Corazones de fuego

CAPÍTULO 22

MAY

— ¿El infierno? — Al escuchar a Zack pronunciar esas palabras, mi estómago ha dado un giro completo de 360° y no hago otra cosa que notar un terrible nudo en él.
— El infierno. — Asiente él.
— ¿Cómo... Cómo he acabado aquí? — Pregunto totalmente histérica.
Zack me dedica una media sonrisa torcida y se lleva un dedo a los labios.
— Bueno, posiblemente te hayan matado. Es lo más lógico ¿no? — Dice con tono irónico.
— ¡Esto es increíble! No entiendo cómo puede parecerte algo normal. — Digo al borde de la locura.
— No me parece normal. Simplemente he asimilado que estamos aquí porqué lo merecemos. — Dice haciendo un gesto de suficiencia.
Algo me hace desconfiar de Zack. Es obvio que si está aquí es por qué ha hecho algo malo en vida.
— Tú... ¿Tú por qué estás aquí? — Me mira con cara de pocos amigos y sonríe.
— ¿Aún no te has dado cuenta? — Se acerca a mí y me acorrala contra la pared.
El corazón empieza a latirme más fuerte y noto la sangre corriendo por mis venas como coches de carreras.
— Apártate de mí. — Le doy un empujón y me agarra por el brazo.
— Vamos May. Sé que perdiste la memoria, pero también sé que me has reconocido. — Me susurra al oído mientras me muerde el lóbulo.
Le doy un guantazo y retrocede.

EVAN

— May ¿qué te ha pasado? — Digo con el corazón en un puño.
Ella se limita a agachar la cabeza y a encogerse de hombros. Sarah y Caro siguen su ejemplo.
Vuelvo a mirarlas detenidamente.
No son ellas. Son espectros...
Me restriego las manos por los ojos, para asegurarme de que no estoy alucinando.
En ese momento siento un tirón. Giro la cabeza hacia May. Vuelve a ser la misma. Sarah y Caro ya no están.
May se acerca a mí y me abraza. Le correspondo el abrazo, pero aún siento ese extraño tirón... Todo empieza a nublarse y sujeto a May por las caderas.
La alzo y empiezo a besarla por el cuello, las mejillas, la frente, la nariz y la boca.
Llego hasta la cama y le doy un empujón. May me mira extrañada por mi conducta.
Vuelvo a notar ese extraño tirón y me tumbo a su lado.
No hablamos, pero nos limitamos a intercambiar miradas.
Esta vez, me subo encima de ella y empiezo a besarla sin darle tiempo a reaccionar.
Paso las manos por sus caderas y las meto por dentro de su camisa.
May se remueve inquieta y me dice que pare, pero no lo hago.
Mi mente empieza a nublarse. Este no soy yo.
Empiezo a bajarle la cremallera del pantalón cuando me da una patada.
Su patada me hace reaccionar y la niebla se esfuma.
Miro a May y no me creo lo que veo.
Lo que yo pensaba que eran caricias se han acabado convirtiendo en moratones y arañazos. Su ropa está hecha girones y llora desconsoladamente mientras intenta apartarse de mí.
— May, yo... No...- Intento encontrar algo que decir, pero mi voz muere al escuchar las palabras que brotan de la garganta de May:
— Eres un monstruo.
Salgo corriendo de la habitación y me miro las manos con desesperación.
¿Qué coño me está pasando?

SARAH

Álex se gira y me mira.
— Eso es lo que Evan quiso hacerte creer.
Le miro de forma interrogante y me levanto.
— Evan no es así. — Digo con firmeza.
— Vamos, Sarah. No me digas que a ti también te robó la memoria. — Me mira con dureza y replico:
— A mí nunca me haría eso. Ni a May. — Álex se limita a resoplar y se acerca a Caro para decirlo algo al oído. No consigo averiguar el qué.
Ella sonríe y me mira. Saca una especie de bola de cristal de la nada y se acerca a mí.
— Vamos a ver cómo le va a tu querido hermano. — Caro empieza a mover las manos sobre la superfície de la bola.
De repente la bola de cristal empieza a brillar y aparece la imagen de Evan repetidas veces.
Son imágenes extrañas: May, Caro y yo siendo una especie de espectros, Evan... ¿Intentado violar a May y después pegándole una paliza? No doy crédito a lo que veo. Miro a Caro atónita, buscando respuestas.
Lo conozco demasiado bien como para saber que él nunca haría eso.
— Te dijimos que estaba luchando contra sus peores miedos. Por ahora se han revelado 3, de los que suelen ser 10. — Dice mirando la bola y sonriendo.
— Miedo a los espectros del pasado... a la violación... ¿y al maltrato? — Pregunto.
Caro se limita a asentir y a levantarse.