Capítulo 8
Al final, Lana y Chelsea habían acabado en el despacho del abuelo de la segunda nombrada. No se miraban, no se hablaban y no reparaban en la existencia de la otra; cada una estaba metida en su mundo.
Indra Alizar llegaría en unos momentos, les habría dicho Nixie al dejarlas en el despacho, después de haber ido a la enfermería.
La búlgara tenía el labio roto y el ojo y el pómulo derecho morado, mientras tanto, la pelinegra portaba un pañuelo para que su nariz dejara de sangrar, y tenía una pequeña brecha en la frente, que le había cosido con 4 puntos la señorita Blossom, una de las enfermeras.
Ambas movieron su cabeza hacia la puerta al oír que esta se abría, el director entró, les dirigió una mirada severa y se sentó en su silla.
— Así que, su primera hora de clase y ya está aquí, señorita Donev – suspiró el hombre.
— No es culpa mía, yo no comencé – empezó a decir, pero Alizar la interrumpió nuevamente.
– Lo sé, soy consciente de que la señorita Alizar, aquí presente, fue la que provocó este suceso – respondió Indra, mirando con un semblante serio a Chelsea.
— ¿Alizar? Se apellidan igual, ¿Serán familia? – pensó Lana, mirando al hombre y después a la chica a su lado.
— ¡No fue culpa mía! Yo no habría hecho nada si no hubiera hecho sentir mal a Abby.
— ¿Disculpa? Yo no hice nada, tu solo viniste y me golpeaste, ¿y aun encima quieres que yo cargue con la culpa? ¡Si golpeas a alguien sin razón claramente te lo va a devolver!
Ambas empezaron a hablar a la vez, justificando su comportamiento y acciones.
— ¡Silencio ya! – gritó exasperado Indra, para después suspirar – estaréis una semana sin horas libres, estaréis en el aula de castigos para cumplir esto.
La pelinegra suspiró y se cruzó de brazos, mientras que Lana solo bufó y echó la cabeza hacia atrás.
Cuando el hombre iba a hablar, la puerta fue tocada, y se asomó por esta una cabellera corta pelirroja, George Dixon.
— Disculpe director, vengo a por Lana Donev, Gwen quiere hablar con ella.
El chico miró a la rubia, y esta lo miró de vuelta, le parecía familiar, pero no sabía porque.
El director miró a la rubia, y luego al pelirrojo, cerró los ojos dando un suspiro y asintió.
— Márchese, señorita Donev.
Lana asintió y se levantó, dedicándole una última mirada llena de indiferencia a Chelsea.
George mantuvo la puerta abierta, estaba calmado, y cuando pasó la chica, él cerró la puerta.
— Te me haces familiar – dijo la chica sin tapujo alguno.
— Soy hermano de Kasdeya, probablemente sea por eso.
— Sí, ahora recuerdo, no me digas tu nombre, creo que lo recuerdo... – dijo la chica, y George no abrió la boca – ¡Gilbert! – al ver la mueca del contrario, esta probó otra vez – ¡Jason! ¡Lucas!, no... ¿John? – seguía probando la rubia, provocando la risa del pelirrojo.
— George, me llamo George.
— Dios... – contestó la chica, tapándose la cara con vergüenza – no le digas a Deya esto, me mata si se entera de que no me sé el nombre de su hermano.
— Mi boca está sellada, rubia, no te preocupes.
Siguieron andando en silencio, pasando por varias aulas ocupadas y despachos cerrados.
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PEOPLE CHANGE (GirlsLove)
RomansAbby Hannigan y Lana Donev no se pueden ni ver. Lana, una chica peligrosa, que sabe emplear perfectamente bien la fuerza. Abby, una chica que odia a la mitad del mundo y no quiere que la gente hable de ella. Pocos son los que saben porque estas dos...