7. Fortuna

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La semana empezó como de costumbre. Lis abrió la puerta trasera de la pastelería, encendió las luces, la radio y a golpe de varita encendió los hornos y las procesadoras de alimentos. Se puso el delantal, se recogió el pelo en una coleta, se lavó las manos y se puso manos a la obra. No había acabado de introducir la harina en la última procesadora cuando escuchó toques en la puerta. Se asustó, pero rápidamente miró con ilusión a la puerta. Un alto pelirrojo le sonreía.

Abrió la puerta y antes de que pudiera decir nada, George la abrazó y le besó. Lis aceptó el beso con gusto y le abrazó por el cuello. Le acarició y sonrió interrumpiendo el beso.

- La he echado de menos - dijo el pelirrojo en su boca.

- Le he llenado de harina la ropa - sonrió Lis - ¿Qué hace aquí? Es muy temprano. Y no me diga que quiere tarta, no le creeré - dijo mientras volvía a ponerse manos a la obra.

George sonrió y negó con la cabeza. Se puso detrás de ella, la cogió por la cintura y le dió un casto beso en el cuello. Lis se sonrojó y sonrió.

- Señor Weasley, no negaré que me gustan sus besos, pero he de hacer las tartas para hoy.

George la mantuvo abrazada por la espalda y volvió a darle un beso esta vez en la sien.

- Vengo por el puesto de ayudante.

Lis sonrió. Le ofreció un delantal al pelirrojo y se dispuso a ser lo más útil posible. Tras cuatro órdenes culinarias, se pusieron manos a la obra. Lo principal ya estaba hecho cuando la muchacha enseñaba a decorar al pelirrojo.

- ¿Por qué lo hace todo tan manual? Sería más rápido con la varita. - decía George mientras intentaba con todo el cuidado del mundo decorar con la manga pastelera un bizcocho de chocolate.

- Sí, pero entonces no serían las mejores tartas, como dice usted - dijo Lis, concentrada en su bizcocho. Estaba haciendo florecillas. George la miraba hechizado - La magia reside en el cariño.

Lis tuvo que ayudarse de la varita para finiquitar algunos bizcochos, aunque no le importó teniendo un pinche de cocina tan cortés.

- La dejo concentrarse en el trabajo, por hoy - matizó quitándose el delantal y viendo la hora.

- Gracias por la ayuda, ha sido divertido - confesó Lis.

George la volvió a agarrar de la cintura, está vez cara a cara y la pegó a su cuerpo. Fue Lis la que se acercó, poniéndose de puntillas, para besarlo. George la apoyó en la isleta. Se besaban con deseo, con inocencia y con ganas. Sintieron sus lenguas unidas, jugando, sonriendo en mitad del beso, cuando Jane los pilló in fraganti.

Hola Lis, ¿qué tal el finde? ¡Ostras! Ammmmm - dijo dándose la vuelta avergonzada - Lo siento mucho.

Lis y George se separaron sonriendo tímidamente. Lis se puso una mano en la boca, intentando desinflamar sus labios.

- Jane, él es George. Ya le conoces.

- Encantada de verle de nuevo. se dió la vuelta y lo saludó con una gran sonrisa y mirando de reojo a su jefa.

- Será mejor que me vaya- dijo el pelirrojo, aún un tanto avergonzado.

- Yo iré a preparar los escaparates - se despidió Jane, aún muy alegre y salió por la puerta hacia el local.

- Te recogeré esta tarde.

- Vale - sonrió bobalicona Lis.

Se volvieron a besar. No querían despedirse, pero Jane preguntó a Lis algo a gritos y finalmente George salió por la puerta de atrás, volteando para mirar a la castaña, que lo seguía mirando.

Cinnamon Cake (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora