6. Por ahora

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Se despidieron poco después. George la quiso besar unas cuantas veces más antes de que se fuera. Sentía que la suerte de tenerla y sentirla tan cerca era una ilusión. Tras múltiples besos y algunas caricias, Lis llegó a casa y al cerrar la puerta respiró profundamente. No pudo evitar que una gran sonrisa le apareciera en el rostro. Sonrió de verdad, como una niña pequeña a la que le regalan una bicicleta. Sonrió tanto que hasta ella misma se tocó la cara para confirmarlo. Sonrió tanto que dos lágrimas de felicidad le cayeron por sus mejillas. Estaba totalmente enamorada de George Weasley, era un hecho que aceptaba. Recordó la última vez que se sintió así por alguien y tuvo que volver a tener 9 años y recordar a su amigo del colegio: un muggle que le rompió el corazón.

Aún con la sonrisa en la cara y con tres copas de vino en el cuerpo, Lis se desnudó y se fue directa a la ducha. Dejó que el agua cayera sobre su pelo y sobre su cuerpo. Pensaba en el pelirrojo y no pudo evitar acariciarse. Lo deseaba y era inútil negarlo. Sentir el calor del agua le recordaba los abrazos que George le había proporcionado en la escalera. Recordaba, deslizando su mano entre sus piernas, a George delante de ella agarrándola por las caderas y acercándola a él Ella había notado que él también le tenía ganas, notó su miembro duro entre sus muslos. Era imposible no sentir un deseo ardiente recorriendo la espina dorsal. Los pezones de Lis se endurecieron y tuvo que apoyar una mano en la pared para sostenerse y dejarse llevar por el deseo.

Unas calles más al oeste, un ardiente George también había decidido meterse en la ducha. Se había quedado en el apartamento de la tienda, ya que prácticamente vivía ahí. Al marcharse Lis, tuvo que respirar profundamente para no ir detrás de ella y hacerla suya. Deseaba estar con ella todo el tiempo. Quería besarla, acariciar su cuerpo. Oh, por Merlín, quería hacerla suya de todas las maneras posibles. Decidió meterse a la ducha para ver si podía calmar sus instintos, pero fue mucho peor. El pene endurecido de George pidió atención en cuanto su dueño empezó a recordar la lengua de Lis perfilando sus labios. El aroma a tarta aún estaba impregnado en su piel. El pelirrojo se dió placer, imaginando a Lis abierta para él, agarrándole la espalda, volviéndolo a besar. La calentura no duró mucho tiempo. Se corrió en un gemido ahogado y apoyó la cabeza en la pared. Estaba totalmente desesperado por esa mujer.

___

El domingo, después de dormir y de atendeer algún papeleo de la tienda, George se dispuso a ir comer a casa de sus padres. Cada mes, los Weasley se reunían en la Madriguera para ponerse al día. A veces faltaba algún hermano, pero era una costumbre a la que todos procuraban no faltar

- ¡George! ¡Querido! - dijo Molly con amor al ver a su hijo aparecer por la puerta de la cocina.

- Hola, mamá - la saludó.

- Estás muy guapo, estás más guapo- comentó su madre, mientras le colocaba bien la solapa de la chaqueta.

- Eso es porque está enamorado, mamá - comentó Ron entrando en la estancia y colocando unos buñuelos dulces en el centro de la mesa.

Ginny y Harry también estaban en la Madriguera, sentados en el sofá y atendiendo a la nueva conversación que se había generado.

- ¿Nuestro George está enamorado? Eso sí que es una grata sorpresa -vociferó una alegre voz que provenía del jardín. Arthur Weasley no tardó en entrar en casa, con una sonrisa de oreja a oreja a saludar a su hijo- ¿Cómo es esa jovencita? ¿Te trata bien?

- A ver, calma - conjuró George, mientras miraba a su hermano Ron con recelo - Solo es una amiga.

- ¡Por ahora! - gritó Ginny alegre - Papá, es una chica encantadora.

- Ayer todo el mundo te parecía encantador, querida - le contestó Harry con amor en su voz. Ginny se encogió de hombros y rió.

- ¿Así que tú ya la conoces Ginny? - preguntó de nuevo el patriarca de los Weasley.

Cinnamon Cake (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora