Dónde un inconveniente el primer día que Sophia y Charlie se conocen hace que se odien profundamente.
O
Dónde ambos adolescentes se dan cuenta que en realidad, ninguno es tan idiota como pensaban.
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——— Say it out loud
—CHARLIE.—ME LLAMA uno de los gemelos.
Le hago una seña para que siga hablando. Sophie me ha dejado a cargo de los niños pero no sé exactamente para que.
—Acabamos de escuchar información interesante.
—¿Ah, si?—pregunto sin mucho interés y ellos asienten.—¿Sobre qué?
—Oímos la plática de Lorraine y Sophie, hablaban sobre ti.—mi atención se fue totalmente a ambos pequeños cuando escuché eso.
—¿Y que dijeron?—pregunto con impaciencia.
Ambos se miran con sonrisas traviesas.
—Hablaban de que te gusta Sophie.
Mi corazón se para por unos cortos segundos.
—¡Charlie, vamos a la fiesta de Dylan!—anuncia Sara.
—Si, si. Vayan.—le respondo sin prestarle mucha atención.—¿Y que dijo ella sobre eso?—retomo la conversación con los gemelos.
—Dijo que no haría nada contigo.—empieza Nigel y un sentimiento desagradable se instala en mi estomago.
—Hasta que termines con tu novia.—finaliza Kyle.—Pero que por mientras te quiere olvidar.
Una sensación distinta se hace presente en mi cuerpo y lo único que siento ahora es la necesidad de ir a Midland.
—¿A ti te gusta Sophie?
—Sí enano, ella me gusta.—ambos ríen ante mi confesión.
—¿Donde están todos?—escucho.
Me volteo y veo a Sophie y a Lorraine en las escaleras, ambas viéndome fijamente.
No puedo apartar la vista de Sophie, la cual ahora luce una blusa linda y que me recuerda a la que uso el día de su fiesta. Aunque la que usaba antes le quedaba genial y no entiendo el porqué se cambio por unos estúpidos universitarios. Pero seamos honestos, Sophia se podría poner una bolsa de basura y seguiría luciendo hermosa.
—¿Charlie?
—Oh em...—olvido su pregunta y enarca una ceja.—Ellos... fueron a la fiesta de un tal Dylan.
—¡¿Qué?!—pregunta alterada y en cuestión de segundos llega junto a mi.—¡No podían ir! ¿No te pedí que los cuidaras, que estabas haciendo?—pregunta con clara frustración.
—Yo... estaba hablando con mis hermanitos favoritos.
—Estábamos hablando de t...—le tapó la boca a Kyle antes de que diga mi secreto.
—Ya no importa.—suelta en un suspiro.
Sophie sale de la casa y yo la sigo.
—¡Ustedes!—llama a los jugadores que entrena papá.—Necesito su ayuda para encontrar a siete niños en una fiesta infantil.—ordena.
