Nuestros dulces momentos

Querido Futuro Esposo.

El parón invernal ya estaba presente,  un año más estaba por terminarse y como una pequeña tradición de navidad/fin de año Christian y Toto suelen reorganizar sus cosas. Y ahí estaban, Toto en su oficina decidiendo si va a mover todos sus muebles o solo algunos.

Mientras tanto Christian estaba organizando unas cosas en su armario, entre ellos acomodar un nuevo espacio para su "nuevo cofre de tesoros". Su antiguo cofre estaba lleno y Christian consideró qué, al ser nueva etapa entre él y su marido las nuevas cartas que compartían se merecían su propio cofre.

La nostalgia lo invadió cuando decidió sacar la caja de su lugar habitual. Tenía todas las cartas de Toto recopiladas en pequeños montones amarrados por una cinta, organizadas cronológicamente. Desde que Toto solo era su "admirador secreto" hasta cuando Christian comenzó a responder sus cartas sabiendo que era Toto.

"Hace una decada" pensó Christian mirando todas las cartas.

Entonces hace más de diez años atrás, un Toto Wolff un poco mas joven entró como Director Ejecutivo de Williams Racing, un equipo legendario en la Fórmula Uno con mucha historia por detrás. Y si le preguntan a Toto el siempre recuerda exactamente cuando sintió esa sensación cuando lo vio por primera vez... Toto no solo le hechizaba la capacidad de Christian para dirigir a su equipo desde tan joven, le hechizaba todo sobre él...su cabello sus mechones ondulados, sus ojos azulados... sus labios. Y había algo que Toto siempre miraba en Christian que los demás en ese momento no, su ternura, a Toto le parecía tan tierno, su pequeña sonrisa juguetona, su mirada cuando era un gruñón, si, Toto se enamoró de la cosita gruñona que es director de equipo de Red Bull.

Christian estaba ganando en ese momento y estaba muy ocupado en... seguir ganando. Toto lo miraba tan lejano para él, no sabía cómo acercarse adecuadamente, ni siquiera sabia si Christian lo notaria, si Christian le hablaría, en todo caso Williams no era un equipo que peleará por un campeonato exactamente, pero aun así se decidió a ser creativo.

Sin embargo, Christian si había notado a Toto, en su mente estaba catalogado como "El chico guapo de Williams" lo miraba fugazmente cada vez que podía, para Christian en ese entonces se engañaba a si mismo diciendose que Toto era una persona que le llamaba la atención y nada más, porque desde que lo vio pensó que Toto podría tener un gran futuro en la Fórmula 1 y no se equivoco.

Y poco después, la primera carta llegó acompañada de un detalle a la oficina de Christian el día siguiente a que Red Bull asegurara el campeonato de constructores en el Gran Premio de Japón en 2012. Firmada simplemente por un admirador secreto.

Entonces, Christian miró la caja con curiosidad, envuelta en un papel fino y adornada con un lazo plateado. Al abrir cuidadosamente la tapa, se encontró con una réplica a escala del Red Bull RB8. Sin embargo, este no era un modelo común que pudiera adquirirse en una tienda; cada detalle estaba meticulosamente cuidado, desde los minúsculos patrocinadores hasta la insignia del equipo, todo pintado con una precisión impresionante. Pero lo que más capturó su atención fue la placa en la base del modelo, grabada con unas palabras que resonaron en su corazón: "Para el líder que inspira la grandeza, con admiración y respeto. De tu admirador".

Los ojos de Christian se abrieron con sorpresa y un leve rubor apareció en sus mejillas, al principio podría haber pensado que era un regalo del equipo pero... no era así, Christian observo por un tiempo el regalo, y leía una y otra vez esas palabras. Al lado de la caja, una carta con una caligrafía delicada llamó su atención.

Querido Christian,

Me resulta difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que siento al escribirte esta carta. En silencio he sido testigo de tu valía como líder, de tu pasión inquebrantable y de tu habilidad para llevar a tu equipo hacia la grandeza. Es inspirador ser parte de ese mundo que construyes con cada carrera.