lo hacemos.

—Antes de que yo llegara... ¿pasabas mucho tiempo con Seonghwa? Porque parece que Mingi y San siempre están juntos, pero Seonghwa es muy reservado.

—Ah, es un tema un poco pesado. —Yeosang admitió, sentándose un poco más erguido y dejando el libro a un lado para rodear la cintura de Wooyoung con los brazos—. Cuando Seonghwa recién me convirtió, pasábamos mucho tiempo juntos. Al fin y al cabo, estábamos los dos solos. Pero creo que fue más bien por mi bien. Estaba... completamente encaprichado con él. Siempre le querré... los quiero a todos ustedes, de diversas maneras, pero las cosas eran nuevas y diferentes entonces.

—Parece que las cosas cambiaron. —Wooyoung dijo en voz baja.

—Lo hicieron, como suelen hacerlo las cosas. —Yeosang accedió—. Ahora es diferente, pero Seonghwa siempre ha sido...

—¿Distante? —Wooyoung intentó.

Yeosang asintió. —Le conocí cuando aún era humano. Se preocupaba por mí antes de convertirme. Pero incluso entonces, sentía que Seonghwa no estaba tan conectado con el aquí y ahora, con los demás, como todos los que le rodeaban. Siempre me pregunté si una pequeña parte de él se desprendía con el paso de los años, como si una parte de él perteneciera a las eras. Le resultaba difícil estar totalmente en el presente cuando había vivido tantas cosas. Había veces en que se mantenía apartado, inmóvil, sólo para pensar, y los días se le escapaban como si no se hubiera dado cuenta. Era atento con Mingi, y luego con San, cuando estaban recién convertidos. Pero yo estaba feliz de ser su consuelo cuando él no podía, y se llevaron bien, así que no hacía falta. Cada vez era más reservado.

Wooyoung frunció el ceño. —¿Y qué hay de ti?

—Me acostumbré a la soledad. Nunca me sentí solo, porque San y Mingi estaban allí con los brazos abiertos. Y si alguna vez lo pedía, Seonghwa me recibía. Pero cada vez me resultaba más difícil pedírselo cuando sabía que su corazón no estaba realmente en ello. Era más bien que no estaba del todo en el momento presente. —Yeosang explicó—. Como su... pseudo-segundo al mando, comprendo algunas de las cargas que Seonghwa experimenta como líder de este aquelarre. Pero algo que no creo que ninguno de nosotros -en realidad, nadie- pueda comprender jamás, es la carga de vivir una docena de vidas en soledad. Más que eso, haber estado solo en la verdad de su existencia durante tanto tiempo, creyendo que podía haber sido el único de su especie, creyendo que era un monstruo.

Another Name for the DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora