𝟎𝟕

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Clase de historia

Nada estaba bien. Jisung estaba nervioso, y Minho lo sabía, pero ahí estaban, frente a la puerta de aquella casa, sus dos novios a un lado de él, esperando que les abrieran la puerta.

 Estaba seguro de que más de uno, más que nada sus tías, les querrían decir algo. Minho acomodó la remera de Jisung y el moño de Mina y tocó.

 Cuando se fue (lo echaron) de la casa, cambiaron la cerradura, y, a pesar de que los visitaba cada mes, jamás le habían ofrecido una copia de la puerta principal. Visitar a tus padres espontáneamente estaba sobrevalorado, de todos modos.

 Su madre abrió la puerta, la entrada siempre era incómoda.

 —Buenos días, Minho, Jisung, ¿Y esta señorita quién es?

 —Myoui Mina, madre, un gusto —dijo la muchacha, extendiendo su mano para que la estrechara, cosa que no pasó. Los dejó pasar y no dijo nada más.

 —Lo lamento —le susurró Minho—. Debí advertir de lo grosera que puede llegar a ser. Vayan a sentarse y tomar algo, estarán bien.

 Echaron un vistazo a la sala, la familia completa aún no había llegado, eso significaba que era turno de Minho de preparar la cena. Algo curioso de la familia Lee, por más mal que se llevaran con él, era que se forzaban a hacer cosas «de familia», como preparar la cena todos juntos antes de la reunión.

 Otra cosa curiosa para Minho era que querían que le llamaran específicamente «cena» aunque fueran las once de la mañana y tal vez empezaran a comer a la una de la tarde.

 Entró a la cocina, se lavó las manos y se dispuso a cortar vegetales, escuchó a su madre tomar aire. La cosa más cuestionable iba a salir de la boca de Lee Seryeong en los siguientes segundos.

 —No hacía falta traer a una prostituta para hacernos creer que eres heterosexual, hijo.

 Minho alejó lo más rápido que pudo el cuchillo de su vista, y se volteó a verla directo a los ojos, con seriedad.

 —Eso fue demasiado. Mina y yo salimos hace dos años y un par de meses, y aun si saliera con una prostituta, no estoy «jugando a ser hetero», te lo expliqué miles de veces. ¿Es tan difícil entender que me pueden gustar los chicos y las chicas? No todo es blanco y negro, ma.

 Ella no siguió la conversación y puso a Minho a cortar las cebollas.


En la sala, Jisung y Mina trataban de entablar una conversación, no sabía de qué hablar, y no quería verse grosero, aunque le gustara estar en silencio, así que comenzó con algo fácil.

 —Gracias por el libro.

 —Gracias a ti por la tarjeta de regalo —dijo ella, sonriendo—. Fue muy lindo de tu parte, Minho y yo fuimos ese día que me la entregó.

 —Me alegra que te gustara, temía que la devolvieras...

 Genial, ahora no tenía más tema de conversación. Comenzó a mover la pierna, no tenía idea de porqué estaba tan nervioso, conocía a Mina desde hacía poco más de un año y diez meses, todo estaba bien, ¿Qué le sucedía?

 —¿Cómo supiste que me gustaba Rommand? Asumo me Minho te dijo, a menos que sepas leer mentes.

 —Sí, Minho me dijo —rio él—. A veces me dice «Oh, a Mina le gusta esa serie, dice que es entretenida, deberíamos verla alguna vez, si quieres», «Esa marca de maquillaje le gusta, quería comprarle algo de eso», o «¿Quieres ayudarme a hacer Takoyaki? Sé que no te gusta cortar el pulpo, pero quiero hacerle algo a Mina de su país».

𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌𝐒, 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐈𝐒𝐄𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐁𝐀𝐒𝐓𝐀𝐑𝐃𝐒 | Chansung/JeonghoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora