𝟎𝟑

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Relaciones normales de gente normal

Jisung despidió a la muchacha con un abrazo y fue hasta la cocina, escuchó como Minho se despedía, luego la puerta cerrarse, y suspiró. Le llevó algo de jugo, sin hielo, porque no importaba cuánto calor estuviera haciendo en ese momento, Minho no iba a ponerle hielo a su bebida. A menos que fuera alcohol.

 —¿Y luego? —preguntó Minho, encendiendo la tele, estaba retomando la conversación que estaban teniendo antes de que tuvieran que abrir la puerta.

 —Luego se quedó unas dos o tres semanas en lo de Bin, según me dijo, pero regresó antes de ayer al departamento.

 —Que imbécil.

 —Ey.

 —Lo siento, pero tengo razón.

 —No es una linda relación, Minho, no es fácil salir de algo así —Jisung se sentó a su lado, con un suspiro—. ¿No sigues hablando con Jeongin después de años?, ¿No me dijiste una vez que se habían alejado porque siempre fue así?

 Minho quería decirle que no, que Yang no siempre había sido un tarado, sin sentido de la responsabilidad alguna, un malcriado y aprovechado, pero la sensación de asco de sentir que debía defenderlo fue peor. Al final del día, Jisung tenía razón, aun así, no quería solo decirle que sí.

 —Es distinto...

 —Es exactamente lo mismo. Te trata como si fuera el emperador de Corea, no tiene derecho a tratar a nadie así, a quién le interesa si su familia tiene o no dinero.

 Ah, sí, los Yang. La gente hablaba de ellos como si hubieran inventado la cura para casi cualquier enfermedad terminal. Minho creía que si al menos eso hubiera sucedido, y si es que era posible porque casi todos trabajaban en áreas parecidas y muy alejados de la medicina, el hijo menor de la familia y su supuesto amigo, no sería tanto un dolor de culo como era en ese entonces.

 O tal vez sería peor, quien sabe, Minho no tenía muchas ganas de saber. Varias veces cuando eran más jóvenes, Yang le había dicho que sus padres eran gente importante, lo único que Minho sabía de ellos, junto a que sus propios padres trabajaban para esa gente. Nunca entendió porqué era tanto alboroto hasta que salió de secundaria.

 —Estoy seguro de que ni su familia lo aguanta, no recuerdo la última vez que habló de sus hermanos o padres. El tipo está solo. La gente así al final del día siempre se queda sola.

 Jisung se refregó la cara, estuvo en silencio un rato y se dio cuenta que, otra vez, estaba evitando hablar de algo. Algo que seguramente querría discutir un sábado a las tres o cuatro de la tarde antes de que tuviera que irse a la universidad para después no tener que verle la cara, por vergüenza. Esperaba que no fuera sobre ellos, sobre cosas como "deberíamos mudarnos a algún lugar más grande" porque su madre le había dicho que ya era hora de que tuviera nietos.

 —Ya es suficiente, hablemos de otra cosa. —Batalló en encontrar algo de lo que hablar, así que trató de recordar los últimos días—. ¿Cómo vas con el trabajo?

 —Horrible, no hablemos de eso, ¿Sí?

 —¿En serio?

 —Muy en serio. —La sonrisa para nada honesta de Minho fue evidente, era más para sí mismo que para darle algo de seguridad a su novio—. Tengo que esforzarme lo más que pueda. Si encuentran la mínima razón como para echarme, lo harán, y luego no deberían pagar compensación porque "no estaba haciendo bien mi trabajo".

 —Lo lamento. —A veces se sentía mal por ser el único en la casa sin hacer nada. Había veces que Minho se quedaba toda la noche en la oficina y aún así no les alcanzaba el dinero. Debía hacer algo—. Yo estuve intentando buscar trabajo y no fue nada bien, no tengo idea de cómo hacer, estoy harto.

𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌𝐒, 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐈𝐒𝐄𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐁𝐀𝐒𝐓𝐀𝐑𝐃𝐒 | Chansung/JeonghoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora